Ella es la esposa que él nunca quiso… y la debilidad que no vio venir.
Implacable. Meticuloso. Arrogante.
Nada escapa al control del multimillonario Dante Russo, ya sea en su trabajo o en su vida.
Nunca planeó casarse… pero el chantaje lo obliga a comprometerse con Vivian Lau, la heredera de un imperio de la joyería e hija de su mayor enemigo.
No le importa lo hermosa o encantadora que sea. Hará todo lo que esté en su mano para liberarse de la extorsión y de su compromiso.
El único problema es que ahora que la tiene, no quiere dejarla ir.
Elegante. Ambiciosa. Cortés.
Vivian Lau es la hija perfecta.
Casarse con un Russo significa abrir las puertas de un mundo que ni su familia es capaz de comprar. Dante está lejos de ser el marido que ella imaginaba para sí, pero el deber es más fuerte que cualquiera de sus deseos.
Ansiar su tacto nunca fue parte del plan...
Y enamorarse de su futuro marido, tampoco.
Marcel Proust escribe con una diferencia de cinco años, de tres si nos atenemos a la fecha del último "salón" publicado (1905) y el primer "pastiche" (1908), estos dos conjuntos de textos presididos por una idea absolutamente distinta. Si los Salones pertenecen al mundo en que se ha movido la primera juventud del autor y en el que ha nacido su primer libro, Los placeres y los días (1896), en El caso Lemoine se trata de una gimnasia del oficio de la escritura, de un ejercicio de análisis de estilos ajenos a traves de un caso de crónica de sucesos: la estafa de un tal Lemoine a la más alta compañía de diamantes del mundo. En los Salones encontramos un Proust alabancero, que reseña, bajo pseudónimo y en Le Figaro, actos sociales de ese mundo aristocrático con el que más tarde saldaría cuentas críticas en distintos volúmenes de A la busca del tiempo perdido, su obra capital (en 'La parte de Guermantes' y 'Sodoma y Gomorra' sobre todo, y tan acerbas como en el viscontiniano "Baile de las Cabezas" de 'El tiempo recobrado').
Para la teniente Rachel James, los sentimientos hacia el coronel Christopher Morgan son cada vez más difíciles de controlar.
Las elecciones para el cargo de ministro se aproximan y ninguno de los dos puede permitirse errores ni distracciones. Sin embargo, la tarea se complica, ya que los celos, las traiciones, los errores y las conspiraciones desatarán el caos que arrasará con más de uno.
El comando de la FEMF se ha convertido en un nido de alimañas que no quiere caer, y la mafi a le suma peso al juego con acontecimientos que marcarán un antes y un después en la vida de todos.
Los primeros cimientos de la gran batalla nacen en esta nueva entrega, donde algunos se cansan de fingir y les empieza a estorbar el disfraz. Pecados Placenteros continúa con la cuarta parte de una novela cargada de pasión, intriga y acción.
Segundo volumen de las andanzas del autoestopista galáctico, con las dos novelas que cierran esta maravillosa "trilogía en cinco partes." A lo largo de la historia ha habido grandes sagas galácticas: Fundación, de Asimov, Dune, de Herbert, Odisea espacial, de Clarke, Star Trek, de Roddenberry o La guerra de las galaxias, de Lucas Pero solo una de ellas, la saga de la Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, aporta algo único a la literatura interestelar: el humor. Tras la aparición en esta colección de Los autoestopistas galácticos, que reunía la trilogía inicial, este volumen aporta de propina las otras dos novelas Hasta luego, y gracias por el pescado e Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva que expanden el asunto hasta nada menos que una "trilogía en cinco partes."
Fern Brookbanks ha malgastado demasiados años pensando en Will Baxter. Pasó solo veinticuatro horas con el artista en un día fortuito de aventuras por Toronto. Se confiaron sus sueños y secretos y prometieron reencontrarse un año después. Fern acudió a la cita. Will, no. Ahora, ella vive en la casa de su niñez, regenta el resort de su madre en Muskoka, que está hecho un desastre, y necesita un salvavidas. Para su eterna sorpresa, su deseo se cumple cuando Will aparece, nueve años tarde, con una maleta y una oferta para ayudarla. Pero ¿cómo va a fiarse ella de ese hombre trajeado que se parece tan poco al que conoció? Will oculta algo, y Fern no está segura de querer saber qué. Sin embargo, hace años él la rescató. Y puede que haya llegado la hora de que ella le devuelva el favor.