A yawn is quite catching, you see. Like a cough.
It just takes one yawn to start other yawns off.
Dr. Seuss spins a sleep-tastic tale about a very small bug and a very big yawn that spreads and spreads. Meanwhile, the Audio-Telly-o-Tally-o Count adds up every sleeping creature from the country of Keck to the Castle of Krupp. First one, then seven, all the way to the billions and zillions, the Who's-Asleep-Count just keeps growing and growing! This book is a perfect bedtime story that will have the most reluctant readers laughing, and the most reluctant sleepers snoring!
El manojo de poemas de esta pequeña obra cantan a la niñez y al amor filial, a la escuela, a Quisqueya la bella, a los sanos juegos de tiempo atrás, a las figuras tradicionales del mercado y del carnaval, a los dulces de la infancia, a la hermosa naturaleza de nuestro país y al espíritu generoso de la Navidad... Este libro ganó el concurso Por Nuestro País Primero, premio "Delia Quesada" de Literatura Infantil, de la Sociedad Cultural Renovación, Puerto Plata.
¿Es más importante que una niña sea bonita o inteligente?
Durante la mayor parte de sus 17 años de vida, Pamela Montes ha sido una recha. Una ávida interesada en la ciencia y la cultura, Pamela empieza a sentirse como un fantasma social, visible sólo para su pequeña familia e invisible para los demás. Cuando sus padres le anuncian que se mudarán de ciudad, ella decide que es una oportunidad ideal para hacerse una transformador extrema. Su meta es saber qué se siente se guapa, amada y "popular" en su nueva escuela.
Cuando Jason despierta, sabe que algo va muy mal. Está en un autobús camino de un campamento para chicos problemáticos. Y le acompañan Piper -una muchacha (bastante guapa, por cierto) que dice que es su novia- y el que parece ser su mejor amigo, Leo... Pero él no recuerda nada: ni quién es ni cómo ha llegado allí. Pocas horas después, los tres descubrirán no solo que son hijos de dioses del Olimpo, sino además que su destino es cumplir una profecía de locos: liberar a Hera, diosa de la furia, de las garras de un enemigo que lleva mucho tiempo planeando su venganza...
—Pero es que la abuela es taaan aburrida... —se quejó Ben. Era una fría tarde de viernes del mes de noviembre, y como de costumbre, iba repantigado en el asiento trasero del coche de sus padres, camino de la casa de la abuela, donde se vería obligado a pasar la noche una vez más—. Todos los viejos lo son.
—No hables así de tu abuela —le regañó su padre con desgana. Su gran barriga se aplastaba contra el volante del pequeño coche marrón.
—Odio quedarme con la abuela —protestó Ben—. ¡Tiene la tele estropeada, solo piensa en jugar al Scrabble y apesta a repollo hervido!