Era la primavera de 1953 y todo invitaba a pensar que lo peor de la posguerra había pasado. En el aeropuerto de Barajas se agolpaba una multitud esperando a la estrella más admirada del momento: Ava Gardner. Llegaba a Madrid después del largo rodaje de Mogambo, a las órdenes de John Ford. Necesitaba encontrarse a sí misma.
Su amigo Howard Hughes le solía decir que fama y amor eran incompatibles y sus tres maridos, Mikey Rooney, Artie Shaw y ahora Frank Sinatra, lo confirmaban. Eran sus tres grandes fracasos. Solo deseaba olvidar.
Una noche se cruza en su camino Luis Miguel Dominguín, el torero del momento. Sus miradas se cruzaron y, en ese momento, supieron que acabarían juntos. Ambos eran famosos, guapos, jóvenes y, sobre todo, apasionados y libres.
Así fue también su historia.
Alpha, Bravo, Charlie, Delta y Easy se hacen llamar los Muchachos de Jack, en honor a Jack el destripador. Entre ellos no se conocen más que por una plataforma en la Deep Web donde comparten su verdadera pasión: llegar a ser artistas del asesinato. Cuando Connor y Nikki violan la intimidad de su chat, la furia de estos psicópatas se desencadena y no se detendrá ante nada.
Con una inteligencia feroz planean como venganza la muerte de los dos adolescentes junto con sus familias. Sin embargo, Connor y Niki no son como el resto de las víctimas de estos asesinos en serie. La pesadilla comienza y solo hay dos opciones: dejarse cazar o sobrevivir.
Tras perder la guerra contra Titán, la Tierra ha quedado cubierta de radiación y la mayor parte de la población superviviente es estéril. Las babosas alienígenas que gobiernan el planeta obligan a los humanos a participar en un juego complejo e interminable en el que se apuestan dos activos muy importantes: tierras y esposas. Pete Garden acaba de perder a Freya y el territorio de Berkeley, en California, pero tiene un plan para recuperarlo todo. Si no se lo impiden los aliens, los traidores psíquicos o su nueva mujer.
Los jugadores de Titán es tanto una sátira como una aventura, un libro en el que se examinan los vínculos que unen a las personas y los exasperantes pecados veniales de los burócratas, ya sean éstos humanos o babosas alienígenas.
En el planeta Eltanin, una colonia de terráqueos de la Liga Planetaria está al borde de la extinción debido a las duras condiciones de vida del planeta y a una amenaza inesperada. No tienen otros vecinos que los nómadas primitivos, que, aunque temen a los terrestres, se instalan en las cercanías de la colonia durante los crueles inviernos que duran quince años.
En el invierno que se avecina, un riesto hasta ahora desconocido se cierne sobre todos ellos. Las hordas bárbaras del norte, los criminales espectros de la nieve, se acercan a la colonia, y si los terrestres no se unen a los nómadas, superando seis siglos de desconfianzas, éste puede ser el último invierno para todos ellos.
Primera entrega de una nueva trilogía cyberpunk.
El expolicía Berry Rydell se encuentra con Chavette, una mensajera que está a punto de entrometerse en la vida de un empleado de los depósitos de información ilícita financiados por el cartel de Medellín.
A sus treinta y seis años, Mariana intenta recuperarse de la pérdida de Sebastian, el gran amor de su vida, ahogado durante unas vacaciones en una isla griega. Ella trabaja en Londres como terapeuta, pero cuando su sobrina Zoe, la única familia que le queda, la llama desde Cambridge para contarle que Tara, su mejor amiga, ha sido brutalmente asesinada cerca de la residencia de estudiantes, decide acudir en su ayuda.
Allí conoce a Fosca, un carismático profesor de Filología Clásica. El profesor mantiene un grupo de estudio con un número muy selecto de discípulas, todas hermosas y de familias elitistas, del que Tara formaba parte: las Doncellas. En el dormitorio de la joven, Mariana encuentra una postal con unos versos en griego clásico que exigen un sacrificio. Pronto los cadáveres de otras Doncellas irán apareciendo en el campus con los ojos arrancados y con una piña en la mano, y Mariana no solo deberá enfrentarse a la resolución de estos crímenes, sino a los fantasmas de su propio pasado.