Próxima al compendio de las concepciones de Hermann Hesse (1877-1962) sobre la condición humana y la creación literaria, El juego de los abalorios (1943)-última novela que publicó- es la representación plástica de la visión milenarista siempre presente en su obra. Escrita supuestamente por un narrador anónimo de la mítica Castalia hacia el año 2400, la obra gira en torno al extraño juego del que se tomatítulo, abarcador de todos los contenidos y valores de la cultura, y vinculado con el advenimiento del Trecer Reino del espíritu, unificación de todos los tiempos del hombre.
En la turbulenta Barcelona de los años 20 un joven escritor obsesionado con un amor imposible recibe la oferta de un misterioso editor para escribir un libro como no ha existido nunca, a cambio de una fortuna y, tal vez, mucho más.Con estilo deslumbrante e impecable precisión narrativa, el autor de La Sombra del Viento nos transporta de nuevo a la Barcelona del Cementerio de los Libros Olvidados para ofrecernos una gran aventura de intriga, romance y tragedia, a través de un laberinto de secretos donde el embrujo de los libros, la pasión y la amistad se conjugan en un relato magistral.
Novela de indudable trasfondo autobiográfico, El jugador (1866) refleja los dos grandes impulsos -el juego y la pasión amorosa- que dominaron la vida de Fiódor Dostoyevski (1821-1881). En medio de una galería de personajes desarraigados y trashumantes que deambulan por la ciudad-balneario de Wlesbaden (el «Roulettenburg» de la ficción), la patética figura de Aleksel Ivanovich personifica el goce y la angustia del tipo humano que acaba por canalizar toda su capacidad de protesta en la pasión por el juego como vía de acceso, mediante el dolor y el envilecimiento, a una libertad vorazmente deseada.
El laberinto de la soledad es una de las piezas claves de la literatura moderna, ensayo él mismo moderno y reflexión crítica sobre la modernidad. Se trata de la prosa ensayística más importante de este siglo en la literatura hispanoamericana.
Una novela a la vez atmosférica y llena de suspense; la más ingeniosa de Louise Penny hasta la fecha.
Felizmente retirado en el idílico pueblo de Three Pines, el inspector jefe Armand Gamache ha hallado un remanso de paz difícil de imaginar. Pero la monótona placidez de la lectura y la felicidad del sol matutino se truncan cuando Clara Morrow le cuenta que Peter, su marido, ha incumplido la promesa de volver a casa un año después de su separación y le pide ayuda para encontrarlo.
A medida que Gamache se sumerge en el caso, también lo hace en la torturada mente de Peter Morrow, un pintor tan desesperado por recuperar su fama que sería capaz de vender su alma al diablo. Junto con su antiguo segundo al mando, Jean-Guy Beauvoir, y Myrna Landers, emprende un viaje que los llevará cada vez más lejos de Three Pines, hasta la desembocadura del río San Lorenzo, para acabar descubriendo un rastro mortal de envidia y engaño que pondrá su vida en peligro.
Michael Berg tiene quince años. Un día, regresando a casa del colegio, empieza a encontrarse mal y una mujer acude a su ayuda. La mujer se llama Hanna y tiene treinta y seis años. Unas semanas después, el muchacho, agradecido, le lleva a su casa un ramo de flores. Éste seria el principio de una relación erótica en la que, antes de amarse, ella siempre le pide a Michael que le lea en voz alta fragmentos de Schiller, Goethe, Tolstói, Dickens... El ritual se repite durante varios meses, hasta que un día Hanna desaparece sin dejar rastros.