La magia existe... pero no conviene fiarse de ella. Eso lo sabe muy bien Lizbeth Rose, una joven mercenaria que se gana la vida como puede entre los restos de lo que antaño fueron los Estados Unidos. Lizbeth acaba de aceptar una oferta de trabajo de un par de magos rusos para ser su guía y guardaespaldas. Juntos van a buscar, por los pueblos cercanos a la frontera con México, al último descendiente de Rasputín, un practicante de la magia de bajo nivel llamado Oleg Karkarov... porque su sangre podría ser lo único capaz de salvarle la vida al joven zar. Cuando los tres emprenden su viaje, poderosos enemigos parecen estar empeñados en impedir que cumplan con su misión. Dependerá de Lizbeth que tanto sus clientes como ella misma consigan sobrevivir.
Un relato bellísimo y melancólico sobre el amor y el valor de la libertad personal.
El 2 de setiembre de 1939, el día después de la invasión de Polonia por el ejército alemán, dos amantes se separan en París. Olga, una exiliada rusa, se despide de Einar, que regresa a Suecia con la esperanza de que pronto volverán a reunirse. Einar le dice que espera que ella vaya a Estocolmo, que podrían ir juntos a Brasil o viajar a Rusia… Ni se imaginan la magnitud de la guerra que está a punto de estallar ni las dificultades a las que deberán enfrentarse. ¿Sobrevivirá este amor?
«Lo único real era esa fuerza que nosseparaba. Ahora estás aquí, conmigo, ahora estamos juntos. Pero dentro de una hora ya no estarás aquí, estarás solo, y yo estaré sola. No quedará nada de lo que nos unió, salvo quizás los pensamientos: los míos sobre ti y los tuyos sobre mí.»
"Me enorgullecí siempre de no llamarle papá, de ser capaz de no hacerlo".
Creo que siempre esperé la muerte de mi padre como la prueba definitiva para comprobar si le quería o no. Porque, en el fondo, no me perdoné nunca el quererle. Tampoco me perdonaba el no quererle.
Solo sabía que cuando él muriera, yo, probablemente, podría empezar a quererle en paz.
Nacida a principios de los años setenta, Sibila, la autora de esta novela y la protagonista de esta historia, es una “niña nadie”, como muchos de los hijos de aquella generación de padres “progres” y ateos. Una cría infeliz, a menudo maltratada, que crece a la intemperie entre un padre dominante y alcohólico, pero también culto y sensible, y una madre ausente.
Pasados ya los cuarenta y a raíz del inesperado dolor por la muerte del padre, la autora va desgranando su complicada relación con él, desde su niñez a la vida adulta, en lo que quiere ser un ejercicio sobre las infancias perdidas, lo absurdo y vital de los lazos familiares y la necesidad de querer y ser queridos.
Greta Cadaqués, una reportera de televisión, es enviada a cubrir el caso de una niña que ha caído en un pozo a las afueras de Madrid. Mientras no deja de pensar en un juicio al que tiene que asistir como jurado popular, su cámara, Juan Quatremer, y su jefe, un hombre ávido de audiencia, la apremian a sacar a la luz todos los detalles del caso del que el país entero está pendiente. Aunque pronto descubrirá que las intenciones de ambos hombres son muy distintas: Juan pretende cubrir el suceso de la forma más rigurosa posible, pero su jefe la coaccionará para que consiga las exclusivas más impactantes, aunque eso signifique difundir noticias falsas. Greta deberá enfrentarse a una encrucijada personal y profesional que la llevará a cuestionarse el papel de los medios de comunicación y los límites éticos de su trabajo.
Un nuevo caso de la comisaria Ruiz que la enfrentará con sus miserias y sus miedos más inconscientes, y la empujará fuera de su ámbito habitual.
La comisaria María Ruiz se encuentra desterrada en una de las provincias españolas más tristes para una investigadora criminal. En Soria el último suceso irresuelto del que se tiene noticia ocurrió en 1954, cuando una mujer que presuntamente asesinó a su marido con matarratas desapareció para siempre. De estar viva, tendría 101 años. Desde que la destinaron a Soria, sacándola de la fiebre de Madrid, la comisaria Ruiz viaja todos los fines de semana a Ávila, donde acompaña en su trance entre la vida y la muerte a su compañero Tomás, que está en coma. Su viejo amigo, el comisario Carlos, finalmente ha conseguido convencerla para que un fin de semana se airee y vaya a visitarlo a Santander. Pero lo que tenían que ser un par de días de tranquilidad se convierte en el mejor incentivo para la comisaria Ruiz.
En tiempos de paz jugaron a ser otros. En tiempos de guerra descubrieron quiénes eran en realidad.
Baviera, Alemania. El castillo de Fallstein es uno de los más fastuosos de la zona, pero, lejos de ser un remanso de paz alejado del frente, Hilda Sagnier ha comprobado cómo la guerra y sus consecuencias han entrado con fuerza en sus salones, pues su marido, el prestigioso conde bávaro de Fallstein, ha sido completamente seducido por Hitler. Decidida a luchar por lo que cree, la condesa no dudará en arriesgar su vida, sobrepasar sus límites y fingir ser quien no es para ayudar a los perseguidos del régimen.
Mientras tanto, en Barcelona, los nazis empiezan a agasajar a José Manuel, pero el empresario sabe exactamente cuál es su objetivo. Él, que fue espía durante la Guerra Civil española, no tardará en involucrarse en la misión más secreta y de una relevancia capital, una misión que lo llevará a alternar con la élite alemana y a relacionarse con la alta sociedad de Potsdam. Allí, donde todos se relajan y hablan más de la cuenta, el espía deberá encontrar y destruir el arma en la que los alemanes confían su victoria.
Hilda y José Manuel, dos españoles en el corazón del Tercer Reich, descubrirán que, en tiempos de guerra, nadie es quien dice ser y que a veces la urgencia y el peligro son los mejores aliados para que el amor y los verdaderos sentimientos afloren.