1932. Victoria Georgiana Charlotte Eugenie de Glen Garry y Rannoch Georgie para los amigos es la trigésimo cuarta en la línea de sucesión al trono de Inglaterra, una verdadera dama educada en selectos internados suizos, de familia noble y... en la ruina. A sus veintiún años, huyendo de un posible arreglo con un príncipe casadero, decide abandonar el castillo familiar en Escocia y trasladarse a Londres para forjar su destino. Pero no va a ser tan fácil. Como le dice siempre su cuñada: «un miembro de la familia real, por secundario que sea, tiene el deber de no decepcionar a los suyos». Georgie no dudará en honrar su linaje, aunque eso implique ocultar su identidad para procurarse el sustento, espiar al príncipe de Gales por orden de la reina o aclarar cómo ha acabado un muerto en su bañera.
Harinas Hartland va a celebrar su primer concurso de repostería en Lake Eden y Hannah, propietaria de The Cookie Jar, es elegida para ser la presidenta del jurado. Además, tendrá ocasión de cocinar en el certamen y presentar su famosa tarta de fresa Swensen. El único que puede amargarle la experiencia es Boyd Watson, el arrogante entrenador de baloncesto del instituto y también jurado. Pero tras la primera jornada del concurso, Boyd aparece muerto, y su mujer, Danielle, es la principal sospechosa. Pese a las advertencias de Mike, el jefe de policía, de no entrometerse, Hannah arrastrará a su hermana Andrea en sus pesquisas para demostrar la inocencia de su amiga y descubrir el pastel.
Nora Pennington sabe que un buen libro puede ser el mejor remedio frente a cualquier problema, pero cuando una tarde descubre a una misteriosa joven escondida entre las estanterías de su librería no duda en acogerla y, junto a las demás integrantes del Club Secreto de la Lectura y la Merienda, ayudarla a pasar página. Cuando poco después aparece muerta otra clienta de la librería todo se complica aún más. A pesar de que se descubre una nota de suicidio, las intrépidas amigas del club de lectura deciden ayudar al sheriff novato a detener a un asesino que confirmará que los monstruos y los secretos no solo habitan entre las páginas de los libros.
En su último año de instituto, Maya quiso desaparecer: su relación con Marcos, el amor de su vida, se truncó de repente sin más explicaciones a las puertas de tomar una decisión crucial: abandonar a su madre y su ciudad natal para perseguir su sueño de estudiar Publicidad en Málaga.
Nueve años más tarde, ha conseguido lo que se proponía y es la directora de arte de GLLAM, una revista de moda y tendencias de recorrido internacional, con oficina en España en el hermoso centro de Málaga. Maya se ha convertido en una profesional respetada a la que no le faltan retos, pero aquel amor fallido le ha dejado una huella de inseguridades que ni Julio, su mejor amigo y compañero de piso, un tipo alegre y enamoradizo, logra borrar.
Ni Julio ni Maya quieren enamorarse, el dolor de su pasado los persigue. Tienen una regla de oro: «No repetiremos con la misma persona y adoraremos al prójimo para evitar caer en más tentaciones. Mónica Naranjo, líbranos del compromiso. Amén».
Dicen que la pasión del primer romance no se olvida nunca. La primera muerte, tampoco.
Jeime siempre ha visto el mundo de una manera diferente a los demás. Sueña con salir de El Pueblo Rodeado Por Nada para vivir una de esas vidas que ve en las películas y los libros que lee con su mejor amiga Marianne. Lo que éste no sabe, es que tras la misteriosa y repentina desaparición de una compañera de clase, y sus crecientes conversaciones con Otis hasta bien entrada la madrugada, su vida ya se asemeja a una de esas historias que merecen la pena ser contadas.
Una novela sobre cómo algunas personas ven colores en una escala de grises. Y de cómo nadie ha de parar eso. Nunca.
Continúa el camino de Sempiterno, un acercamiento personal y afectivo a cada día que nos toca en suerte.
Una preciosa continuación a Sempiterno, su cautivador libro objeto, tras la que Defreds nos propone su prolongación bajo el signo del Amanecer.
Organizado por partes tituladas como los libros que ha ido publicando el autor hasta la fecha, Defreds rinde un particular homenaje al devenir de su vida y su trayectoria, desde aquel Casi sin querer, que lo descubrió al mundo, como el reciente y delicioso Siempre. Cada línea de sus escritos señala su evolución como persona y como creador, sus afectos, inquietudes, ilusiones y el reto de cada día, acompañados por las ilustraciones de Naranjalidad que tanto gustan a sus seguidores.