Un empresario es asesinado en presencia de su hija, y su cadáver es disuelto en ácido sulfúrico. La consigna es clara: «Sin cuerpo, no hay crimen». Son cinco los hombres involucrados, dos de ellos abogados; todos deberán dar la cara en un juicio vibrante. Lobo Antunes nos abre la puerta a la mente de los cinco asesinos, desgranando sus móviles, los traumas y secretos de cada uno de ellos, rincones donde habitan la infamia, la perversión y el exceso.
Todavía quedan innumerables historias de la Guadaña. Han pasado siglos desde que el Trueno acunó a la humanidad y el segador Goddard intentó corromperla. Durante muchos años, los humanos han vivido sin la amenaza de la muerte por causas naturales, con los segadores a cargo de controlar la población. Neal Shusterman, en compañía de otros autores, regresa al aterrador, inmenso y emocionante mundo de El arco de la Guadaña con historias de viejos amigos y enemigos, pero también de nuevos héroes, villanos... y algunos que están a medio camino.
En su recorrido de la niñez a la adolescencia, el joven Naka nos ofrece un delicioso y vívido retrato de la vida a finales del período Meiji (1912). Una crónica íntima y evocadora sobre los gustos, estilo de vida, paisajes, objetos y modales de un Japón perdido. La cuchara de plata son las memorias de la infancia más elogiadas y leídas de Japón. Kansuke Naka fue un poeta, ensayista y novelista japonés, discípulo de Soseki Natsume, quien elogió profusamente la “frescura y dignidad” de la prosa de Naka y apoyó la primera edición de este libro. La oportunidad de viajar a un Japón que ya no existe de la mano de uno de sus escritores imprescindibles, cuya prosa elegante y exquisita tiene el poder de sumergirnos en una de esas historias que perduran en la memoria mucho tiempo después de haber sido leídas. “Maravilloso, fácil de leer y lleno de información fascinante sobre la vida y la cultura japonesas” San Francisco Book Review “Su perdurable estatus como uno de los relatos más queridos de Japón sobre la vida en Tokio a principios del siglo XX se debe no sólo a los detalles históricos de Naka, sino también a que es una parábola de nuestro sentido contemporáneo del aislamiento” The Japan Times
El bosque era el lugar al que me gustaba escapar en mi niñez y mi adolescencia; aquél era mi lugar. Allí aprendí que la oscuridad brilla, más aún, resplandece; que los vuelos de los pájaros escriben en el aire antiquísimas palabras, de donde han brotado todos los libros del mundo...» Así comienza este singular relato, un texto de fabulación y poesía, extraído del discurso que la escritora barcelonesa, Ana María Matute, pronunció en 1996 con motivo de su ingreso en la Real Academia de la Lengua Española.
Clemente Aragón no entiende por qué, siendo un hombre casado y con buena reputación en la sociedad salvadoreña, continúa enredándose con mujeres. Su aventura con Blanca, esposa de un general y buen amigo suyo, podría haberse filtrado. Anida ahora en Clemente una nueva sensación de paranoia, que se acrecienta con unas misteriosas llamadas y el extraño suicidio de uno de los luchadores de lucha libre que asistía al grupo de Alcohólicos Anónimos que coordina.
Es finales de febrero de 1972 y, después de que el gobierno militar de El Salvador cometiera un fraude electoral, el nombramiento de un nuevo presidente desata las protestas y una oleada de intrigas y conspiraciones. Clemente preferiría mantenerse al margen, pero los acontecimientos se precipitarán a lo largo de un fin de semana, mientras el destino de la familia Aragón se entrelaza con la deriva de una nación en medio de un conflicto inagotable.
En un pasado lejano, no la llamábamos Hiroshima, sino Ashihara. Era un amplio delta cubierto de juncos». Así comienza la descripción que la escritora Ota Yoko hace del paisaje de su ciudad natal antes de que, el amanecer del 6 de agosto de 1945, la primera bomba atómica que descendía sobre el mundo lo cambiara para siempre. En un instante, un destello de luz verde azulada dejó tras de sí cientos de miles de muertos, una cifra superior de heridos, los edificios derruidos y la tierra quemada. Apenas unos días después, Japón resolvía su rendición absoluta: la guerra había terminado, pero, como remarca la autora, la vida continuaba.
Ciudad de cadáveres es el grito agónico de una víctima apremiada por la urgencia de plasmar por escrito la devastación, el horror, la desesperación y el caos de los que ha sido testigo.