Un viaje sin rumbo. Una tonelada de drogas. El Mountain Grill. La gloria del rock. La sobredosis en el sótano. Y la idea persistente de alguien que camina estando ya muerto. Estos son los ingredientes que usa Michael Moorcock en su relato Cantante muerto. Cuento de fantasmas. Alucinación drogadicta. Fantasía macabra. Tras una gira, Shakey Mo, pipa de bandas de rock de los 70 como Hawkwind o Deep Fix se encuentra con Jimi Hendrix resucitado. Juntos viajan sin rumbo fijo en una autocaravana por el norte de Inglaterra mientras charlan sobre la lamentable situación del rock and roll y si hay alguna esperanza para su futuro. Con la publicación en 1974 de A Dead Singer, Michael Moorcock, referente de la nueva ola británica de ciencia ficción y uno de los 50 mejores escritores británicos de la segunda mitad del S. XX (The Times), arrancaba de su tumba al fantasma de una década muerta de forma trágica y lo colocaba en la siguiente, en un acto que sirvió para mostrar a un Hendrix horrorizado por el legado de su generación.
A los diecinueve años, a Chris Offutt ya se le habían cerrado las puertas del Ejército, del Cuerpo de Paz, de la Guardia Forestal y de la Policía, así que abandonó su hogar en los Apalaches y se dirigió hacia el norte para dar comienzo a una serie de viajes que después lo llevarían de costa a costa por Estados Unidos, un país habitado por una variedad impredecible de vagabundos y bichos raros, en busca de trabajos temporales, mientras dormía en habitaciones de mala muerte y soñaba con ser artista. Quince años después, Chris se ha establecido junto con Rita, su mujer, a orillas del río Iowa, donde descansa y escribe, a la espera del nacimiento de su primer hijo. Será entonces cuando pueda iniciar un camino bien distinto al emprendido años atrás, ese que habrá de llevarlo a la madurez.
Tucker, un jovencísimo soldado de Kentucky que mintió sobre su edad para alistarse, regresa de la Guerra de Corea con once medallas, cuatrocientos dólares de paga y un cuchillo Ka-Bar. De camino a casa, conoce a una adolescente en apuros con la que acaba casándose y formando una familia. Tucker, que se gana la vida transportando alcohol para el contrabandista Ananias Beanpole, es un hombre de pocas palabras y buen corazón. Sin embargo, no dudará en recurrir a la fuerza para proteger a su familia y reclamar lo que considera que es suyo. Tras casi dos décadas sin publicar un libro de ficción, el autor de "Kentucky seco" regresa con una impactante novela ambientada en una recóndita región de gente humilde y contrabandistas de alcohol que combina lo mejor de la narrativa de Larry Brown y James M. Cain.
Paul Valéry es uno de los grandes poetas y pensadores del siglo xx. Reconocido como el representante de la llamada poesía pura, se alejó del debate alegando su desconfianza sobre esta denominación, «solo había querido hacer alusión a la poesía que resultase de la supresión progresiva de los elementos prosaicos que pueda haber en un poema; es decir, de todo lo que siendo historia, leyenda, anécdota, moralidad, inclusive filosofía, existe por sí mismo, sin el concurso necesario del canto». Se consideraba poeta del conocimiento, alejado del poeta intelectual. En este libro, editado cinco años después de su muerte, de poemas, notas, aforismos, cuentos, queda en evidencia que a Valéry no le interesaban las cosas del intelecto, sino la inteligencia misma.
Rainer Maira Rilke es uno de los creadores más determinantes de la literatura del siglo XX. Las nuevas dimensiones del lenguaje y de la forma, explorada y fijadas con su poesía, han ejercido una influencia concluyente. En plena crisis sentimental, tras su fracasado matrimonio, marchó a París donde conoce al escultor A. Rodin en 1905, con quien trabaja como secretario y del que aprende la severa concepción de la creación artística, la disciplina moral y la observación objetiva. En 1907 preparó una exposición de Cézanne, con quien también hizo una gran amistad y del que aprendió a fijar con precisión las imágenes de las cosas, para restituir a la realidad la plenitud del sentido; siempre atormentado por las ambigüedades e inexactitudes de las palabras y de las cosas y encerrado en su propia interioridad, los conceptos artísticos de Cézanne y Rodin fueron determinantes en su poética.
