En tiempos de paz jugaron a ser otros. En tiempos de guerra descubrieron quiénes eran en realidad.
Baviera, Alemania. El castillo de Fallstein es uno de los más fastuosos de la zona, pero, lejos de ser un remanso de paz alejado del frente, Hilda Sagnier ha comprobado cómo la guerra y sus consecuencias han entrado con fuerza en sus salones, pues su marido, el prestigioso conde bávaro de Fallstein, ha sido completamente seducido por Hitler. Decidida a luchar por lo que cree, la condesa no dudará en arriesgar su vida, sobrepasar sus límites y fingir ser quien no es para ayudar a los perseguidos del régimen.
Mientras tanto, en Barcelona, los nazis empiezan a agasajar a José Manuel, pero el empresario sabe exactamente cuál es su objetivo. Él, que fue espía durante la Guerra Civil española, no tardará en involucrarse en la misión más secreta y de una relevancia capital, una misión que lo llevará a alternar con la élite alemana y a relacionarse con la alta sociedad de Potsdam. Allí, donde todos se relajan y hablan más de la cuenta, el espía deberá encontrar y destruir el arma en la que los alemanes confían su victoria.
Hilda y José Manuel, dos españoles en el corazón del Tercer Reich, descubrirán que, en tiempos de guerra, nadie es quien dice ser y que a veces la urgencia y el peligro son los mejores aliados para que el amor y los verdaderos sentimientos afloren.
Gideon Cross apareció en mi vida como un rayo en la oscuridad… Era guapo y brillante, imprevisible y sensual. Me atraía como nadie ni nada lo había hecho nunca.»
Una novela de alto voltaje, provocativa y apasionada que no podrás soltar desde la primera a la última página.
Para Simón Axier, uno de los principales actores teatrales norteamericanos, todo ha terminado. Ya sexagenario, ha perdido su magia, su talento y la seguridad en sí mismo. Imagina que la gente se ríe de él, no es capaz de fingir que es otra persona. Su mujer se ha ido, su público le ha abandonado, su agente no puede persuadirle de que vuelva a actuar. De repente estalla otra trama: un deseo erótico fuera de lo corriente que sirve de consuelo a su vida desposeída, pero que es tan arriesgado y aberrante que no apunta hacia el alivio y la gratificación, sino a un final aún más sombrío y espantoso.
El misterio iniciado en El silencio de la ciudad blanca llega a su fin.
El esperado desenlace de la Trilogía de la Ciudad Blanca.
El misterio llega a su fin.
Vitoria, 2019. Los señores del tiempo, una épica novela histórica ambientada en el medievo, se publica con gran éxito bajo un misterioso pseudónimo: Diego Veilaz.
Victoria, 1192. Diago Vela, el legendario conde don Vela, retorna a su villa después de dos años en una peligrosa misión encomendada por el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y encuentra a su hermano Nagorno desposado con la que era su prometida, la noble e intrigante Onneca de Maestu.
Unai López de Ayala, Kraken, se enfrenta a unas desconcertantes muertes que siguen un modus operandi medieval. Son idénticas a los asesinatos descritos en la novela Los señores del tiempo: un envenenamiento con la «mosca española» ―la Viagra medieval―, unas víctimas emparedadas como se hacía antaño en el «voto de tinieblas» y un «encubamiento», que consistía en lanzar al río a un preso encerrado en un tonel junto con un gallo, un perro, un gato y una víbora.
Las investigaciones llevarán a Kraken hasta el señor de la torre de Nograro, una casa-torre fortificada habitada ininterrumpidamente desde hace mil años por el primogénito varón. Pero el reverso de tanta nobleza es la tendencia de los señores de la torre a padecer el trastorno de identidad múltiple, un detalle que arrastrará a Estíbaliz a vivir una arriesgada historia de amor.
Una novela que nos habla del amor en el siglo XXI y, sobre todo, del amor propio, el crecimiento personal y la lucha contra los estándares sociales.
Karma (Laura) es una mujer que roza los treinta. Trabaja de teleoperadora en unos grandes almacenes y comparte piso con su amigo Roberto. Son una dupla galáctica y funcionan mejor que cualquier matrimonio convencional.
La vida de Karma da un vuelco de ciento ochenta grados cuando conoce a Leo, su match de Tinder. Leo acaba con todos sus miedos y hace que se sienta como una diosa en la cama y fuera de ella.
Sin embargo, ella convive con los monstruos de su pasado, con la carga de pesar más de lo que la sociedad acepta como normativo, con la necesidad de volver a terapia y con la creencia de tener una autoestima que en realidad no es tan férrea como ella piensa.
Karma somos un poco todas, Karma se construye de todas las mujeres que me inspiran, Karma soy yo.
¿Por qué se le han de romper los esquemas a una mujer empoderada cuando un hombre aparece en su vida?
El protagonista de la novela –ingenioso, encantador, bisexual, absolutamente amoral– logró escaparse de un orfanato a los trece años, aprendió el oficio de masajista y se las ingenió para convertirse en un pícaro moderno y codearse con los ricos y los famosos, desempeñando unas veces el papel de confidente, otras el de bufón, y, para los lectores de esta novela, el de divertidísimo cronista de las disparatadas vidas de la jet set. Este libro es, en buena parte, un roman à clef, y, a veces, ni siquiera necesita claves, pues por sus páginas desfilan –junto a retratos tenuemente disfrazados de escritores como Tennessee Williams, actrices como Greta Garbo, millonarios como Stavros Niarchos– personajes reales, como las inefables Mrs. Matthau y Mrs. Cooper, cuyos diálogos sobre la vida y costumbres (preferentemente sexuales) de otros miembros de la alta sociedad están reproducidos con cruel fidelidad. Esta novela inacabada y póstuma es «un ataque venenoso de Truman Capote contra el mundo que le había convertido en objeto de adoración» (Lise Friedman, Vogue).