Novela de ficción histórica, magistralmente relatada por el doctor Eliades Acosta, mezclando recursos estilísticos y literarios que conducen al lector cautivo por senderos que debe interpretar, a fin de descubrir el argumento y la moraleja que nos plantea.
El amor, cuando es más que sentimiento, es una meta en la vida. Y tal parece que es la premisa en la vida de Flor, sobre todo luego de conocer a Bryan Caminero y encontrar encarnado en todo su persona: la meta de su vida. El laberinto de tu boca es una exploración de ese principio de vida a través de su personaje principal, Flor: mujer joven, emprendedora, consciente de la época en la que vive y del protagonismo que puede jugar en ella gracias a los recursos de su inteligencia. Pero sobre todo: determinada a luchar por aquella parte que ha de complementar el todo de su vida: Vryan Caminero.
Zoé lleva una vida tranquila junto a sus padre, sus amigos de la infancia y sus compañeros de universidad, una vida que catolga como perfecta, pero la víspera de su diesiocho cumpleaños todo cambia. Se ve, de repente, atrapada en una realidad alternativa donde todas sus creencias se ven completamente destruidas.
Mientras intenta recuperar el control de su vida, tropieza continuamente con verdades ocultas que salen a la luz, haciendo explotar todo aquello en lo que ella creía. Solo tiene dos opciones: huir o adaptarse sin remedio.
Mateo es el querido y respetado alfa de su manada, nunca ha tenido problemas con ello, pero todas las trabas aparecen cuando encuentra a su compañera. Desea acercarse a ella, ayudarla, aunque Zoé, lo único que quiere, es alejarse de él tanto como lo sea posible.
¡Bienvenidos a «El latido de mi mano», una escultura de
palabras o quizás tonos de colores que se convierten en la
prosa de un poema que invita a explorar las emociones y
experiencias de la vida a través de la escritura o un amasijo de
ideas visuales!
En esta obra, el título nos sumerge en un universo íntimo y
personal, donde el latido de una mano simboliza la esencia
misma de nuestras vivencias: cada palpitar, cada conexión
entre las líneas, nos muestra una realidad única y profunda.
En su conjunto, LOS CUADERNOS DE ORANYAN, revelan la odisea de negros y judíos durante los últimos dos mil años. El presente libro, el cuarto de la serle, se centra en la narrativa del propio Oranyán, un esclavo africano que nació y vivió en la España trágica que experimentó, durante parte de la edad media, no solo la enorme tragedia producto de la peste negra, sino la mayor decadencia moral experimentada por la Europa de entonces. Á causa de la gran pandemia, Europa perdió todo el sentido de humanismo que diferencia al hombre de las bestias. La experiencia vivida durante aquella era obscura y sin esperanza, resultó tan traumática, tan contraria a la solidaridad humana y al comportamiento del hombre supuestamente conquistado por el cristianismo, que Oranyán arribó al convencimiento de que EL MAL ES LA LEY.
“Soy un negro africano, médico barbero y pordiosero ocasional ante la vieja Mezquita Aljama de Sevilla. Mi nombre es Oranyán, soy más pobre que las ratas del desierto, y en mi vejez he pasado hambre y todo tipo de humillaciones. Pero no me quejo de mi desgracia. Me apena más la maldad del hombre y mi convicción de que nunca se reformará.
En un escenario desolado y árido, un grupo de personajes se enfrenta a la implacable realidad mientras luchan por encontrar respuestas en un mundo marcado por la desesperación y la incertidumbre. A través de conversaciones filosóficas y reflexiones profundas sobre la verdad y la existencia, los protagonistas se sumergen en un viaje interior que los lleva a cuestionar sus propias creencias y deseos más profundos. En medio de paisajes inhóspitos y diálogos cargados de significado, el lector es guiado a través de una exploración profunda de la condición humana y los misterios del universo.
Los cuadernos de Manuel son una serie de escritos realizados durante mas de 40 años. Desde niño me ha fascinado la idea de escribir mis pensamientos. Un buen día, unos amigos me introdujeron a las ideas de George I. Gurdjieff. Pronto entendí la relevancia del idioma en la comunicación y lo fácil que es malinterpretar y ser malinterpretado . Así que empece a estudiar todo lo que podía acerca de las palabras. A medida que mis esfuerzos daban resultados, mi entusiasmo crecía exponencialmente. Tuve la suerte de que una prima cercana es una experta en la materia y, con su ayuda, comencé a darle forma al trabajo a tal punto que culmino en un libro: El mundo de las palabras.