La relación que cultivaron por más de medio siglo Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares escribió uno de los capítulos más singulares de la literatura del siglo la obra en colaboración que publicaron con los seudónimos comunes H. Bustos Domecq y B. Suárez Lynch. Del mismo modo, la notoria pasión que compartieron a lo largo de sus vidas por toda forma de literatura fantástica encontró expresión en esta antología beneficiada por el privilegio de su selección exquisita, cuya singularidad se encuentra en sus entradas referidas a las formas en que la humanidad se figuró premios y castigos eternos, cielos e infiernos. Si cada uno de los ciento sesenta y cuatro textos que forma parte de este libro tiene reservado algo de la inspiración que Borges y Bioy encontraron en su lectura, el conjunto puede considerarse al mismo tiempo celebración de la imaginación y de su amistad.
La de Bioy Casares es una obra extraordinaria y vigente que, además, ofrece una especie de enigma: esa etapa entre 1929 y 1940 en la que publicó varios libros de los que él mismo prefirió no acordarse. En Memorias, sin embargo, ofrece algunas precisiones al respecto.
En estas páginas habla también de sus primeros perros y caballos, de sus disidencias con el grupo Sur, de su acceso al género fantástico a partir de un espejo veneciano en el cuarto de vestir materno, de su compleja relación con Silvina, de ese folleto sobre el yogur y la leche cuajada que significó el debut de una de las sociedades literarias más destacadas de todos los tiempos con Jorge Luis Borges, de la estancia de los Bioy en Pardo y de un inolvidable hotel que lo motivó a escribir ese particular cóctel que él define con toda naturalidad y terminó por convertirse en uno de los estilos más reconocibles de la literatura argentina: "historias donde conviven animales feroces, que sugieren épocas bárbaras y frívolos turistas de nuestro tiempo".
Paulo Coelho vuelve a ofrecernos una inspiradora fábula que nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos y a encontrar nuestro propio camino.«Continúa por el camino del arco, pues es el recorrido de una vida. Pero debes saber que un tiro correcto y certero es muy diferente a un tiro con paz en el alma.»
Las cartas de James Joyce son, sin duda, uno de sus grandes tesoros literarios, una ventana indiscreta y una aproximación emocionante a su oficio de escritor, pero también a su personalidad más íntima y secreta. Sentados delante de este fresco incomparable, vemos desfilar su personalidad abrasadora e indomable, sus celos incontrolables, un sorprendente apego a la familia y una inmensa angustia mientras compagina, en un difícil equilibrio, las ansias de creación literaria con su angustia por publicar: la certeza de que él es un escritor imbatible, convencido de su superioridad intelectual.Recibidas al principio como un documento de vital importancia, estas cartas se han convertido con el tiempo en una parte esencial de la obra de Joyce, una cima literaria en sí misma, la prueba concluyente de que fue uno de esos extraños talentos que transformó en material artístico incluso lo que no tenía intención de publicar. La selección canónica de Richard Ellmann y la traducción impecable de Carlos Manzano convierten a esta edición en la definitiva en nuestra lengua.
La obra maestra de Margaret Laurence, la gran figura de la literatura canadiense junto con Alice Munro, Margaret Atwood y Robertson Davies.
A sus noventa años, Hagar Shipley, testaruda e inconformista, es todavía una mujer de armas tomar. Vive con su hijo y su nuera, quienes, cansados de cuidarla y a punto de jubilarse, están pensando en trasladarla a una residencia; ella en cambio cree que todavía no ha llegado el momento y mientras espera ese fatídico día, rememora su vida. Criada en un pueblo de las llanuras canadienses e infelizmente casada, Hagar tuvo que ganarse su independencia a pulso en un mundo dominado por las apariencias y las convenciones. Su dureza de carácter, fruto de las difíciles circunstancias que le tocó vivir y del orgullo y la austeridad que le inculcaron, ha condicionado su vida.
Ambientada en las montañas del sur de los Apalaches, Demon Copperhead es la historia de un muchacho nacido de una madre soltera adolescente en una caravana, sin más patrimonio que el buen aspecto y el pelo cobrizo de su difunto padre, un ingenio cáustico y un feroz talento para la supervivencia. Relatado con su propia voz, Demon se enfrenta a los peligros modernos de los hogares de acogida, el trabajo infantil, las escuelas en ruinas, el éxito deportivo, la adicción, los amores desastrosos y las pérdidas aplastantes. A través de todo ello, se enfrenta a su propia invisibilidad en una cultura popular en la que incluso los superhéroes han abandonado a los pueblos rurales en favor de las ciudades. Hace muchas generaciones, Charles Dickens escribió David Copperfield a partir de su experiencia como superviviente de la pobreza institucional y sus daños en los niños de su sociedad. Esos problemas aún no se han resuelto en la nuestra. Dickens no es un requisito indispensable para los lectores de esta novela, pero le sirvió de inspiración. Al trasladar una novela épica victoriana al Sur de Estados Unidos contemporáneo, Barbara Kingsolver recurre a la ira y la compasión de Dickens y, sobre todo, a su fe en el poder transformador de una buena historia.
