Considerada como el testamento ideológico y literario de Yukio Mishima (1925-1970), «El mar de la fertilidad» es una tetralogía en la que el autor abarca a través de su inconfundible mundo narrativo la evolución del Japón desde comienzos del siglo XX hasta los años 1960, expresando su rebeldía contra una sociedad que él consideraba sumida en la decadencia moral y espiritual. Novela que se centra alrededor de un complot concebido por jóvenes idealistas en 1932 para eliminar a las figuras políticas que han "traicionado" al Emperador, "Caballos desbocados" (1969) (y la narración titulada «La Liga del Viento Divino» que inserta y que relata uno de los más famosos episodios del ocaso de los samuráis) contiene muchas de las claves que explican el ya cercano suicidio ritual del autor.
La corrupción de un ángel" (1974) es la última novela de la serie que vertebra como testigo y protagonista Shigekuni Honda. Situada en los años 70, la historia de ilusión y desencanto que desarrolla tiene como ejes la preocupación por la vejez y el fin de las ilusiones, la consideración del suicidio como medio para sortear el dolor de la existencia, la admiración por la virilidad y la belleza, y el horror por la vulgaridad del mundo moderno.
En el año 1771, la corona española extiende sus inmensos dominios a ambos lados del océano gobernando el mayor imperio de la época. Son tiempos de esplendor, pero también de sombras.
Con solo dieciocho años, Jaime abandona Menorca, ocupada por los británicos, para estudiar Navegación en Barcelona. Quiere combatirles en el Caribe, junto con las fuerzas de Carlos III, y vengar así el daño que los ingleses hicieron a su familia. Mientras, en Madrid, Almudena se encuentra en una situación desesperada a raíz de la represión que siguió al motín de Esquilache.
Con esta impresionante adaptación gráfica del clásico contemporáneo de Margaret Atwood, llevada a cabo con suma belleza por la artista Renee Nault, el aterrador universo de Gilead cobra vida como nunca hasta ahora.
Defred es Criada en Gilead, una república donde a las mujeres se les prohíbe trabajar, leer y entablar amistades. Sirve en el hogar del Comandante y su Esposa, y en el nuevo orden social tiene un único cometido: una vez al mes, tumbarse boca arriba y rezar para que el Comandante la deje embarazada, porque, en una época en que apenas nacen niños, Defred y las demás Criadas valen en la medida en que son capaces de engendrar. Pero Defred recuerda los años previos a la instauración de Gilead, cuando ella era una mujer independiente con un empleo, una familia y un nombre propio.
El «anochecer», ese espacio ambiguo entre dos luces, se convierte en el escenario en el que una voz dolida e inteligente nos habla de la soledad, la enfermedad, el encuentro entre muertos y vivos, la fuerza frágil de la palabra, la necesidad del arte.
Sin conocer en detalle la anécdota que genera el poema, el lector ingresa sin embargo en un ámbito de inmediata y poderosa intimidad que acaba haciéndole partícipe de una especial trascendencia cotidiana.
El hombre que inventó Manhattan se llamaba en realidad Gerald Ulsrak, estaba casado y tenía dos hijas. O quizá sólo una. Había nacido en un pequeño pueblo en las montañas de Rumania y siempre había soñado con un sitio mejor, Manhattan, y un nombre distinto, Charlie. Trabajaba en el mantenimiento de un bloque de apartamentos y se repetía noche tras noche como un mantra que el siguiente sería un buen día. La mañana de Año Nuevo de 2002 amaneció colgado de una viga del techo.
Su suicidio pone en marcha la recreación por parte del narrador un inquilino del inmueble de un mundo en el que se mezclan la realidad y la ficción. A través de historias cortas, agudas como flechas, marcadas por los juegos de identidades, el humor irónico y unos personajes inolvidables, se erige una ciudad mítica: un Manhattan personal, exacto y al tiempo imaginado, teñido por toda la literatura y el cine que reflejan la ciudad de Nueva York.