Con la edición ilustrada, en este caso a cargo del extraordinario Fran Vegas, de El último argumento de los reyes completamos la trilogía de La Primera Ley, una obra apasionante de la fantasía que ahora está disponible en el texto revisado por Manu Viciano y acompañado de las ilustraciones de artistas como Alejandro Colucci (La voz de las espadas), David Benzal (Antes de que los cuelguen) y Fran Vegas (El último argumento de los reyes).
PREMIO NOBEL DE LITERATURA EDICIÓN CONMEMORATIVA 20 AÑOS DE KAILAS EDITORIAL
«Uno de los premios Nobel mejor concedidos y merecidos», J. M. Guelbenzu, El País
Dalinar Kholin desafió al malvado dios Odium a un duelo de campeones en el que se decidirá el futuro de Roshar. Los Caballeros Radiantes solo tienen diez días para prepararse... y la repentina ascensión del taimado e implacable Taravangian al puesto de Odium lo ha sumido todo en una tremenda confusión.
La lucha desesperada prosigue simultáneamente a lo largo y ancho del mundo: Adolin en Azimir, Sigzil y Venli en las Llanuras Quebradas y Jasnah en Ciudad Thaylen. El exasesino Seth deberá purgar Shinovar, su tierra natal, de la oscura influencia de los Deshechos. Lo acompaña Kaladin, que afronta una nueva batalla ayudando a Seth a combatir sus propios demonios... y tendrá que hacer lo mismo con Ishar, el demente Heraldo del Todopoderoso.
H de H es una explosión de pensamiento, en palabras y dibujos, sobre la tragedia griega Hércules, escrita por Eurípides en el siglo v antes de Cristo. En el mito, Hércules es la personificación de la violencia masculina, un hombre que regresa al hogar después de años en la guerra y se encuentra incapaz de adaptarse de nuevo a la pacífica vida doméstica. En un rapto de locura, asesina a toda su familia y planea su suicidio. Sólo la intervención de un amigo le conduce a la conclusión de que, a pesar de todo, su vida tiene sentido, pues su existencia y su identidad no están irremediablemente impregnadas de los crímenes que ha cometido.
Desde hace varias décadas la presencia de la poesía inglesa en la vida cultural española ha superado el desconocimiento que secularmente, con notables excepciones, flotaba en nuestro ámbito literario y nuestros escritores, entre los que, pasada ya la fecunda influencia renacentista italiana, venía imponiendo sus leyes la canónica tradición literaria francesa. Pero de un tiempo a esta parte, desde hace algo ya más de medio siglo, tanto en los medios editoriales como en los hábitos lectores, no sólo la narrativa, el teatro y el ensayo anglosajones, sino también la poesía, han venido gozando de una gran proyección sobre la vida intelectual española. Hasta tal punto que nombres como, no solo los más divulgados de Poe y Whitman, sino más minoritarios y elitistas como los de Blake, Keats o Emily Dickinson, e incluso los de Pound, T. S.Eliot, o Auden, han dejado una viva impronta en nuestra más reciente poesía, floreciendo también una notable serie de traducciones de poetas ingleses y angloamericanos.
Cuarenta años después de que Barthes vaticinara que "la obra de Brecht sería cada vez más importante", cabe preguntarse si tal profecía se ha cumplido sin matices. La aparición de un copioso volumen con su teatro completo quizá sea buen momento para averiguarlo. Repasando sus treinta y tantas obras, advertimos algunas constantes de su teatro. Por ejemplo, el clásico "primum vivere, deinde philosophari", que él tradujo en La ópera... como "primero comer, después moralizar", ya figuraba en "La Biblia", una pieza breve escrita a los quince años, que aparece aquí por vez primera en español. Y han pervivido sin tambalearse secuencias y personajes inolvidables: esa eficacia teatral para transmitir el "terror" y la "miseria" en algunas escenas de "Terror y miseria..."; el grito desgarrador de Shen Te que ya torturaba a Job: "¿Por qué la maldad tiene su premio y por qué aguardan a los buenos tan duras penas?"; o Azdak, el cínico juez de El círculo, que acaso podría ser un alter ego de Brecht. En cambio ha envejecido mal el didactismo.