Este libro nos adentra en el fascinante mundo creativo de uno de los genios más grandes de la humanidad. Aunque Leonardo da Vinci es célebre por sus logros como pintor, inventor y científico, su faceta como escr tor de fabulas y parábolas es un tesoro bastante ocu to que revela la profundidad y amplitud de una curiosidad insaciable y una imaginación sin límites. Este vo umen recopila sus narrativas breves más asombrosas y enriquecedoras. Cada cuento es un microcosmos, una ventana al ingenio de este renacentista, a su amor por los enigmas y la profunda observación de la naturaleza humana y el mundo natural, Estas historias, a menudo salpicadas de humor y siempre iluminadas por una inteligencia aguda, demuestran una creencia inquebrantable en la capacidad del ser humano para superar desafíos a través de la razón, la observación y la creatividad.
Entre 1932 y 1935, en plena Depresión, Tennesse Williams trabajó en las oficinas de la International Shoe Company, en su sede de Saint Louis, donde su padre, que le había obligado a dejar la universidad, era jefe de ventas. Fue un período triste y opresivo en el que, a escondidas, escribía cuentos y poemas, como se refleja en «Escalera a la azotea» (cuyo primer título fue «Episodios de la vida de un oficinista»), incluido en esta recopilación que ilustra los primeros pasos de sus ambiciones literarias y del universo característico que construyó. Las derivas de la vejez –hacia la demencia o la paz interior– y de la adolescencia –en sus primeros amores y experiencias sexuales– están muy presentes en estas primeras piezas, así como la violencia grotesca típica del llamado «gótico sureño». Sin embargo, entre la locura extremosa, las fantasías criminales y el suicidio, asoma una visión compasiva de la intimidad y de los sueños enterrados de una serie de personajes vencidos por un ambiente hostil o por sus propias emociones, que no consiguen identificar. Los perros oruga y otros cuentos de juventud es un buen adelanto de todo lo que sería Tennesse Williams tan solo unos pocos años después y de todo lo que le haría universalmente conocido.
Esquilo (h. 525-456 a. C.) es el autor más antiguo del que conservamos tragedias completas. Nacido en Eleusis, en el Çtica, escribió algo más de ochenta tragedias, de las cuales tan solo se han conservado siete. Fue tambien soldado en una epoca difícil en la que Atenas vivía bajo la amenaza de la invasión persa, y participó en algunos de los combates determinantes de las Guerras Medicas. Precisamente, Los persas pone en escena una de las celebres batallas en la que participó el propio poeta trágico: la de Salamina. Alejada de elementos mitológicos y de la tradición heroica helenica, el ardiente patriotismo que respira la obra no impide que Esquilo adopte cierta moderación.
«Por fin: aquí están los prolegómenos de la gran obra, la aurora boreal del ciclo, el lienzo secreto del fresco, el solar en el que se construyó la catedral de siete pilares, el prefacio del propio Marcel, la búsqueda de En busca del tiempo perdido. [...] Proust ha vuelto, único y visionario como siempre» ( J. Garon, L’Obs). Así han saludado unánimemente los expertos y la crítica el hallazgo de este tesoro literario: un manuscrito mítico que ve la luz tras el fallecimiento de su propietario, Bernard de Fallois. Escritos entre 1907 y 1908, con estos episodios emblemáticos y fundacionales de su obra maestra se penetra por arte de magia en la memoria proustiana como si se tratara de una primigenia autobiografía en la que los personajes y los lugares surgen en toda su desnudez y conservando sus nombres auténticos —la abuela Adèle, la madre Jeanne y un joven Marcel estremecedoramente «humano, amoroso, atento con su familia, fiel y generoso» (A. Compagnon, Le Figaro Littéraire).
Los últimos días de Immanuel Kant' sigue siendo uno de los textos más singulares y elaborados de Thomas de Quincey. Gracias en buena medida a las memorias firmadas por Ehregott Wasianski, el ensayista inglés pudo prestar sus palabras al fiel amigo de Kant y relatar los últimos momentos del célebre filósofo ilustrado. Siguiendo antojadizamente el flujo de los acontecimientos, De Quincey nos da cuenta en sus páginas de las preocupaciones que invaden ahora a ese pobre espíritu en otro tiempo brillante. Atrapado por su vejez y por sus problemas de salud, el filósofo aparece retratado como un hombre agotado y enfermo. Sus pérdidas de memoria y de equilibrio afligen a Wasianski, que intenta por todos los medios hacer su vida más llevadera hasta el último aliento.
Los viajes de Gulliver es una de las obras de ficción más famosas jamás publicadas; con el paso del tiempo se ha convertido en una historia inmortal de la cultura occidental que ha gozado, desde su primera publicación, de un éxito inusitado.
Enmascarada mediante un velo satírico, en esta novela fantástica, escrita por el incomparable Jonathan Swift, se pasean unos sorprendentes seres de unos pocos centímetros de alto, ¡los famosos liliputienses!, también nos cruzamos con gigantes que avanzan unos diez metros con cada una de sus zancadas, mientras descubrimos islas voladoras o caballos parlantes que despliegan una inteligencia impropia…, y todo ello con un fin: realizar una feroz crítica social que de otro modo nos hubiese resultado agresiva y chocante.
Una ingeniosa mezcla de relato de viaje, fantasía utópica y literatura de gran calidad que hará disfrutar tanto a niños como a adultos de todas las edades. Aquí encontraremos aventura, un despliegue de imaginación desbordante y una reflexión profunda que nos invita a mejorar como sociedad.