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NIAGARA (TB)

Ariah Erskine se despierta el 12 de junio de 1950 entre mullidas almohadas, toallas bordadas y el suave arrullo de las cataratas del Niágara, donde se ubica su hotel. Es el primer día de lo que espera que sea una magnífica luna de miel con su marido. Pero al otro lado de la cama solo encuentra un lugar vacío. Tras unos días de afanosa búsqueda, la joven acepta que es ahora la viuda de un suicida y trata de rehacer su vida. Hallará consuelo en Dirk Burnaby, que se convertirá en su segundo marido, y se establecerá con él en una casa cerca de las cataratas. Con el nacimiento de sus tres hijos, el retrato de familia feliz parece estar al completo, pero las aguas del Niágara aún no se han calmado y, con el tiempo, volverán a reclamar a sus víctimas.
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H.G. WELLS. LA GUERRA DE LOS MUNDOS

UNA FIEL ADAPTACIÓN DE UNO DE LOS MAYORES CLÁSICOS DE LA CIENCIA FICCIÓN. Una serie de proyectiles de trayectoria precisa y regular provenientes de Marte golpean la Tierra. En la pequeña localidad de Ottershaw, en Inglaterra, el profesor Ogilvy es reacio a creer la teoría de un ataque extraterrestre que sostiene su joven alumno. Sin embargo, no tendrá más remedio que aceptar la realidad cuando uno de esos objetos no identificados impacte cerca de su casa y compruebe en sus propias carnes que las intenciones de los visitantes del planeta rojo no son pacíficas.
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RECUERDOS DE MONTAÑAS LEJANAS

«Tengo que escribir sobre el placer que siento al escribir por encima de un dibujo. Esto es lo que hay que decir: entre los 7 y los 22 años pensé que iba a ser pintor. A los 22, murió el pintor que había en mí y empecé a escribir novelas. En 2008, entré en una tienda y salí con dos enormes bolsas llenas de lápices y pinceles; luego, entre el placer y el temor, empecé a dibujar en pequeños cuadernos. No, el pintor que había en mí no estaba muerto». Desde hace quince años, Orhan Pamuk escribe y dibuja a diario en sus cuadernos. Anota sus pensamientos sobre la actualidad, dialoga con los personajes de sus novelas, confiesa sus miedos y preocupaciones, narra sus encuentros y viajes y reflexiona sobre el amor y la felicidad. Por primera vez, el escritor que soñaba con ser pintor nos muestra una cuidada selección personal de sus dibujos, una bellísima aproximación a la íntima y prolífica lectura que hace Pamuk del mundo y de la vida a través de un conmovedor mosaico de paisajes y reflexiones. Recuerdos de montañas lejanas se convierte así en un verdadero espacio artístico alejado del diario o las memorias tradicionales, dando lugar a un libro singular e inimitable.
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SOLEDAD DE SOLEDADES. ANTOLOGiA POETICA

Carlos Pellicer (Villahermosa, entonces San Juan Bautista, 1897-Ciudad de México, 1977). Poeta, escritor, museógrafo y político mexicano, autor de títulos como Hora de junio, Subordinaciones o Práctica de vuelo. Considerado como una voz imprescindible de las letras mexicanas y, en general, de la lengua española en el siglo XX, este volumen ofrece al lector una sustantiva muestra antológica de toda su obra poética.
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EL NIDO

Junio de 1944. Hitler se retira junto con los principales dignatarios a su refugio escondido en los Alpes bávaros: el Nido. Drogado, atormentado por todo tipo de dolencias y por horribles pesadillas, ya es aunque parece no ser consciente de ello un líder en decadencia. Sin embargo, todavía alberga una inmensa capacidad de muerte y destrucción. Sus huéspedes, entre el terror y la adoración, se olvidan de sí mismos en una sórdida fiesta de excesos para tratar de posponer un poco más el descalabre que se abre en forma de agujero negro bajo sus pies presagiando el final del Tercer Reich.
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ME LLAMO CUERPO QUE NO ESTA. POESIA COMP

El adjetivo que mejor define la poesía de Cristina Rivera Garza, una de las escritoras más relevantes de la literatura mexicana actual, es «indómita». Porque quiebra los géneros con un sinfín de formas que van desde los posteos o los tuits hasta los textos comunales, los telegramas y las bitácoras, pero también porque rompe la sintaxis y hasta el mismo lenguaje. Estas profundas fisuras señalan ausencias: de cuerpos —más de cien mil personas han desaparecido en el lapso de dos décadas en México— y de palabras. Sus versos salvajes tejen nodos territoriales y afectivos, evocan corporeidades, juegan con la autoficción, construyen múltiples voces, tienden vasos comunicantes con su narrativa y están atravesados por las obsesiones que vertebran su obra: la violencia y la muerte, la enfermedad y el amor, el sueño y la razón. Son poemas que convierten a sus lectores en «traductores-detectives-cómplices» y que viven más allá de la página.
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