En 1996, Allen Ginsberg tenía setenta años, se encontraba muy delicado de salud y le quedaba apenas un año de vida. Impulsado quizá por la urgencia de cantar unas últimas verdades, y a pesar de sus escasas apariciones públicas durante aquel período, el poeta beat se lanzó a un gran proyecto final: el de musicar, en colaboración con Paul McCartney y Philip Glass, una colección de pequeños poemas que acababa de publicar en la revista The Nation: se trataba de la Balada de los esqueletos.
Inspirados en la festividad mexicana del Día de los Muertos, estos esqueletos universales reproducen y padecen los males de nuestra sociedad, ejercen y a la vez sufren el poder, dejándose el cuerpo en ello. Entre todos conforman la danza macabra del sistema de agotamiento, explotación y destrucción en que vivimos. Sus versos, tan radicales como divertidos, azote de la moral estadounidense, mantienen hoy su feroz condición de sátira carnavalesca, cobrando una sorprendente y acaso terrorífica actualidad.
Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?
Una antología personal que abarca el conjunto de su obra y privilegia los poemas de tono más filosófico, meditativo y culturalista. Se incluyen seis poemas traducidos específicamente para esta edición tres de ellos de su libro póstumo, entre los que destacan dos importantes poemas extensos: «Enamorado de Palestina» y «Sirhán se toma un café en el bar».
Una recopilación de ensayos, artículos, ponencias y apuntes de viaje de Saul Bellow que abarca, prácticamente, toda la vida del autor.
Más de treinta textos publicados en revistas y periódicos en los que la astuta mirada de Bellow recoge desde un magnífico retrato de la ciudad de Chicago, la firma del tratado de paz entre Egipto e Israel, o impresiones sobre sus colegas, hasta una descripción de la sociedad española de posguerra. Pero es, sobre todo, su lamento por la pérdida de responsabilidad del novelista en la tarea de construir una literatura que sea vehículo de «impresiones verdaderas» lo que compone el corazón de este libro. Una crítica devastadora a sus contemporáneos que ejemplifica a la perfección el texto leído en la recepción del Nobel. Y como colofón, tres entrevistas en las que reflexiona sobre la lectura, la escritura, la enseñanza y la vida.
¿Qué significa Dios? ¿Qué relación tiene con el lenguaje? A lo largo de estas páginas descubrimos las claves de su pensamiento y escritura, y, junto a las reflexiones de filósofos y escritores que le han influenciado, nos vuelve partícipes del misterio de la vida, la fe y el arte.
Tras perder la guerra contra Titán, la Tierra ha quedado cubierta de radiación y la mayor parte de la población superviviente es estéril. Las babosas alienígenas que gobiernan el planeta obligan a los humanos a participar en un juego complejo e interminable en el que se apuestan dos activos muy importantes: tierras y esposas. Pete Garden acaba de perder a Freya y el territorio de Berkeley, en California, pero tiene un plan para recuperarlo todo. Si no se lo impiden los aliens, los traidores psíquicos o su nueva mujer.
Los jugadores de Titán es tanto una sátira como una aventura, un libro en el que se examinan los vínculos que unen a las personas y los exasperantes pecados veniales de los burócratas, ya sean éstos humanos o babosas alienígenas.