Explica la poeta Julieta Valero en el epílogo de Esta ira que las mujeres estamos «desentrenadas para mostrar la ira». «Entonces» se pregunta «¿cómo decir, cómo articular una ira que no responde estrictamente a los hombres, sino a la vida misma, a su designio duro? ¿Y cómo ser capaz de hacer de su objeto precisamente a las hermanas, a las mujeres?»
A esta dificilísima prueba del lenguaje se enfrenta María García Zambrano en su nuevo poemario. Una obra potente que reclama el derecho a expresar la ira y el dolor censurado de las maternidades no hegemónicas.
Como antídoto a la ira, Zambrano recurre al principio budista de que todo está en continuo cambio, que atraviesa la obra como un bálsamo y alcanza su máximo poder sanador en la cuarta y última parte: un canto esperanzador a la belleza que podemos encontrar incluso en los lugares más dolorosos.
La correspondencia cruzada entre la novelista Carmen Laforet y el crítico de la cultura Emilio Sanz de Soto confirma que Laforet, pese a su mutismo publicitario, no renunció hasta el final a su ejecutoria de escritora, y recupera parte del tejido de la memoria de Sanz de Soto, tan carente de registros en letra impresa. La libertad fue la meta vital de ambos y la dificultad de encontrarla en la España de su época, el argumento central de sus respectivas biografías. Odiaban ser dirigidos y dirigir, y les gustó relacionarse con gente libre. Eran dos seres dotados de narración. Creían en la aristocracia de los sensibles, de los considerados, de los valerosos. Todo lo humano les parecía comprensible, sin etiquetas, sin el poder reductor de esencialismos identitarios. Este epistolario es también la historia de «una amistad amorosa», un concepto y una experiencia de difícil absorción en la cultura española, pero que continuamente estuvo en boca y en vida de Emilio Sanz de Soto y Carmen Laforet. La lectura de estas cartas está presidida por una perentoria necesidad de diálogo que nos remite al hermoso ensayo de Virginia Woolf, The Humane Art, en el que concibe el género epistolar como el arte más humano, al hundir sus raíces en «el amor a los amigos». Estas cartas inéditas son las que cubren un mayor lapso de toda la correspondencia de Carmen Laforet (desde diciembre de 1958 a agosto de 1987) y contribuyen a un mejor conocimiento de la escritora de Nada y de las «memorias literarias vivas» de un testigo excepcional de la cultura española del medio siglo: Emilio Sanz de Soto.
Falta poco para que terminen de construir la autopista que dividirá este barrio lleno de edificios en ruinas. Y ahora mismo tú estás ahí, en la quinta casa desde la izquierda, luchando por sobrevivir. Eres I. Ramey. La víctima de una apuesta letal entre dos dioses manufacturados: la fascinante Roxy (OxyContin), que está en plena forma, y el triunfador Addison (Adderall), que ansía adrenalina.
La apuesta, el reto de quién lleva primero su marca a «la Fiesta», es una carrera hacia el abismo. Y al final tú no puedes evitarlo: te deslumbra lo que prometen la oxicodona y las anfetaminas.
Pero en esta historia hay dos I. Ramey: Isaac, un jugador de fútbol lanzado a la órbita de Roxy por una mala caída y un mal consejo médico, y su hermana Ivy, cuya creciente frustración con su TDAH la lleva a retomar su relación con Addison. ¿Cuál eres tú?
Las tragedias personales detrás del pasado colonial. Un libro sobre la injusticia y su necesaria reparación.
El 27 de abril de 1973, Liseby Elysé, que entonces tenía veinte años y estaba embarazada de cuatro meses, se subió al barco que zarpaba de la pequeña isla de Peros Banhos, del archipiélago de Chagos, en el océano Índico. Con ella viajaban el resto de los habitantes del lugar, a los que se iba a reubicar en la isla Mauricio. La alternativa era quedarse y morir de inanición. La explicación de ese éxodo forzado está en la Guerra Fría. Por motivos estratégicos, en los años sesenta los americanos decidieron instalar una base militar en el archipiélago, concretamente en la isla de Diego García, y no querían población autóctona en las islas cercanas. El lugar se lo habían ofrecido los británicos, porque era una posesión colonial suya y en 1965 la desgajaron de Mauricio y la convirtieron en el llamado Territorio Británico del Océano Índico.
El testamento literario de Sam Shepard: una intensa, dolorosa y poética novela autobiográfica sobre la memoria y la decrepitud física.
El testamento literario de Sam Shepard, escrito en sus últimos meses de vida, cuando una enfermedad degenerativa se iba apoderando de su cuerpo. Frente a esta situación, el escritor plantó cara, en un último gesto de resistencia a través de la escritura. El resultado fue esta novela breve, fragmentaria, elíptica, radical, enigmática y deslumbrante.
Alguien espía a alguien: observa al otro lado de la calle a un hombre que permanece sentado en una mecedora, habla solo y recibe atenciones de sus seres queridos. Alguien evoca recuerdos y narra historias: una extraña fiesta con camellos en pleno desierto de Arizona; el marido de una tía abuela al que le arrancaron una oreja de un mordisco; un embarcadero en la costa; un caballo al que disparan en plena carrera; una clínica en mitad del desierto rodeada de jardines con esculturas; la historia de los abuelos que se marcharon cuando la casa se les inundó; la historia de Pancho Villa cuando acabada la revolución lo asesinaron; un colchón en el suelo en el Lower East Side neoyorquino; Vietnam y el Watergate; la fuga de Alcatraz; un grupo de inmigrantes mexicanos que esperan trabajo en una esquina...
Este volumen incluye libros fundamentales de Rivas Un millón de vacas, galardonado con el Premio de la Crítica española, Los comedores de patatas, y En salvaje compañía, Premio de la Crítica gallega en unanueva edición revisada por el autor, e incluye también una antología de relatos titulada Los habitantes de la dificultad. Todos ellos proponen una mirada al universo rural alejada del costumbrismo y pueden leerse como metáfora del mundo en que vivimos. Una literatura en la que todo habla, personas humanas y no humanas, y en la que la imaginación es una llave para adentrarse
en la zona de sombra de la realidad.