Un hondo patetismo se conjuga con una ironía a la vez amarga y piadosa en esta historia de una mujer madura que se enamora del joven profesor que frecuenta su casa. La lucha entre una férrea voluntad personal y la inflexibilidad del destino.
En los años veinte la familia Deveraux es una de las más importantes de San Francisco. En 1929 la boda de la hija, Eleanor, con Alexander Allen, un joven y adinerado banquero, se convierte en uno de los acontecimientos sociales del año. El día más feliz de su vida, la joven luce un vestido exquisito de encaje con perlas bordadas, creación de una firma de alta costura de París. Sin embargo, poco después de las nupcias, Wall Street se desploma y las vidas de Eleanor y Alexander cambian para siempre.
A lo largo de las siguientes décadas, los Deveraux se enfrentan a desafiantes cambios sociales, políticos y económicos. No obstante, el hermoso traje de novia sigue uniendo a la familia. Pasa de Eleanor a su hija Charlotte, y más tarde a Ruby y a Kendall. Una prenda, convertida en reliquia, que se transmite a través de cuatro generaciones de mujeres, cada una con su propia historia que contar.
Una chica ha matado a su novio con la ayuda de su madre. Es verano y el calor aprieta en la costa de Almería mientras pasean su cadáver en una silla de ruedas. Tomando el sol y bebiendo cócteles en garitos de playa acompañadas del muerto, la hija llama insistentemente al juez que tal vez podría instruir su caso para ponerle las cosas fáciles: son culpables y está dispuesta a contarle con todo detalle cómo lo han matado y por qué. Pero el juez no contesta y salta el buzón de voz.
La premiada dramaturga y poeta Carla Nyman debuta en la novela con este delirio almodovariano, un machetazo revestido de risa histérica que lanza bruscos interrogantes sobre el deseo, la feminidad, los celos y el amor.
Tras la repentina muerte de Julián Riglos, Laura Escalante se convierte en una viuda culta, bella y rica. La joven despierta admiración y deseo entre los caballeros de la alta sociedad porteña, que ven en su reciente soledad una oportunidad para intentar seducirla.
Corre el año 1879 y Buenos Aires vive momentos de gran convulsión política. Mientras aspira a la presidencia de la Nación, Julio Argentino Roca prepara la campaña al desierto para apropiarse de las tierras de los indios. Nada parece ser un obstáculo cuando se trata de lograr sus objetivos, y conseguir el amor de Laura es uno de ellos. Su virilidad y su determinación no la dejan indiferente. Sin embargo, ni el asedio de Roca ni el recuerdo de su marido logran que olvide a su gran amor perdido en el sur de Córdoba.
Por su parte, y tras seis años de ausencia, Nahueltruz Guor vuelve a su tierra con sed de venganza y de reparación. El reencuentro con Laura será inevitable y trastornará sus vidas como jamás lo habrían imaginado.
En 1909, miles de «guerreros del desierto» y sus familias, pertenecientes a diversas tribus del noroeste de África, confluyen en Sagia el-Hamra y, guiados por el cheij Ma el-Ainin, inician una ardua marcha que tal vez les lleve a enfrentarse al ejército francés. Varias décadas después, esa terrible y hermosa historia ha caído casi en el olvido para todos, incluso para Lalla, una niña descendiente de los «hombres azules» del Sahara, que vive con la familia de su tía Aamma en los suburbios de una gran ciudad a orillas del Mediterráneo. Pese al sol y el viento implacables, Lalla ama las dunas, el silencio y, sobre todo, la libertad. Es feliz escuchando las leyendas que le cuentan su tía y el anciano pescador Namán, y recorriendo pedregales junto al joven pastor Hartani, con quien descubre el amor. Pero debe despedirse de ese mundo y embarcar hacia Marsella, donde tiene que buscarse la vida entre miles de emigrantes; un fotógrafo, tras descubrir su rara belleza, le brindará la oportunidad de mejorar su situación. Sin embargo, hija del desierto, Lalla querrá regresar a la tierra de la que partió, a sus verdaderos orígenes.