Es un significativo aporte donde se encaran aspectos
de gran valía para la lengua y su evolución. El propó-
sito fundamental, según los temas que se abordan, es
presentar a los lectores una serie de ensayos creados
bajo la tutela de la autora que contextualizan nuestra
identidad cultural desde tiempos atrás hasta hoy día.
Este texto brinda en sus líneas una descripción minu-
ciosa de cada ensayo contenido y que nace de la in-
quietud intelectual de Bélgica Lazala, quien juega con
tres elementos propios de creación: la creatividad al
producir; la investigación y la experiencia de vida de
su entorno; estos tres elementos hacen convergencia
en su producción.
La historia de vida de cada ser humano se inicia desde el vientre de su madre, el ser que nos alumbra narra constantemente ese acontecimiento con especial detalle, todo lo que envuelve los vaivenes de un proceso físico, que solo a la mujer le fue concedida por el Creador. Cualquier ocurrencia en el transcurso de gestación, quedará imborrablemente en su mente y tendrá un capítulo especial en los recuerdos de su vida.
Estas son dos bellas historias:
La primera se llama Melissa y el árbol, donde Melissa es una niña muy preocupada por la naturaleza. En un viaje al campo con su abuelo conoce a La Mangosa, una mata de mango que está muy triste. Melissa decide ayudarla.
La otra es Dos gotas de agua, donde Melina y Massiel suben al cielo y le piden a Dios que las deje vivir allá arriba. Entonces Dios les explica cosas muy interesantes. |
Este es un libro singular que pondrá en crisis las naciones ortodoxas del historiador, porque coloca al discurso historicista, de nuevo, como en los orígenes, junto al literato, muy próximo al lánguido semblante del poetas, y hasta hace sospechosa la noción de causa. Es una historia que atraviesa conscientemente la lengua, y nos arroja sin piedad sobre nuestro pasado, sin olvidar que la historia verdadera es siempre, en cierto sentido, una historia del presente.
"Memorias de h Señora, de Carmen Imbert-Brugal, es una colección de relatos donde los protagonistas de las historias se desdoblan entre múltiples miradas, el recuerdo, la memoria y un tiempo cronológicamente circular, que en algunas ocasiones permanece abierto. La autora nos remite, nueva vez, en este libro a h Distinguida Señora de su novela homónima, evocando en su narrativa un mundo imaginario y de realismo fantástico." Sheila Barrios Rosado, ph. D., Catedrática Auxiliar, Departamento de Español, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ponce.
Los testimonios del autor, producto de sus reminiscencias por lo vivido, o por entrevistas y documentos, ubican la historia de la fundación de Pedernales alrededor de 1909, cuando un grupo de colonos -procedente la mayoría de Duvergé- inició su camino hacia la entonces denominada Sabana de Sansón. Desde su llegada levantaron casitas de tejamaní y comenzaron sus cultivos, porque eran agricultores los hombres. Las mujeres, además de oficios del hogar y crianza de hijos, fueron improvisando sobre la marcha pequeños negocios, como dulces, lavado de ropas, lecherías, etc.
En 1943 aparecieron en la zona de Duvergé exploradores de petróleo, pero por asuntos políticos se impidió que continuaran con ese ; proyecto. Pocos meses después, Alcoa Exploration Company inició i otra meta: la exploración de bauxita. Esas inversiones produjeron en Pedernales empleos y desarrollo económico sin igual.
Personajes muy importantes en la obra, aparte de los colonos o los ; gerentes de la empresa minera, son los padres del autor: Vencedor Bello y Felicia Mancebo. El libro denuncia el trato dado a Vencedor Bello por Alcoa Exploration Co. después de más de 30 años de labor valiosísima en esa empresa. Trato vejatorio, sin liquidación violando las leyes de Trabajo, e incautación de bienes muy valiosos, dejando a la viuda e hijos en el desamparo y la obligación de emigrar.
El libro abarca desde 1909 hasta 1985, cuando la empresa minera salió del área. También el período de tres presidentes en República Dominicana: Rafael Leónidas Trujillo Molina, Joaquín Balaguer Ricardo y Salvador Jorge Blanco.
El autor de estas páginas, nació el 1 de septiembre de 1906, en Navarrete, entonces una aldea situada a 22 Kms. de la ciudad de Santiago. Sobre la fecha de 1906 han existido siempre contradicciones en la familia, Lidia, mi hermana mayor, quien llevaba un libro de notas de los acontecimientos familiares importantes sitúa el nacimiento en 1907.
El hombre de esta época, digital y sombría, acuosa y desarticulada, atenazada por los ruidos de una sociedad sin frenos, delirante, insegura y pálida, debe caminar sobre sus tramos vitales, con una tea incendiaria, con un hacha demoledora, o con un altoparlante que llame a la meditación o al duelo.
Esta edad multiplicadora parece exigir renovadas disposiciones, entre las cuales figura, en primer orden, el conocimiento y cuantificación de los incontables filamentos que construyen la alacena repleta de información de los días de este siglo veintiuno impredecible que acarrea a cada minuto el azar de nuevos laberintos.
José Rafael Lantigua es un escritor de ayer y de hoy, con mirada puesta en años que aún faltan por sondear formas de delirio y líquidas urdimbres. En su labor de cronista que reconfigura los saberes humanos para recoger de ellos sus luces y sombras, el autor profundiza en estos textos los temas que han dominado su escritura, prácticamente durante toda su carrera.