Los mejores libros jamás escritos Una obra fundamental de la literatura mística Edición de Jorge García López, profesor de Filología Española en la Universitat de Girona Santa Teresa de Jesús, también conocida como Teresa de Ávila, es, junto con san Juan de la Cruz, el gran nombre de la mística española. El Libro de la vida es el primero de sus escritos no líricos y ya en él se hallan los temas más recurrentes de su obra. Se trata de una obra temprana y fresca, que combina la autobiografía con la enseñanza religiosa y el relato con la doctrina. De este modo, mientras que los primeros diez capítulos son meramente biográficos, casi confesionales, lo cual supuso una novedad totalmente rupturista en el ámbito de las letras, los siguientes capítulos constituyen un bello tratado acerca de la oración. Hacia el final de la obra, la carmelita retoma la narración más cotidiana y relata la fundación del convento de San José de Ávila. La sencilla y sincera prosa de santa Teresa de Jesús otorga al Libro de la vida no solo un valor religioso, sino sobre todo literario.
Esta antología bilingüe, cuya primera y casi clandestina edición vio la luz en 1987, se ha convertido desde entonces, justamente, en un secreto libro de culto por su repercusión indirecta en la valoración de la poesía que representa -traducciones de Keats, Wordsworth, Hardy, Browning o Emily Brontë lo atestiguan- en el panorama editorial español. En esta obra imprescindible para todo amante de la poesía se ofrece una muestra insuperable y significativa de los autores señeros de una lírica llamada a influir de forma decisiva en buena parte de la creación poética del siglo XX tanto europea como estadounidense. La presente edición no sólo recupera el contenido de aquel volumen original, sino que en ella Ángel Rupérez aporta nuevos poemas e incluso nuevos nombres -Henley, Wilde, Stevenson, Kipling- que la enriquecen.
En esta colección se recogen algunas de las aventuras publicadas en Alemania a principios del siglo xx y que tienen como protagonista al célebre detective creado por Arthur Conan Doyle
Friedrich Schiller comenzó a escribir "Los bandidos" cuando apenas tenía diecisiete años y era alumno de la Academia Superior Militar. Esta institución, máxima expresión de un absolutismo ilustrado en su versión más represiva, acogía en su seno a los jóvenes más capacitados del reino, rigurosamente seleccionados para ser formados en carreras técnicas y administrativas, con el fin de crear una reserva de talentos destinados a trabajar en los más altos puestos del estado. Los incidentes que se produjeron durante el estreno de la obra y la insostenible situación que le creo al autor llevaron a Schiller a dar el amargo paso del autoexilio y abocaron, sin embargo, a "Los bandidos" a una carrera teatral imparable. "Los bandidos" se inscribe en las tendencias dramatúrgicas de la Ilustración y del "Sturm und Drang", con un lenguaje provocativo y en ocasiones soez. Pero también tiene muchos rasgos extemporáneos que están en claro contraste con esas dos tendencias: la falta de naturalidad y espontaneidad, el patetismo que a veces roza el ridículo, rasgos escénicos regresivos que combinados con las más radicales manifestaciones fundamentan y configuran el rango extraordinario de esta historia de dos hermanos enemigos y antagónicos, unidos, sin embargo, por el enfrentamiento con el padre.
Los chicos de Jo cierra la emotiva saga de la familia March, que dio inicio con Mujercitas y siguió con Hombrecitos. Han pasado diez años desde entonces, Jo y sus hermanas sienten que han cumplido sus sueños y comparten el cuidado de los chicos de Plumfield, ahora un próspero colegio, con el mismo cariño que recibieron ellas cuando eran niñas. Los primeros estudiantes de Plumfield son ya jóvenes que vuelan por su cuenta con distinta suerte, pero que vuelven a aquel que fue su hogar siempre que pueden. Louisa May Alcott pone punto y final con esta novela a la trilogía de Mujercitas manteniéndose fiel a su estilo, en el que los profundos valores y el espíritu revolucionario de esta autora avanzada a su tiempo se funden para dar vida a unos personajes inolvidables.
Este volumen vierte por primera vez al español la edición primitiva (1812) de los cuentos de los hermanos Grimm. Frente a la última de 1857, más completa y embellecida literariamente, pero censurada para satisfacer al gusto burgués, en los cuentos de esta versión originaria encontramos una universal ignorancia de los sentimientos religiosos, amén de un lenguaje más tosco pero más fresco y espontáneo. Las exhaustivas notas de esta edición contrastiva dan cuenta de los innumerables cambios de estilo y contenido producidos entre la primera y la última versión de los cuentos, lo que permite atisbar el largo proceso de gestación del nuevo género literario creado por los Grimm.