¿Quién es el HOMBRE BRILLANTE?
Conocemos a Tariq Geiger, un superviviente de la Guerra Desconocida de 2030, cuando la guerra nuclear arrasó el planeta y le robó a su familia. También lo convirtió en un reactor nuclear viviente con un caldero humeante de radiactividad dentro de su cuerpo.
Ahora, en 2050, Geiger se ha convertido en una leyenda urbana, en el hombre del saco de las historias para dormir que les cuentan a los niños de una reconstruida Las Vegas. Una versión retorcida, a modo de parque temático, de lo que fue en otros tiempos, gobernada por despiadados señores de la guerra, Las Vegas existe dentro de un sistema de túneles que mantiene a sus habitantes a salvo de la atmósfera tóxica que la rodea. Si juegas bien tus cartas, puedes optar a una vida mejor.
Extramuros, Geiger solo quiere que lo dejen en paz, mientras unos insectos mutantes llamados rondadores nocturnos y los caníbales del Pueblo de los Órganos acechan en busca de sus próximas víctimas.
Estamos en el año 2112 y el apocalipsis es exactamente como se esperaba: los ríos se desvanecen, los océanos ascienden y la sociedad se desmorona.
La humanidad ha perdido la esperanza, excepto por un grupo de supervivientes nativoamericanos que han descubierto un portal para viajar en el tiempo y han averiguado el momento en que la historia dio un brusco giro para peor: América.
Convencidos de que la única forma de salvar el mundo es reescribir su pasado, envían a uno de los suyos al año 1492 a una sangrienta misión sin retorno para matar a Cristóbal Colón antes de que alcance el llamado Nuevo Mundo… pero derribar un icono no es tarea fácil, y el futuro pagará un abrumador precio si les sale el tiro por la culata.
En un pueblo de una ciudad pequeña y provinciana como es la Mallorca de la década de 1960, dos mujeres completamente distintas buscan salida a una vida rutinaria en una España asfixiante que quiere ser moderna y cosmopolita pero que sigue atrapada en las miserias y contradicciones del franquismo. Por un lado, Sibila, exmodelo, busca en otros hombres el deseo que su marido le niega, martirizada por el recuerdo de una vida pasada en París que no volverá; y por otro lado, Asunción, una maestra de escuela que se enfrenta la pérdida de vocación profesional y a su condición de "solterona".
Ganadora del premio Planeta en 1964, Las hogueras es la mejor novela de Concha Alós y un libro que explora con valentía cuestiones como el deseo, la clase social, las relaciones de poder con los hombres o la frustración profesional de dos mujeres enfrentadas a los estereotipos de la época.
La lucha de un hombre anciano por hacer las paces con su vida.
A Bo se le acaba el tiempo y, a la vez, tiempo es una de las pocas cosas de las que dispone. El cuerpo le falla, su mujer tuvo que ingresar en un centro para personas con demencia y su tranquila existencia solo se ve alterada cuando le visitan sus cuidadoras. Afortunadamente, todavía disfruta de la compañía de su amado perro Sixten.
Cuando su hijo insiste en que el perro debe mudarse, la amenaza de perderlo despierta en el viejo Bo un torbellino de emociones que le hará recordar su vida, replantearse la relación con su hijo y la forma en que expresa su amor.
J. M. G. Le Clézio ha abierto su caja negra para revelarnos qué le impulsó a escribir. Primero, la imagen de los muros sobre el Mediterráneo que los alemanes levantaron en Niza para impedir a la población el acceso al mar y, después, la guerra, el hambre y las enfermedades propiciaron una singular sensibilidad para captar todo lo que ocurría. Entonces llegó su primera novela, escrita cuando tenía solo diez años: contaba la historia de un niño africano que dejaba Europa. Por entonces Le Clézio vivía en Nigeria, donde su familia se había reunido con el padre, al que él no conocía y que le ayudó a descubrir un nuevo continente, así como un nuevo destino.
Conviviendo con niños africanos, en una naturaleza diferente, rica y frágil, forjó su gusto por la libertad y comenzó a perfilar una particular relación con el mundo, una mirada dirigida a los desfavorecidos y un deseo de que la escritura se transforme en acción. Una «identidad nómada», en suma, sobre la que el Premio Nobel de Literatura se sincera en estas páginas de gran intensidad, íntimas y esenciales.
