Cuando Breen era pequeña, su padre solía contarle historias de lugares increíbles. Pero ahora ya no tiene tiempo para cuentos, es una veinteañera ahogada en deudas y atrapada en un trabajo que detesta. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando descubre que su madre le ha estado ocultando una cuenta bancaria en la que su padre, que se marchó cuando ella tenía doce años, ha estado ingresándole dinero. Ahora, tiene una fortuna.
Decidida a encontrarse a sí misma en sus raíces, Breen viaja a Irlanda. Pero la Isla Esmeralda tiene reservado para ella un destino más grande de lo que jamás podría haber imaginado... y, en un bosque de Galway, Breen se encuentra con un mundo lleno de magia, una familia que no esperaba y un amor legendario.
Una historia épica sobre el amor que todo lo vence, la amistad y la familia.
El mundo mágico y el de los humanos llevan demasiado tiempo separados, pero hay personas, como Breen Siobhan Kelly, que pueden viajar entre ambos. La joven acaba de volver a Talamh dispuesta a aceptar quién es realmente. Por suerte, no está sola: cuenta con su mejor amigo, Marco, y con Keegan, que la entrena sin descanso y cuyo deseo por Breen no hace más que crecer.
Sin embargo, no hay tiempo que perder. El dios renegado Odran planea destruir Talamh y, para detenerlo, Breen debe seguir luchando para convertirse en todo lo que está destinada a ser.
Tras el último fracaso de Odran, su plan para dominar Talamh (y a Breen) se ha detenido por el momento. Sin embargo, el enfrentamiento se ha cobrado un alto precio y Breen vive momentos dolorosos mientras saca a heridos y caídos de un campo de batalla empapado en sangre y cenizas.
Pero el descanso no dura mucho. Las brujas de Odran empiezan a acosar a Breen en sueños, donde ella las ve practicar magia negra, sacrificar a inocentes y planear la destrucción absoluta. Ha llegado el momento de que Breen destierre a la oscuridad con todo el poder a su alcance.
Una batalla épica se aproxima. Y la derrota no es una opción.
Sonya recibe la noticia de que su difunto padre tenía un hermano gemelo poco después de romper su compromiso matrimonial y perder su trabajo, así que, cuando descubre que su tío desconocido le ha dejado en herencia una mansión victoriana en la costa de Maine, decide instalarse en ella para descubrir por qué los niños fueron separados al nacer y la razón por la que todo se mantuvo en secreto.
La joven no tarda en darse cuenta de que en la casa ocurren cosas muy extrañas. Trey, el abogado amigo de la familia que la ayuda a instalarse, le confirma que el lugar está embrujado y le habla de Astrid, «la primera novia perdida», cuyo retrato decora el despacho de su tío. Sonya también ha heredado una maldición centenaria y un enigma que debe resolver para romperla.
Trescientos años antes de que la Revolución francesa proclame la igualdad entre los seres humanos, un clamor se adueña de los valles vascos: el de los hombres y mujeres que ansían su libertad. Sus anhelos coinciden con un nuevo tiempo en el que las villas asumen el liderazgo frente a la opresiva atmósfera del feudalismo.
Con este vibrante telón de fondo, Aitor, un joven campesino, huye de su señor decidido a cambiar su destino. Su lucha será pronto la de toda una sociedad, que no cejará en su empeño hasta acabar con las injusticias en el mundo rural.
El valle sin nombre sumerge al lector en el día a día de una época fascinante en la que los valles vascos olían a hierro fundido y a deseos de libertad. El amor, la muerte, la amistad y la traición se entremezclan en esta obra, que une con maestría historia y ficción para hacer viajar al lector desde las solitarias calzadas de las tierras vascas hasta las bulliciosas calles de la Barcelona medieval.
Entre visillos (Premio Nadal 1957) retrata el ambiente, el conservadurismo y la hipocresía que subyace en una ciudad de provincias española de mediados del siglo pasado. Las conversaciones aparentemente banales entre las jóvenes protagonistas de esta novela nos irán dando a conocer sus angustias, su miedo a quedarse solteras, la monotonía de sus vidas, sus paseos y primeros novios, los bailes en el casino y esa tristeza que se oculta tras el aburrimiento y la falta de imaginación. La llegada del nuevo y atractivo profesor de alemán provocará en las protagonistas el deseo de liberarse del conformismo y de esa atmósfera opresiva.
«Los partidarios de esa tontería de llamar a las cosas por su nombre parecen convencidos de que las cosas, en efecto, tienen nombre, como si nacieran con él, y de que quien las nombra sin tapujos está, triunfando sobre los tabúes, más cerca de la realidad.»