Elegías de Duino de Rainer María Rilke, es una de las creaciones cumbres de la poesía del siglo XX. La grave crisis psicológica que sufrió, en gran parte debida a su acercamiento a la filosofía existencial de Kierkegaard, y el dramatismo y la angustia que soportó por la guerra mundial, que tanto le obsesionaba, le llevó al autor a una huida de la cultura de la crisis que ocupaba el fin de siglo, llevándole hacia una visión más compleja de la vida; una visión que consideraba al hombre culpable de la destrucción del mundo, pero también su salvador cuando pudiera transferir su entidad al «espacio interior», identificado y defendido por la palabra poética. Las traducciones del doctor Dörr están acompañadas por iluminadores comentarios que ayudan al lector a adentrarse en las profundidades metafísicas de Rilke. No son interpretaciones psicológicas, sino una auténtica labor hermenéutica con la que se intenta desentrañar el sentido de los poemas sin ideas preconcebidas y fundamentado cada juicio.
Desde lo irónico del título hasta el viraje hacia una estructura poética más narrativa que las colecciones anteriores, Colgado en la tournefortia es un libro atípico en el canon bukowskiano. Bukowski se aleja del contenido sexual y obsceno de los poemarios previos; las pinceladas líricas se desvanecen casi por completo y dan paso a unos versos más directos que nunca. Lo que se mantiene inmutable es un sentido del humor cáustico que a Bukowski le sirve para reírse de todo y de todos, en especial de sí mismo. En varios de los poemas, aparece como un bufón venido a menos atrapado en la tragicomedia de la vida. Colgado en la tournefortia fue el primer libro publicado fruto de la vida plácida de un Bukowski que estrenaba la década de los sesenta.
En estos poemas del Bukowski más maduro, se aprecian momentos de quietud insólita, instantes de contemplación abismada que transforman lo trivial en mágico. Pero si hay algo que destaca es la tenacidad incesante, el tesón de un autor que no ve otra manera de seguir adelante que abordar el siguiente verso como si fuera el primero, el más importante, el definitivo. Lo que queda a la postre es un poeta en su plenitud, poseedor de una sabiduría que lo lleva a la compasión. No faltan aquí las provocaciones y los exabruptos que lo llevan a reconocer que no sabría qué hacer si le arrebataran la locura de la que se nutre, o a achacar su éxito perenne en Europa a «traductores geniales de la hostia». Pero también hay en estas páginas magníficos retratos de los inadaptados de su entorno, desde el padre maltratador hasta las mujeres que le partieron el alma, pasando por los profesores que tan poco le enseñaron, los imitadores, los fanáticos faltos de imaginación, los «muertos en vida»…
En El salto del ciervo, Olds relata la historia de una separación, que empieza una noche de invierno en un dormitorio de matrimonio y se extiende hasta años más tarde. El ritmo acompasado y nunca conforme de los versos de Olds nos transporta por el insoportable e incomprensible dolor inicial, las conversaciones difíciles y las aparentemente banales, la separación de bienes, el último sexo o la construcción de una nueva soledad. A lo largo de los años, la poesía de Sharon Olds ha recibido la admiración de la crítica y el calor de los lectores. En 2023, fue la ganadora de la primera edición del Premio Internacional de Poesía Joan Margarit. La presente traducción, la última realizada por Margarit antes de su muerte en 2021, pretende recordar y celebrar la honda amistad que unió a estas dos voces poéticas que cantaron desde y para la vida a ambos lados del Atlántico.
En su recorrido por las distintas regiones, retrata los lugares y sus víctimas, los territorios y sus héroes y batallas, paisajes de un país que no solemos visitar: heridas, cicatrices, desiertos, esclavos, guerras, un mundo que se vuelve más poético conforme los ojos del poeta revisitan el espacio que el ciudadano ya no ve. En este sutil trayecto que abarca grandes nombres, el autor se detiene a analizar los mass shootings, en poemas que evocan los magnicidios del siglo pasado, y el hiriente tema de la esclavitud, trazando así una dolorosa huella en la historia de la poesía norteamericana.