Theo Van Gogh es un hombre «sin talento» que cifra su existencia en el amor que profesa al arte y a su hermano Vincent, el artista de la familia, a quien envía dinero y cartas llenas de melancolía. Esta correspondencia hasta ahora inédita, rigurosamente inventada por Julio César Pérez, juega de manera especular con las cartas reales de Vincent a Theo, se interrumpe poco antes de la muerte de ambos y no recoge ninguno de los acontecimientos que marcaron la vida del «loco pelirrojo». Habla, más bien, de las esperanzas y los miedos del menos conocido de los hermanos, del París de los impresionistas, del sentido profundo del arte.
En estas páginas hay sombra, hay muerte y tragedia, pero por encima de todo está la búsqueda, a veces infructuosa, de la belleza. Eso que Julio César Pérez persigue con una libertad insolente.
Mayo de 1980. La ciudad de Gwangju se moviliza contra la dictadura militar de Chun Doo-hwan, que hace unos meses tomó el poder en Corea del Sur. La oposición civil, liderada por los estudiantes universitarios, se subleva a favor de la democracia, pero el ejército reprime cruelmente las protestas disparando indiscriminadamente a la multitud, sin hacer distinciones entre estudiantes y civiles.
Tras la sanguinaria matanza, un joven busca el cadáver de un amigo, un alma intenta aferrarse a su cuerpo abandonado y a sus recuerdos, y un país brutalizado busca su voz. En esta novela polifónica, las víctimas y los supervivientes que los lloran se enfrentan a la censura, a la negación, al perdón, a la culpa y a la memoria de un episodio traumático que sigue resonando en nuestros días.
Han Kang, galardonada con el premio Nobel de Literatura «por su intensa prosa poética que confronta los traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana», homenajea a las víctimas de la masacre de su ciudad natal a través de las voces de los mártires de la dictadura surcoreana. Actos humanos es una novela brutal, profundamente atemporal y universal que nos habla de las heridas colectivas, la represión y la violencia humana.
Es muy temprano. La luz del alba trata de abrirse paso en el muro de niebla. A pie del monte, seis cazadores hacen los preparativos para la batida. Los une una mezcla de amistad, ansias de poder, conexiones profesionales e intereses económicos. Su objetivo: un jabalí, el Solitario, que arrastra una leyenda de criminal. Dombodán, el más joven de la cuadrilla un personaje especial, desquiciado y lúcido a la vez , narra, según se suceden, los episodios de una jornada que se va cargando poco a poco de tensión, violencia y frustración. Y a medida que habla, el joven desvela el abuso y la depredación social y natural que lleva imperando desde hace años en Tras do Ceo. En realidad, el mismo mundo en el que vivimos todos.
Seis mujeres, vecinas de un mismo bloque, están a la espera de algo. Cada una aguarda cosas distintas, pero para todas se trata de una espera relacionada con lo sentimental. En el 1.° B vive desde hace dos semanas Amelia, una periodista de veintinueve años con trabajo y pareja. Su vida da un giro radical cuando la despiden y su novio decide irse a trabajar una temporada a Washington. En plena crisis vital, Amelia conoce a sus nuevas vecinas. Juntas ponen en marcha una tertulia de radio en la azotea del edificio para contarse su día a día al tiempo que intentan ayudar a Agustina, la mayor de todas ellas, a recuperar su casa de toda la vida.
A sus setenta y dos años, Juan Cabrera vive prácticamente enclaustrado con sus libros en un pequeño piso del barrio de Argüelles. No es algo nuevo para él. Durante años estuvo confinado en un convento benedictino, del que salió con un indulto especial de exclaustración para un profeso de votos perpetuos. En el claustro ya no lograba escuchar a Dios, pero quizá su salida también se vio influenciada por la denuncia que hizo de tres novicios a los que descubrió en una situación impropia, o al menos entonces eso le pareció. Alejado de la familia, Cabrera recibe un día la visita de su sobrino Jaime, quien, poco después, propicia el encuentro entre su tío y Antón Rubial, uno de los novicios expulsados por la acusación del exmonje. Tras dejar la orden, Rubial rehízo su vida y se casó con Petri, con quien mantiene una relación complicada.