Rick Dockery es un mediocre jugador de fútbol americano que, en el ocaso de su carrera, sigue marcado por ser el culpable del peor fiasco en la historia de su equipo. Harto de las mofas de la prensa y del odio de los aficionados, cuando recibe la oferta de un equipo italiano no duda en poner rumbo a Parma. Al principio le cuesta adaptarse, pero poco a poco le coge el gusto al estilo de vida mediterráneo: la ópera, el buen vino, los coches minúsculos.. . Y ser la estrella indiscutible del equipo tampoco está nada mal. Pero las sorpresas agradables pueden terminar (o no) cuando se cruce en su camino una bella joven estadounidense.
Kyle McAvoy prácticamente creció en el pequeño bufete de su padre, en la tranquila ciudad de York, Pensilvania. Sacó excelentes notas durante toda la carrera de derecho y fue elegido editor jefe del Yaie Law Journal. Le esperaba un brillante futuro profesional.
Sin embargo, Kyle también tiene un secreto, un episodio de su vida de estudiante que le gustaría olvidar. Un secreto que acaba en manos de gente que le presiona para que acepte un puesto que no le gusta, aunque se trate de un trabajo de ensueño para la mayoría de los profesionales de su edad. Por tanto, en cuanto se licencia en la Universidad de YaIe, entra en uno de los bufetes más grandes del mundo, donde tendrá que mentir y robar documentos si no quiere acabar en la cárcel. John Grisham demuestra una vez más sus extraordinarias dotes de narrador. Con una trama inteligente, ágil y llena de giros inesperados. La trampa crea una tensión casi insoportable.
Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia.
En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra.
Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras.
Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable.
Adiós, muñeca (1940), considerada por muchos la mejor obra de Raymond Chandier, es su segunda novela. El detective Philip Marlowe emprende la búsqueda apasionada de una cantante pelirroja, se ve envuelto en la escena de un crimen y debe desenredar un turbio asunto de deudas de juego. No tardará en descubrir que una costumbre ha arraigado en Los Ángeles: disparar primero y preguntar después. Esta edición reúne también los tres relatos pulp, publicados en las revistas Black Masky Dime Detective, que Chandier canibalizó para escribir la novela: «El hombre que amaba a los perros» (1936), «Busquen a la chica» (1937) y «El jade del mandarín» (1937).
¿Qué pasa en nuestro interior cuando leemos una novela? Este libro nos lleva a los mundos del escritor y del lector y pone de manifiesto las íntimas conexiones entre ambos. Pamuk recurre a la famosa distinción de Friedrich Schiller entre poetas «ingenuos» (los que escriben con espontaneidad, serenidad y naturalidad) y poetas «sentimentales» (reflexivos, emotivos, inquisidores y sensibles al artificio de la palabra escrita). Remontándose a las novelas de su adolescencia y deteniéndose en las obras de Tolstói, Dostoievski, Stendhal, Flaubert, Proust, Mann y Naipaul, el autor explora la oscilación entre lo ingenuo y lo reflexivo, así como la búsqueda del equilibrio que se encuentra en el corazón mismo del oficio de todo novelista.
"La mujer rota es la víctima estupefacta de la vida que ella misma eligió: una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su ser mismo cuando el amor le es rehusado. Sería en vano buscar moralejas en estos relatos; proponer lecciones, no; mi intención ha sido totalmente diferente. No se vive más que una sola vida, pero, por la simpatía, a veces es posible salirse de la propia piel. Me siento solidaria de las mujeres que han asumido su vida y que luchan por lograr sus objetivos; pero eso no me impide, al contrario, interesarme por aquellas que, de un modo u otro, han fracasado y, en general, por esa parte de fracaso que hay en toda existencia."
SIMONE DE BEAUVOIR (1908-1986), escritora francesa, fue también inseparable compañera de Jean-Paul Sartre durante más de cincuenta años. Su obra abarca tres vertientes: la literaria (La invitada, Los mandarines), la ensayística (El segundo sexo) y la memorialística (Memorias de una joven formal, La plenitud de la vida, La fuerza de las cosas, Final de cuentas y, tras la muerte de Sartre, La ceremonia del adiós).
Traducción de Dolores Sierra y Néstor Sánchez