La mayor parte de las narraciones incluidas en este volumen rememoran y dan forma a las intensas experiencias vividas por Jack London (1876-1916) durante el largo viaje que realizó entre 1907 y 1909 a Polinesia. Pese a estar recorridos siempre por una corriente de humor o de fina ironía, estos Relatos de los Mares del Sur expresan, sin embargo, las obsesiones y convicciones que dominaron la existencia del inquieto autor de Colmillo blanco, La llamada de la naturaleza o El vagabundo de las estrellas, todas ellas publicadas en esta colección: en los conflictos que se plantean en ellos la victoria nunca será de la moral, la ética o los ideales, sino de las fuerzas primigenias, del ímpetu ciego de la naturaleza o de la violencia de los hombres.
«La obra de Oscar Wilde es un canto al individuo irrepetible y único en un marco social cada vez más despersonalizado y despersonalizante».LUIS ALBERTO DE CUENCA «Más allá del clásico en el que se ha convertido, y dejando de lado su espíritu de novela gótica, en la que lo maravilloso y costumbrista se dan la mano para crear un universo completamente nuevo, El retrato de Dorian Gray (1890) es una minuciosa descripción de qué ocurre con el libre albedrío cuando se encuentra desligado de la responsabilidad y de la conciencia. La novela comparte la recargada estética de sus cuentos, la ligereza del diálogo, el giro emocional, un poco sentimental incluso, de sus protagonistas. Pero capta, como no se arriesgó en otras obras, el espíritu de la época, los pliegues del alma de Wilde, y, como todos los clásicos, se adelanta a una sociedad que, más de un siglo después, continúa absorta en su propia imagen, venera la juventud, relativiza los valores, desprecia lo fundamental del arte y sigue bailando, mientras todos miran, mientras todos ocultan algo que no desean que los demás contemplen»
La presente edición reúne dos de las obras más relevantes en la trayectoria literaria de Kurt Tucholsky (1890-1935). "Rheinsberg. Un libro de imágenes para enamorados", su primera obra literaria, relata la escapada de tres días de una joven pareja a un popular destino vacacional, con la idea de entregarse apasionadamente a su aventura amorosa. Cosechó un importante éxito de público debido, a la libertad con que sus jóvenes protagonistas desafiaban las convenciones sociales. "El palacio de Gripsholm", presenta una narración salpicada de recuerdos y reflexiones en torno a hechos históricos que deja ver los numerosos cambios en la sociedad y las relaciones personales que se vivieron durante los años veinte.
Edición de Antonio Sánchez Jiménez y Fernando Rodríguez-Gallego
El volumen 49 de la BCRAE presenta la apuesta poética más importante del Lope de plenitud, el de los cuarenta años: las Rimas (1604), un cancionero petrarquista adaptado a sus propios gustos, usos y necesidades, con el que quiere presentarse como el primer poeta lírico del país, legítimo sucesor de Garcilaso.
La colección exhibe un magistral dominio del verso y de los distintos subgéneros de la lírica culta, del soneto a la égloga, de la silva a la elegía, pasando por la epístola o el epitafio, siempre con un trasfondo de verdad vivida, que sitúa a la voz autorial en el centro de la empresa poética.
La edición que presentamos respeta la integridad del cancionero y lo edita a partir de la impresión de 1604, en la que las Rimas adoptaron su forma definitiva. Como apéndice se incluye el célebre Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, añadido en la edición de 1609 de las Rimas a continuación de estas.
Aunque fraguadas sobre todo entre 1858 y 1861, las Rimas están integradas por piezas compuestas a lo largo de casi quince años, hasta el momento de la muerte de Bécquer, sin alcanzar una ordenación definitiva. Los temas dominantes son los propios de la poesía amorosa de todos los tiempos, como la melancolía y la incomunicación, modulados por toda la tradición aprendida (desde el clasicismo grecolatino hasta los romanticismos de escuela, pasando por la literatura del Siglo de Oro) y prestando atención a procedimientos propios de la literatura de consumo, como el sentimentalismo del folletín, la dramatización de la vida privada, la métrica de la zarzuela o el tono de la poesía alemana y de la balada de mediados de siglo.
Gustavo Adolfo Bécquer tuvo una vida y una muerte tan trágicas como cabe suponerle al máximo exponente del Romanticismo literario español.
Rompedoras en lo formal y emocionantes en lo temático, las Rimas nos muestran una de las voces líricas más depuradas y memorables del siglo XIX, cuya fama se ha perpetuado de generación en generación.
Las 16 Leyendas presentes en este volumen confirman a Bécquer como el gran renovador del cuento español decimonónico. Su magistral tratamiento de lo fantástico en historias como «Maese Pérez, el organista», «El monte de las Ánimas» o «Los ojos verdes» hace de ellas auténticas obras maestras del relato gótico.
Robinson Crusoe es una de las obras de aventuras más famosas de la literatura. Escrita por Daniel Defoe, está considerada como la primera novela inglesa. Cuenta la historia del joven Robinson Crusoe que embarca en un largo viaje como marinero a bordo de un barco mercantil. Una gran tormenta hunde el barco en el que viajaba, naufragando a una isla deshabitada cerca de Venezuela. Solo y sin modo de escapar, pasará sus aventuras en la isla en la que permanecerá durante veintiocho años.
Tras una travesía llena de aventuras y peligros, el marinero Robinson Crusoe naufraga en una isla desierta donde le esperan más de dos décadas de absoluta soledad.
Para sobrevivir y construir un nuevo mundo desde cero, cuenta con una sola herramienta: sus propias manos. Considerado el padre de la novela británica, Daniel Defoe recurre en esta historia a un brillante uso de la perspectiva para poner en primer plano aspectos como los peligros de la naturaleza, el instinto o la soledad. Uno de los libros de aventuras más leídos de todos los tiempos, traducido por el maestro Julio Cortázar.
Mencionada apenas en los Evangelios, la figura de Salomé atrajo ya desde la Edad Media la imaginación de los artistas figurativos. Sin embargo, fue sobre todo a partir del siglo XIX, y especialmente en el último cuarto de este siglo y el primero del XX, cuando alcanzó un lugar preeminente en el imaginario artístico moderno como figura en la que confluyen belleza y maldad, esplendor y lujuria, así como esa exacerbación de los sentidos cuya búsqueda es tan propia de la época. Escrita originalmente en francés en 1891 durante un larga estancia en París, Oscar Wilde aunó en Salomé la visión clásica transmitida por Flaubert en obras como «Salambó» o «Herodías» con la mirada decadente llena de oros bizantinos del pintor Gustave Moreau, para alumbrar una obra magnífica en la que laten la violencia y la sexualidad.