En esta edición de los Cuentos Completos de Oscar Wilde, puede apreciarse el germen de los temas que más tarde dominarán su teatro: la novela negra y la narración detectivesca, las preocupaciones artísitcas de la época, la delicadez imaginativa, el romanticismo de los sentimientos, o la descripción de la belleza despiada y cruel.
Aunque el nombre de Edith Wharton sea bien conocido para un lector atento –fue la primera mujer en ganar el premio Pulitzer, estuvo nominada al Nobel en varias ocasiones, firmó más de cuarenta libros de todos los géneros–, aún queda mucho por conocer de una de las escritoras más difíciles de encasillar de la historia de la literatura: sus cuentos son un brillante ejercicio de pasión, síntesis, armonía, encanto discreto y un agudísimo sentido del humor que no han llegado a ser todo lo reivindicados que deberían. Este primer volumen de sus Cuentos completos, que comprende los escritos entre 1891 y 1908, nos ofrece una nueva visión de la autora de La edad de la inocencia que sorprenderá a no pocos y hará disfrutar a muchos.
Prologado por la escritora Clara Obligado, la traducción de este volumen corre a cargo de un compenetrado equipo de traductores –Emma Cotro, Maite Fernández Estañán, Eva Gallud y Juan Carlos García– que no solo ha logrado traernos la voz de Wharton de la mejor manera posible, sino hacerlo en el momento y de la forma que se merece.
Mientras se iban publicando los relatos reunidos en el segundo volumen de estos Cuentos completos, entre 1909 y 1937, Edith Wharton se adentrará en el siglo xx, en el que vivirá las fracturas sociales del nacimiento del siglo, el conflicto de la I Guerra Mundial en primera persona, el periodo de entreguerras y el Crack del 29. Son los cuentos que aparecieron antes y después de su novela universal, La edad de la inocencia (Premio Pulitzer en 1921). Son sus décadas de mayor esplendor literario, donde su prosa alcanzó las mayores cotas de calidad y sus cuentos reflejaron como pocos el advenimiento de un nuevo mundo y una nueva sensibilidad.
El relato más largo de este libro, «La sala número seis», narra el lento y fatal proceso por el cual el viejo director de un hospital de pueblo donde están aislados unos dementes, acaba por ser encerrado en esa sala de la locura. El resto de los cuentos recogidos van desde lo grotesco, como en «Un drama», en el que un autor teatral mata a una señora con un pisapapeles, hasta la candidez de la adolescencia, presente en ese relato en el que la protagonista escribe una carta a un supuesto enamorado. La enorme maestría de Chéjov (1860-1904) se halla condensada en la presente selección, demostración de ese retratista extraordinario que fue el escritor ruso, deslumbrante en la sencillez y sobriedad de su estilo.
E. T. A. Hoffmann (1776-1822) fue un extraordinario narrador de lo fantástico, de lo inquietante y de lo diabólico. En su obra se confunden sueño y realidad, dentro de la corriente romántica que había abandonado el principio de imitación de la naturaleza y había recuperado la facultad creadora y autónoma de la fantasía. Pero, además, Hoffmann poseía un talento artístico polifacético: fue un excelente dibujante, compositor y director de orquesta y, sin duda alguna, sus creaciones musicales prepararon el camino de su producción literaria.
Edgar Allan Poe (Boston, 1809 - Baltimore, 1849), reconocido como el maestro del relato corto, dejó un legado literario que se ha convertido en un punto de referencia constante para todas las artes. Su huella en la literatura fantástica y de terror, así como la literatura detectivesca es incuestionable e inspiró de manera decisiva a escritores de la talla de Melville, Baudelaire, Maupassant, Cortázar o Nabokov.
En el presente volumen reunimos una pequeña muestra de esas famosas piezas maestras que mantienen en vilo al lector y lo introducen en un mundo fantástico donde lo sobrenatural y lo desconocido se convierten en protagonistas. La picadura de un extraño insecto en El escarabajo de oro, los habitantes perturbados de una mansión en La caída de la Casa Usher, misteriosos asesinatos resueltos por el célebre detective Dupin en Los crímenes de la calle Morgue y La carta robada, los horrores de una prisión en El pozo y el péndulo, o la apariencia siniestra del ojo de un anciano en El corazón delator son algunos de los nueve relatos seleccionados para esta edición.
Se ha dicho que Charles Dickens inventó la celebración de la Navidad tal y como la conocemos, y tal vez ningún otro escritor ha evocado con tanta maestría el espíritu a la vez jubiloso y elegíaco de esa fecha. Inspirado en la edición inglesa de 1852, el presente volumen reúne el célebre «Canción de Navidad» y otros cuatro relatos de ambientación navideña: «Las campanas», «El Grillo del Hogar», «La batalla de la vida» y «El hechizado». En todos ellos destacan los temas principales del universo dickensiano: la caridad, la infancia, las leyendas populares, las desigualdades sociales, los sueños y la redención personal.
Además de las novelas que le valieron desde el momento mismo de su publicación un lugar inamovible entre el favor de los lectores, Charles Dickens consagró a la festividad navideña cinco novelas cortas ambientadas en estas fechas marcadas por el encuentro de las emociones, el balance de lo hecho y lo por hacer, y la a menudo sangrante desigualdad que en ellas parece ponerse más de relieve. Teñidas con frecuencia de un componente fantasmagórico o mágico, este volumen las reúne en su integridad, comenzando por la celebérrima Canción de Navidad, en la que el avaro Scrooge experimenta una transformación por obra de diferentes visiones y apariciones, para seguir con Las campanadas, El grillo del hogar, La batalla de la vida y El hechizado, piezas todas ellas de amena y placentera lectura en la concreta ocasión navideña o en otra cualquiera.
Si hay una época que ha inspirado a autores occidentales de todos los tiempos, esa es la Navidad. Historias entrañables, pero también melancólicas y humorísticas, todas tienen cabida en esta antología que abarca relatos del siglo XIX y principios del siglo XX de cuentistas reconocidos, como Charles Dickens o Antón Chéjov, o aún por descubrir, como O. Henry o Nikolái Gógol. Una sublime recopilación de cuentos clásicos imprescindibles con los que emocionarse.