Karl Marx es incuestionablemente uno de los pensadores más influyentes de la historia. Ningún otro autor ha logrado un predicamento similar al suyo en disciplinas tan dispares como la Economía, la Filosofía, la Historiografía, la Sociología o las Ciencias Políticas. Sus ideas han alentado movimientos sociales y políticos de masas que en muchos casos llegaron a tomar el poder y a aplicar un programa revolucionario de inspiración marxista.
De entre toda la abundantísima literatura que existe sobre Marx, este libro de Juan Ramón Rallo es único por dos motivos. En primer lugar, no hay otra obra que ofrezca simultáneamente una revisión sobre Marx y a la vez contra Marx tan extensa y detallada. En segundo lugar, no existe hasta el momento una crítica integral a la teoría económica marxista tan meticulosa y ordenada como la que presenta Rallo.
El primer tomo está dirigido a presentar el pensamiento marxista, especialmente ―aunque no exclusivamente― en su vertiente económica, de un modo sistemático y aséptico: no se pretende ni distorsionar ni caricaturizar a Marx, sino simplemente explicar, del modo más accesible posible, cuáles fueron sus ideas.
En el segundo tomo Rallo hace una crítica exhaustiva y rigurosa del pensamiento marxista: su objetivo es detallar y demostrar todos los errores que cometió Marx al describir la estructura y el funcionamiento del capitalismo para, al mismo tiempo, exponer cuáles son las auténticas anatomía y dinámica de la sociedad moderna. En suma, se pretende rescatar al capitalismo de la crítica marxista a través de la crítica a Marx: una crítica a la crítica.
Las respuestas a varias preguntas de la actual coyuntura económica
Solemos dar por sentado que las grandes decisiones económicas y financieras se toman desde el análisis y la observación de los datos micro y macroeconómicos.
No obstante, lo cierto es que, más a menudo de lo que creemos, son factores psicológicos e irracionales, en forma de intuición, miedo, desconfianza, fe... los que están detrás de los comportamientos de economistas, financieros, políticos o inversores.
«En aquel primer fin de semana establecí el rito de la cena. Cuando me sentara a la mesa, tenía que haber flores; debía haber una botella de vino y que la mesa estuviera puesta con esmero, como por el mejor sirviente. Un libro abierto para poder leer, el equivalente a la conversación civilizada para un solitario. Todo estaba preparado como para recibir a un invitado y el invitado de la casa iba a ser yo.» En la década de los cincuenta May Sarton compra una casa de campo del siglo XVIII en Nelson, Nuevo Hampshire. Siempre había soñado con la casa ideal y con una nueva vida en ella. Una casa propia son sus memorias sobre cómo compró esa primera casa y sobre los primeros diez años que vivió en ella: las alegrías y las penas de la jardinería, las personas que fueron a visitarla y su rutina diaria como escritora. También nos habla de ese proceso tan intenso y personal de transformar una casa en un hogar; pinta las paredes de blanco para captar la luz y busca el tono preciso de amarillo para la cocina.En esta «casa viva» descubre la paz y la belleza, trabaja en el jardín, excelente metáfora de la vida fuera de él, y no deja nunca de escribir. Son páginas llenas de belleza e iluminadas por sus reflexiones sobre la amistad, el amor, la naturaleza y su universo creativo.