En el castillo de Argol es un particular homenaje que Julien Gracq rinde a la novela gótica y al Parsifal de Wagner, considerado por el autor como una indagación en la parte demoníaca que tiene todo mito de redención, en la doble naturaleza de todo salvador: «Seréis como dioses, conocedores del bien y del mal». Así, rodeado por tormentas, mares amenazadores y bosques siniestros, Albert, último heredero de una familia noble, llega a su casa solariega de Argol, en la inhóspita Bretaña. Su retiro espiritual se verá pronto roto por la llegada de Herminien, su mejor amigo, y de una extraña muchacha llamada Heide, poseedora de una belleza tal que «antes incluso de que fuera percibida, era sentida como única».
El triángulo amoroso está formado y el escenario dispuesto para un intenso drama.
Cuando, tras el armisticio, Céline dio a la imprenta su tercera novela, Guignol's band (1944), sólo había terminado la primera parte de un proyecto que veinte años más tarde, y muerto ya su autor, se vería completado con la publicación de la segunda parte, titulada El puente de Londres (1964). En este volumen el lector encontrará las dos partes de lo que siempre fue una sola obra, fracturada por el encarcelamiento de Céline. La influencia en su escritura de los panfletos que causaron su exilio se acusa en el estilo de esta novela que transcurre en Londres, entre 1915 y 1916. El protagonista, el seudoautobiográfico Ferdinand, se mueve a través del grotesco inframundo londinense. En este angustioso escenario, plagado de proxenetas, prostitutas, prestamistas y adivinos, policías y pirómanos, la ilusión de vivir se halla desnuda ante la disolución social y psicológica de aquellos que ya no albergan ninguna esperanza.
Violet Mitchell acaba de regresar a Filadelfia tras pasar una temporada en Londres. Lo último que esperaba es encontrar a sus hermanos al borde de la ruina financiera, y su hogar y su posición social en peligro. Nadie ha vuelto a saber nada de su padre desde que se marchó al Oeste en busca de fortuna en las minas de oro. Violet decide tomar las riendas y viajar a Montana para hallar respuestas.
Morgan Callahan dejó atrás el rancho de ganado de su familia para probar suerte en las minas. Parece que la ha encontrado en un yacimiento de plata pero, cuando se dispone a disfrutarla, Violet se cruza en su camino reclamando lo que, al parecer, considera suyo.
En medio de las áridas tierras de Montana y en plena fiebre del oro, cuando imperan la codicia y el peligro, y los más despiadados luchan por su lote de riqueza, Morgan y Violet no están dispuestos a ceder. Sin embargo, algo mucho más arriesgado que el oro hará que cambien de propósito.
Rachel es una entusiasta consumidora de drogas «recreativas». Según ella, no por adicción sino por pasatiempo. Al fin y al cabo, hoy día, ¿quién no toma de vez en cuando un ácido, una raya o unas pocas pastillas? ¿Qué mejor para olvidar las tensiones del trabajo y disfrutar un rato de la vida?
Pero, en una de esas, se le va la mano, y tras una noche de excesos se atiborra de tranquilizantes para dormir a pierna suelta y empezar fresca una nueva jornada laboral. Para su sorpresa, a la mañana siguiente no despierta en su habitación sino en la cama de un hospital, después de un lavado de estómago y a punto para ingresar una temporada en una peculiar clínica de rehabilitación...
En los campos de Augusta, en Georgia, el algodón ha dejado de cultivarse y los campesinos se han trasladado a la ciudad para trabajar en las hilanderías. Jeeter Lester es un blanco arruinado, dueño de una extensa propiedad que en otros tiempos fue próspera. Él no ha abandonado sus tierras y mantiene la esperanza de conseguir un préstamo para comprar semillas de algodón y reavivar el añorado cultivo.
La decadencia económica de la región que expresa esta novela se aúna a la vileza moral de unos personajes con actitudes mezquinas y racistas, casi grotescas. Los paisanos de Caldwell lo consideraron un traidor, y El camino del tabaco fue anatemizado en las bibliotecas de la zona. El escritor alegó que la obra era sobre todo un rechazo a la literatura de «claro de luna y magnolias» que proliferaba en el sur de Estados Unidos. El texto fue llevado a la gran pantalla por John Ford en 1941 y conoció asimismo una adaptación teatral de éxito: en Broadway permaneció en cartel durante siete años.
Una gran historia de amor inspirada en hechos reales, ambientada durante la Segunda Guerra Mundial.
Basada en la verdadera historia de la Operación Columba, ideada por Winston Churchill y en la que se usaron miles de palomas durante la guerra, El largo camino a casa es una fascinante y épica novela que homenajea a los seres anónimos que cambiaron el rumbo de la Historia.
En septiembre de 1940, mientras las bombas alemanas caen sobre Gran Bretaña, la joven Susan y su abuelo Bertie hallan consuelo criando y entrenando palomas mensajeras que el Ejército usará para transmitir información sobre los movimientos de los nazis en la Francia ocupada. A miles de kilómetros, en Estados Unidos, un joven piloto llamado Ollie decide unirse a la RAF, la Real Fuerza Aérea británica, entrando así en contacto con el Servicio Nacional de Palomas, donde conoce a Susan. Tras hacerse inseparables, ambos serán seleccionados para formar parte de una misión secreta que puede llevar al país a la victoria. Sin embargo, cuando el avión de Ollie es derribado en líneas enemigas, Susan sabe que las posibilidades de reunirse de nuevo son remotas. Pero Duquesa, su querida y fiel paloma, demostrará a todo el mundo que nunca debemos perder la esperanza.