Los Farel son un matrimonio de poder. Jean dirige hace décadas un exitoso programa televisivo de entrevistas; Claire es una ensayista conocida por su compromiso con el feminismo. Sin embargo, Jean lleva una doble vida mientras que Claire convive con un humilde profesor, pero a ambos los une el orgullo por su hijo Alexandre, alumno en una prestigiosa universidad. Una noche, Claire anima a Alexandre a que lleve a una fiesta a Mila, la tímida hija de su pareja. A la mañana siguiente la joven registra una denuncia por violación. En adelante, será su palabra contra la de él, en medio de la violencia de las audiencias y los tweets vengativos del tribunal mediático.
"Una obra de lectura imprescindible en nuestro tiempo. Tuil habla sin rodeos de nuestra sociedad, sus vicios, sus excesos, de las cosas humanas". Libération
El siglo XX fue una época de florecimiento de escritores que sobrevivieron al terror de Estado y a las purgas, con todas las ambivalencias morales y políticas que ello conlleva. ¿Fueron tan fuertes como para no capitular ante el poder? ¿Sobrevivieron gracias a su clarividencia o inteligencia, o más bien a sus relaciones? ¿Escaparon de la prisión, del campo de concentración y de la muerte por una suerte rayana en el milagro o ello se debió a estrategias que fueron desde el congraciamiento hasta el mimetismo? De Gabriele D'Annunzio a Maksim Gorki, de Gertrude Stein a Fernando Pessoa, de Sartre a García Márquez…, Hans Magnus Enzensberger presenta una colección de «viñetas» breves, cáusticas y muy personales por las que desfilan más de sesenta autores y autoras que en su mayoría el intelectual alemán conoció personalmente y que sortearon, con mayor o menor suerte, los obstáculos de un siglo extraordinariamente complejo, algunos protegidos por su fama, otros recurriendo al arte del compromiso. En estos afilados retratos, Enzensberger destierra del Olimpo literario a muchos dioses de la pluma, y desvela sin miramientos facetas desconocidas de algunos de ellos, dejando en el aire una pregunta que el lector es llamado a contestar: ¿implica ser escritor un compromiso moral o un plus de coherencia intelectual? Parte de la respuesta se encuentra en estas páginas que conforman un original y entretenido compendio de historia de la literatura contemporánea.
Esta selección de cartas presenta a Cesare Pavese en un ambiente vital transversal, desde que era un veinteañero hasta el hombre amargado de pocos días antes de morir. Fueron enviadas a mujeres con las que mantuvo relaciones profesionales o sentimentales y, en algunos casos, profesionales y sentimentales. El hilo conductor es el desamor, la sensación que parece sentir Pavese de predicar en el desierto la llegada de un ser anacrónico y lleno de defectos; de aceptar el reto de mostrar, con sinceridad total, su hiriente modo de ver las cosas y los fracasos, sobre todos los propios, que consideraba infinitos. De forma devastadora, Pavese pone al hombre frente al espejo: «El amor tiene la virtud de desnudar no a los amantes uno enfrente del otro, sino a cada uno de los amantes delante de sí mismo».
El marido de Rosélie acaba de ser asesinado. Sola en Ciudad del Cabo, se siente una extranjera en tierra hostil, un punto negro en el rostro de un país cuyas heridas siguen cicatrizando.Quisiera volver a casa, pero ¿cuál es su casa? Nacida en Guadalupe, educada en Francia, el color de su piel la ha perseguido por cuatro continentes: no hay lugar en el mundo que le haya dado tregua. Además, el misterio de la muerte de Stephen abre una caja de Pandora de habladurías, rumores y sospechas. Por primera vez, Rosélie duda: ¿quién fue realmente su marido? Ella, que fue pintora, ya no puede pintar. Ella, una médium capaz de devolverle el sueño a todos sus pacientes, no logra conciliar el suyo. En este relato de supervivencia, Maryse Condé desentierra una vida de desarraigo y lucha, y en tinta negra sobre páginas blancas consigue demostrar una vez más que en la vida, por mucho que a veces lo parezca, nada es blanco ni negro.
Una pequeña joya ambientada en la Sudáfrica post-apartheid. Una novela sobre la supervivencia y la soledad, donde Maryse Condé condensa la sabiduría, la belleza y la rabia de toda una vida.