«Un volumen de versos no es otra cosa que una sucesión de ejercicios mágicos. El modesto hechicero hace lo que puede con sus modestos medios. Una connotación desdichada, un acento erróneo, un matiz, pueden quebrar el conjuro.»
Al momento de su publicación en 1977 Borges sostiene que este es su libro más íntimo. Los veinticinco poemas y seis textos en prosa que reúne lo confirman. En casi todos ellos, unas veces de modo explícito, otras de forma evocada, puede leerse algo del orden de lo personal declinado en sus temas más caros. La eternidad, los espejos, los tigres, el amor, el tiempo, los cuchilleros, lo que es frente a lo que pudo haber sido, la mitología, los clásicos, la noche: "Nunca sabremos quién forjó la palabra / para el intervalo de sombra / que divide los dos crepúsculos; / nunca sabremos en qué siglo fue cifra / del espacio de estrellas". Borges afirma aquí que nunca salió de la biblioteca de su padre, el hecho capital de su vida; así, la abundancia de referencias librescas en este volumen es otra forma de indicar lo íntimo.
La extraordinaria precuela de El Señor de los Anillos.
Smaug parecía profundamente dormido cuando Bilbo espió una vez más desde la entrada. ¡Pero fingía! ¡Estaba vigilando la entrada del túnel!... Sacado de su cómodo agujero-hobbit por Gandalf y una banda de enanos, Bilbo se encuentra de pronto en medio de una conspiración que pretende apoderarse del tesoro de Smaug el Magnífico, un enorme y muy peligroso dragón...
Los relatos que componen este libro son una declaración de amor a la literatura y de gratitud a algunos escritores. Álvaro Medina de Toro nos desvela su punto de partida en el título, Huellas, y sus objetivos en el subtítulo, Fabulaciones biográficas. Seis escritores son objeto de recreación literaria: Antón P. Chéjov, Edgar A. Poe, Stefan Zweig, Luis Cernuda, Gabrielle-Sidonie Colette y Graham Greene. Sus escritos y sus vidas dejaron huellas profundas en el autor siendo adolescente, ese sedimento sobre el que ahora se levantan estos exigentes relatos. Cargados de emoción, humor, en un estilo ágil y diáfano, ofrecen al lector claves de su biografía y su escritura. Huellas no pretende ser biografía ni crítica, sino plasmar a sus personajes con una mirada literaria, libre y documentada.
A successful film professor and podcaster, Bodie Kane is content to forget her past—the family tragedy that marred her adolescence, her four largely miserable years at a New Hampshire boarding school, and the murder of her former roommate, Thalia Keith, in the spring of their senior year. Though the circumstances surrounding Thalia’s death and the conviction of the school’s athletic trainer, Omar Evans, are hotly debated online, Bodie prefers—needs—to let sleeping dogs lie.
But when the Granby School invites her back to teach a course, Bodie is inexorably drawn to the case and its increasingly apparent flaws. In their rush to convict Omar, did the school and the police overlook other suspects? Is the real killer still out there? As she falls down the very rabbit hole she was so determined to avoid, Bodie begins to wonder if she wasn’t as much of an outsider at Granby as she’d thought—if, perhaps, back in 1995, she knew something that might have held the key to solving the case.
Escritos entre 1873 y 1875 -en especial durante las dos estancias de Arthur Rimbaud en Londres, primero con Paul Verlaine y un año después con el joven poeta German Nouveau-, los poemas en prosa de Iluminaciones son el corolario de una obra que sigue deslumbrando e interpelando a los lectores por su onirismo, su radicalidad profética y su gusto precoz por el desmarque la ironía disolvente. Rimbaud entregó el manuscrito de estas 'illuminations' (la palabra inglesa para 'grabados coloreados') a Verlaine en febrero de 1875, durante uno de sus últimos encuentros, pero el libro no vio la luz hasta octubre de 1886 en las publicaciones de la revista La Vogue. El poeta, establecido a comienzos de esa década en Harar (Etiopía) como comerciante de café y armas de segunda mano y alejado completamente de su pasado literario por voluntad propia, no llegó a enterarse de esta publicación ni del impacto que tuvo en la poesía francesa de su tiempo.