Umberto Eco analiza distintas estrategias de mentira, desfiguración, abusos del lenguaje y vuelco irónico de estos abusos en cuatro ensayos sobre Cagliostro, Manzoni, Campanile y los cómics del Corto Maltes de Hugo Pratt. Expone las mentiras que han convertido a Cagliostro en un mito; señala la oposición entre lenguaje verbal y signos naturales en Los novios; disecciona los juegos que hace Campanile con el lenguaje, dando vueltas a las frases hechas; analiza cómo juega Hugo Pratt con la geografía y cómo emplea mapas verdaderos para convertirlos en improbables, haciendo levitar las distancias y con ellas nuestra imaginación.
Cuatro muestras excelentes de la capacidad de este enorme pensador italiano para transmitir, de manera clara y entretenida, las cuestiones más profundas de la comunicación humana.
Shimamura regresa al País de Nieve atraído por la belleza de la estación y el tradicional estilo de vida. Pero vuelve especialmente por Komako, una joven aprendiz átgeisha que conoció en un viaje anterior. El es un hombre rico, de mediana edad, que intenta escapar de un matrimonio sombrío y de su vida en Tokio. Ella, una bellísima mujer vulnerable a sus propias emociones, que madura ante los ojos de su amante. El amor apasionado que Shimamura despierta en Komako le plantea un dilema: incapaz de corresponderlo, pero a la vez fascinado por su intensidad, optará por repetir y prolongar su estadía en las termas aprovechando la distancia perfecta que le ofrece la relación huésped-geisha. Un tercer personaje, la misteriosa Yoko, teje su destino al de la pareja, con el blanco de la nieve como trasfondo y presencia continua.
Isaac Asimov, creador de la palabra «robótica», nos ofrece treinta y seis relatos cortos y ensayos sobre robots, que resumen todo su preclaro pensamiento sobre el desarrollo futuro de esta ciencia. Desde el mismo Robbie hasta los relatos de Susan Calvin, la primera robopsicóloga, pasando por Stephen Byerley, el robot humanoide, y el equipo de detectives formado por un hombre, Elijah Baley, y un robot, Daneel Olivaw, protagonistas, entre otras novelas, de Yo. Robot.
Estambul es un retrato de una de las ciudades más fascinantes de la Europa que mira a Asia. Pero es también una autobiografía, la del propio Orhan Pamuk. Su historia empieza en la infancia, recordando cómo tomó conciencia de que vivía en un espacio plagado de melancolía, un lugar que arrastraba un pasado glorioso e intentaba hacerse un hueco en la «modernidad». Esta elegía sirve para acercarnos a villas fantasmagóricas y callejuelas secretas, a estatuas valiosas y mutantes, a pintores, escritores y célebres asesinos. A una ciudad donde, por encima de todo, destaca el terapéutico Bosforo, que en la memoria del narrador es vida, salud y felicidad.
El anciano Ogata Shingo no consigue ganarse ni el amor ni el respeto de sus hijos, pero sin embargo puede oír el rumor de la montaña. Como cabeza de familia, le preocupa la decadencia moral de sus descendientes: Shuichi, a quien la guerra ha helado el corazón, está casado con la maravillosa Kikuko pero le es infiel y tiene un hijo con otra mujer; por otro lado, Fusako vuelve a la casa paterna con sus dos hijos tras haberse divorciado de un marido drogadicto. Tanto Shuichi como Fusako creen que su padre es demasiado viejo e interpretan sus silencios como senilidad. Pero, en realidad, el pensamiento de Ogata Shingo sigue activo, repleto de hermosas imágenes, de sonidos de la naturaleza, de aromas, de escenas. Bajo la fina capa de la vida familiar, cada uno de sus miembros vive, en solitario, su drama, luchando en unas ocasiones contra el amor y en otras, contra la muerte. El ganador del Premio Nobel de Literatura en 1968 nos deleita con una obra que gira en torno a la soledad, la muerte y la búsqueda obsesiva de la belleza.
En una zona del bajo Piamonte, un pequeño campesino fantasioso y embustero llamado Baudolino conquista a Federico Barbarroja y se convierte en su hijo adoptivo. Casi milagrosamente, todo aquello que Baudolino imagina genera Historia. Entre otras cosas, crea la mítica carta del Preste Juan, que prometía a Occidente un reino fabuloso en el lejano Oriente, gobernado por un rey cristiano. Empujado por la invención de Baudolino, Federico emprende una cruzada para restituir al Prestejuan la más preciosa reliquia de la cristiandad, el Santo Grial. Federico morirá durante el viaje, en circunstancias misteriosas, pero su ahijado continuará hacia aquel reino lejano, entre monstruos de los bestiarios del medioevo y vicisitudes llenas de magia y hechizo.