El tradicional estilo vertical de liderazgo ya no funciona. Los líderes exitosos del siglo XXI situarán en el centro a las personas y enfocarán sus capacidades tanto en el progreso económico como en la creación de una sociedad próspera y sostenible. La propuesta de este libro representa un cambio radical en la concepción de lo que se necesita para ser un líder eficaz, ofreciendo una solución práctica y contundente a los desafíos de compromiso y participación que requieren las organizaciones.Sus contenidos se basan en más de 15 años de investigación y entrevistas a decenas de miles de directivos de grandes empresas internacionales.
Revela toda una variedad de actores poderosos cuyos trucos manipulan nuestros sistemas económicos, políticos y legales para su beneficio, a expensas de los demás. Una vez que aprendas a detectar los hackeos, comenzarás a verlos por todas partes y nunca volverás a ver el mundo de la misma forma. Casi todos los sistemas tienen lagunas, y esto es así por diseño. Pero no podrán aplicarte las reglas si eres capaz de aprovecharlas a tu favor. Si no se controlan, estos hackeos acabarán trastornando nuestros mercados financieros, debilitando nuestra democracia e incluso afectando nuestra forma de pensar.
Y cuando la inteligencia artificial comience a pensar como un hacker, a velocidades y escalas inhumanas, los resultados pueden ser catastróficos. Sin embargo, quienes se pongan el «sombrero blanco», podrán entender la mentalidad de los hackers y reconstruir los sistemas económicos, políticos y legales para contrarrestar a quienes quieren explotar nuestra sociedad. Podemos aprovechar la inteligencia artificial para mejorar los sistemas existentes, predecir y defendernos contra los hackers y lograr un mundo más equitativo.
En el siglo XX, el socialismo real pretendía instaurar una sociedad sin mercados donde la persona se reducía a mera materia socialmente reproducible. Ahora, en la tercera década del siglo XXI, el liberalismo tecnicista propugna un mercado sin sociedad. Para esta visión materialista y tecnicista la capacidad de transformación de la realidad por el ser humano no tiene límites. Dicho en otras palabras, la libertad humana no tiene límites. Es pura voluntad de poder ilimitado. Lo cual plantea el siguiente dilema: si el socialismo real, al negar la capacidad fabril de la persona, destruye lo social, ¿no destruirá el liberalismo tecnicista con su negación de los principios metafísicos de la libertad, la libertad individual misma?