Esta novela ofrece una nueva entrega de las peripecias de Socorro, la periodista de sucesos protagonista de La mala víctima, la primera incursión en la narrativa de las autoras. La intriga tiene su epicentro en la finca manchega de sus protectoras, las millonarias e influyentes hermanas Lequerica, dueñas del periódico donde trabaja Socorro.
La joven tiene que volver a ese lugar para completar un reportaje sobre crímenes sin resolver: en los años noventa, muy cerca de la finca, fueron secuestradas y después asesinadas dos niñas, lo que provocó una marea de morbo alimentada por los medios de la época. Solo fue condenado por ese crimen un hombre, el tonto del pueblo, que se suicidó nada más salir de la cárcel. En el aire quedó la sospecha de que los verdaderos culpables consiguieron escapar.
Mientras Socorro avanza con sus pesquisas, las Lequerica organizan varias cacerías en la que se dan cita algunos de los más poderosos hombres de negocios del país. Durante toda la temporada, van sucediéndose hechos que arrojarán luz sobre aquel crimen del pasado y muchas sombras sobre el presente del periódico. De nuevo, el código ético de Socorro, las deudas pendientes con su pasado y su afán por descubrir la verdad entrarán en conflicto.
En el Panteón de los Marinos Ilustres de San Fernando ha aparecido el cuerpo de un joven soldado salvajemente mutilado. Una esvástica realizada con cortes aparece en el cadáver y el homicidio no tarda en acaparar la atención mediática cuando se filtra un dato aún más perturbador: el asesino dejó las tripas de la víctima a la vista, simulando con los intestinos un cordón umbilical.
Ezequiel Expósito, capellán castrense, inicia su propia investigación al tiempo que estrecha lazos con la madre del soldado, una venezolana llamada Natalia cuya vida ha estado sembrada de amarguras.
Este asesinato llevará a Ezequiel a descubrir la existencia de una misteriosa secta, pero también a redescubrir sus verdaderos orígenes y a una reflexión sobre lo que más le ha interesado en la vida además de Dios: el universo.
Obligada a un período de descanso forzoso, la comisaria Isabelle Bonnet, directora del grupo antiterrorista de París, regresa a Fragolin, un idílico pueblecito en el sur de Francia donde pasó su infancia. Situado en el interior de la Provenza y envuelto en campos de lavanda, Fragolin es un enclave tranquilo en el que nunca pasa nada, hasta que aparece el cadáver de una mujer en una villa, cuyo propietario, un joven inglés, ha desaparecido sin dejar rastro. La historia no llama mucho la atención de Isabelle: en su vida ha visto cosas mucho peores y está decidida a descansar. Pero a los pocos días, su superior le encomienda la investigación y le confía como ayudante a Jacobert Apollinaire, un torpe agente de la policía local cuya ocupación ha sido hasta el momento el archivo municipal y nunca ha participado en una investigación sobre el terreno. A pesar de todo, la pareja investigadora cambiará muy pronto de opinión: como comprobarán, el caso de la mujer asesinada y el inglés desaparecido no es, para nada, un simple crimen de provincias.
Once hermanos intercambian mensajes acerca de la situación de su padre, que en la ancianidad establece vínculos escandalosos y ostenta conductas que no solo ponen a prueba el afecto de sus numerosos hijos, sino que también activan los recuerdos y obstinaciones de cada cual, dando paso a la manifestación -enfática, divertida, exasperante- de las diferencias que tienen, las deudas y los rencores que se guardan.
Cruzando voces y cambiando de perspectiva con destreza, Rafael Gumucio ofrece con Los parientes pobres una novela donde el fresco que viene construyendo hace tres décadas sobre los modos chilenos de establecer relaciones encuentra uno de sus puntos más altos. La historia de un patriarca caído que es también el relato de generaciones desencontradas, una comedia que es también un drama, una competencia de voces que se confunden y se distancian, que se buscan y se burlan hasta encontrarse o alejarse para siempre.
Las gélidas y oscuras aguas del río Blackwater inundan Perdido, un pequeño pueblo al sur de Alabama. Allí, los Caskey, un gran clan de ricos terratenientes, intentan hacer frente a los daños causados por la riada. Liderados por Mary-Love, la incontestable matriarca, y Óscar, su obediente hijo, los Caskey trabajan por recomponerse y salvaguardar su fortuna. Pero no cuentan con la aparición de la misteriosa Elinor Dammert. Una joven hermosa pero parca en palabras con un único objetivo: acercarse a los Caskey cueste lo que cueste.
Mientras Perdido se recupera de la inundación, propone la construcción de un dique que impida una nueva catástrofe. Sin embargo, con las obras comenzarán las corrientes impredecibles y las desapariciones. Mientras tanto, en el clan Caskey, la matriarca Mary-Love ve cómo sus intereses chocan con los de Elinor, su misteriosa nuera. Las tensiones entre ambas amenazan con destruir el pueblo entero. En Perdido se avecinan grandes cambios, y las consecuencias serán devastadoras.