Él es adicto al alcohol. Ella, al sexo… Así que mantenerse sobrio no es más que la mitad de la batalla.
«Se acabó el sexo».
Estas son las palabras a las que más teme Lily Calloway, pero Loren Hale está decidido a seguir con ella sin alimentar sus adicciones. Ahora que viven juntos de verdad, que duermen en la misma cama, Lily se enfrenta a nuevas batallas…, como la de no abalanzarse sobre Loren cada noche, o no dejarse consumir por el sexo ni por su cuerpo.
Loren piensa mantenerse alejado de la bebida para reparar todos sus errores, así que, cuando alguien amenaza con revelar el secreto de Lily a su familia y al público, se promete que hará cualquier cosa por protegerla. Sin embargo, ahora que salen a la luz viejos enemigos, se juega algo más que su sobriedad: atormentarán a Lily hasta que él se derrumbe.
Pero su mayor miedo no es una recaída, sino lo único que lo cambiaría todo.
Dos palabras: «Hemos terminado».
¿Cómo sobrevivir a un mundo en el que Loren deba estar alejado de Lily?
Un asesino en serie, detenido por la comisaria Battaglia hace veintisiete años, consigue escapar del módulo de alta seguridad de la cárcel en la que está preso. Sin embargo, tras diez días de fuga, él mismo se vuelve a entregar a la policía porque teme ser el blanco de otro peligroso criminal que quiere reproducir los antiguos y macabros escenarios de sus asesinatos. Para desvelar nuevos detalles sobre sus crímenes e información sobre su misterioso imitador, solo está dispuesto a hablar con Teresa Battaglia. Teresa debe interpretar las enigmáticas pistas que este deja tras de sí: unas refinadas piezas de mosaicos que construye con trozos de huesos humanos, al tiempo que intenta reconectar con la persona que fue hace casi tres décadas, aquella mujer brillante, atrapada en una turbulenta relación conyugal, que se convirtió en una pionera cazadora de asesinos en serie y en la primera especialista en perfiles criminales de la policía italiana.
La metamorfosis del sabueso. Ensayos personales y otros textos es una gran muestra de la calidad de Horacio Castellanos Moya como ensayista y de la sagacidad de su pensamiento crítico. Reúne notas personales, reflexiones, artículos, columnas y pequeños ensayos: piezas que, pivotando alrededor de los grandes temasque atraviesan la obra del autor, entrañan la confluencia del ensayo literario con la historia de violencia que ha marcado su vida.
Pero este libro es más que un tratado literario. Es un cuaderno personal en el que el autor despliega el mapa de voces literarias que han marcado su escritura y su trayectoria como lector. Dividido en tres partes, la primera, Breves palabras impúdicas, recoge las reflexiones del autor acerca de la violencia, la identidad y el contexto periférico de la literatura centroamericana; la segunda, La metamorfosis del sabueso, se centra en cavilaciones y reseñas sobre autores como Canetti, Kérstesz o Bolaño; y la tercera está dedicada a sus investigaciones sobre la obra de Kenzaburo Oé y su relación con la violencia. Es, en definitiva, un volumen que ilumina la obra narrativa de una de las grandes voces de la literatura centroamericana contemporánea.
Los sentimientos de odio y rencor de Doña Lena, esposa de don Erasmo Mira Brossa, abogado y presidente del Partido Nacional hondureño, y madre de una única hija, Teti, son tan poderosos como el fuego: si se alimenta acaba consumiéndolo todo hasta el desmoronamiento. Pero el fuerte temperamento de Doña Lena no podrá impedir que Teti se case con Clemente, un salvadoreño divorciado, veinte años mayor que ella y con el estigma de comunista. Los lazos rotos de la familia Mira Brossa ya son irreparables, y Teti, Clemente y el hijo de ambos, Eri, se ven forzados a irse de Honduras para instalarse en El Salvador.
Corre el año 1969 y la guerra entre Honduras y El Salvador amenaza con dinamitar los frágiles cimientos de la relación de doña Lena con su hija, quien, a pesar de las amenazas de su contrariada y atormentada madre, se niega a regresar a su país, ni siquiera tras la trágica y misteriosa muerte de su marido.
El carácter volcánico de la matriarca es el denominador común de la historia de esta familia hondureña, narrada con el habitual despliegue de estilo marca del autor, y un tono afilado, ácido, que sumerge al lector en la corriente de sentimientos encontrados en la que se debaten los protagonistas de esta novela.
A cinco mil kilómetros de su hogar, sola, en una oscura carretera de los Países Bajos, una mujer se asoma a una ventana iluminada. Dentro, dos niños juegan y ríen: son sus nietas, pero Yeona nunca las ha conocido. Hace años, su hija Lea abandonó Jerusalén para construirse una vida en otro lugar, sin decir una palabra, sin dar más noticias. Sin embargo, hubo un tiempo en que madre e hija eran inseparables, en que lo eran todo la una para la otra.
Con una exquisita precisión psicológica, Blum rastrea los pasos en falso insignificantes en apariencia y los engaños de la vida familiar, en la que es posible cruzar la línea entre la protección y la posesión sin que nos demos cuenta, y sin saber si podremos encontrar el camino de regreso.
No hay animal más peligroso que el ser humano.
Elena es un animal de la especie humana, una veterinaria apasionada que se deja la vida en el parque zoológico de Valencia para proteger a los seres que ama: elefantes, chimpancés, leones… Ella los cuida con mimo y los salva del peligro hasta que un tirador comienza a sembrar el pánico.
¿Quién es ese criminal oculto que pretende aniquilar los ejemplares más bellos de otras especies? La peculiar investigación, llevada a cabo por un veterano de la UDEV y una joven inspectora, parece un laberinto sin salida. Según el código penal, matar a un animal no se considera «asesinato». ¿Entonces? ¿Vale más la vida de un ser humano?
Elena se apoyará en Cristina, su pareja, y en Sidy, su amante y compañero en el parque, para desenmascarar al culpable sin importar que tenga que romper la ley. Entre triángulos amorosos e insólitas sospechas, todo está servido para que corra la sangre. ¿Podría ser ella la siguiente víctima?