Haru, un exitoso marchante de arte de Kioto, cae rendido ante el encanto de una bellísima francesa que está de paso por la ciudad. Tiempo después, recibe un impactante mensaje por el que se le prohíbe acercarse al bebé nacido de su aventura. Dividido entre la emoción y la responsabilidad, Haru logrará mantener la terrible promesa de vivir alejado para siempre del ser al que más ama gracias a su singular grupo de amigos.
Cargada de drama y belleza, esta intensa novela no es solo un canto al amor incondicional, sino también a los lazos que van más allá de la familia tradicional, a los amigos que nos sostienen y nos alientan, con quienes celebramos nuestros triunfos y reconstruimos una y otra vez nuestras vidas frente a la derrota.
Un estuche muy especial que presenta las novelas Asesinato en el Orient Express, Muerte en el Nilo y Las manzanas (en la que se inspira Misterio en Venecia, la última gran película de Kenneth Branagh), tres obras fascinantes para disfrutar del ingenio de la Gran dama del Crimen.
No son en realidad cien relatos (uno para cada año) los que componen el libro, sino más bien cien viñetas, cien escenas, cien grabaciones que reflejan, cada una, un momento histórico determinado.
En esta supuesta transcripción de múltiples voces que recorren escalas sociales y geografías diversas, no hay nada de moralizador, aunque se advierta siempre detrás un pensamiento crítico y una ironía. «Yo, intercambiado conmigo, estuve presente año tras año», es el comienzo significativo.
Como de costumbre, Grass confía en sus lectores y no cree necesario explicarles cada personaje ni decirles en qué contexto han de situar cada frase, sabiendo que su libro podrá leerse a distintos niveles de conocimientos históricos y experiencia política.
Durante el transcurso de una noche, Kristóf asumirá el doble papel de acusado y testigo de la confesión de Greiner, que al desgranar la historia de su matrimonio evidenciará el abismo que separa a los dos hombres: por un lado, el burgués que renunció a la emoción de lo desconocido para perpetuar los sólidos valores de una clase social asentada y autocomplaciente, y por otro, el joven advenedizo que, por conquistar a una mujer que le estaba vedada, se entregó a una existencia erigida sobre la impostura y encorsetada en unos cánones ajenos a su persona.
Este libro fundamental del movimiento contracultural beates una trinchera construida por poemas irreverentes, psicodélicos y libertarios que refleja, sin censura, el desencanto de la política y sociedad norteamericanas.
Blanca Varela (Lima, 1926-2009) es una de las voces poéticas más destacadas de América Latina. Ha publicado Ese puerto existe (1959), Luz de día (1963), Valses y otras falsas confesiones (1972), Canto villano (1978), Ejercicios materiales (1993), El libro de barro (1993), Concierto animal (1999) y El falso teclado (2001), todos ellos incluidos en este volumen junto con una serie de poemas dispersos. Por su obra obtuvo el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2006) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007). «Blanca Varela es una poeta que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona.