Cuando Greta, una chica que conocimos en el Círculo de Vela, nos invitó a una excursión en barco con sus amigos y ella, no imaginábamos que nos veríamos envueltas en una inesperada caza del tesoro… ¡con doble misterio!
Otro viaje en el tiempo del topo Felipe, esta vez a los juegos olímpicos de la Antigua Grecia.
El topo Felipe se reencuentra con sus queridos Quique y Teo. En el cole se celebran unas jornadas deportivas con el motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos. Felipe les cuenta que las olimpíadas ya se celebraban en la Grecia clásica. Con el reloj mágico deciden viajar hasta la primera edición de los juegos, en el 396 a.C. en la ciudad de Olimpia. Una vez allí, los tres amigos conocerán a Corebus, el auriga de la princesa Cinisca, y a Perla, su yegua. Perla está enferma y no puede competir en la carrera, pero Felipe ayudará a que se recupere.
Hace unos años que Pepe, el abuelo de Lola, vive en Yayolandia, el planeta al que viajan todos los abuelos y abuelas que un día se van al cielo.
Al principio, Lola no lo entendía: ¿por qué dejó nuestro planeta para irse a otro? ¿Por qué ya no puede verlo cada día y jugar con él?
Pero ahora Lola sabe que hay veces en la vida en que, por más que deseas algo con todas tus fuerzas, no puedes tenerlo. Y que su abuelito se lo pasa en grande en Yayolandia, y desde allí los observa y los protege.
Y es que solo hay una cosa más fuerte que el paso del tiempo: el poder del recuerdo. De este modo, el abuelito Pepe vivirá con ella para siempre, en su corazón.