INFANTIL

Necesito algo de papel y colores. Aquí lo tienes, dijo mamá osa. Muchas gracias!.

¿Puede todo un tiranosaurio ser vegetariano, bueno y sensible? ¡Que dirían en el Cretácico si se enterasen! Bueno, nadie es perfecto, pero a Rogelio le importan mucho las apariencias, así que lo disimula muy bien... ¡hasta que ocurre un imprevisto! Menos mal que siempre hay un grupito de insectos dispuestos a ayudar. Y, bueno, tampoco son perfectos, tan pequeños y ceceando... ¡hasta que dan con la solución!

En esta historia única Belkis Marte nos cuenta cómo Alía y Hendry descubren, con el asombro más inesperado, bajo el manto de la lluvia fresca, un charco que de repente se transforma en una cara sonriente. Un charco mágico que se mueve traviesamente. Los niños convencen a su madre de que los deje salir a disfrutar de la lluvia. Se alistan, vestidos con sus capas de agua chubasqueros y coloridas botas de lluvia. Saltan. ¡Plas, plas, cataplás! Juegan y chapotean con el charco juguetón. La autora nos sumerge en esta trama emocionante, donde Alía y Hendry quedan fascinados con su nuevo amigo, entre juegos de saltos, salpicaduras de agua, vueltas y acrobacias. Y cuando la magia termina, ¡plof, plof, plof!, las lágrimas se deslizan por sus mejillas, pero guardan el secreto. Sonríen, sabiendo que volverá a llover, y la esperanza de otro encuentro con el charco se convierte en un presagio de felicidad.

¿Que es la Navidad, abuelo?», pregunta el nieto amoroso. y el abuelito suspira y contesta, ebrio de gozo: La Navidad es un tiempo de ternuras y alegrias, una puerta hacia el milagro, un regalo de armonia... Alrededor del hogar se reunen las familias, Se reconocen, Se abrazan, Se dan la paz y Se miman Cuánto de mirra y de oro, de incienso y de bendición celebran el nacimiento del omnipotente rey, que se hizo carne y moro entre la incredula grey, para Salvarnos por Siempre, con su amor y con su ley. La Navidad es un tiempo de angelical distracción, donde se funden las almas y renace la bondad, un estado del espiritu, un canto de libertad, un tiovivo de esperanzas, una risa, un aletear... ¡y ustedes, mis pequeñuelos, Si quisieran Saber más, vengan conmigo a este cuento, y Belkis les mostrara!».