El corazón helado: El día de su muerte, Julio Carrión, hombre de negocios cuyo prestigio se remonta a los años del franquismo, deja a sus hijos una gran fortuna pero también un pasado lleno de sombras: no le gustaba recordar su juventud ni sus peripecias en la División Azul. En su entierro, su hijo Alvaro se sorprende por la presencia de una atractiva joven que tal vez fue la última amante de su padre. Esa joven, Raquel Fernández Perea, es hija y nieta de exilados republicanos en Francia, y se acuerda muy bien de ciertos episodios de su infancia. Ahora el azar hará que los destinos de Raquel y de Alvaro se entrecrucen, y, con ellos, las viejas historias familiares de ambos. Almudena Grandes (Madrid, 1960) es una de las escritoras españolas de mayor proyección internacional. Todas sus obras, publicadas porTusquets Editores, han cosechado un gran éxito entre los críticos y los lectores. En El corazón helado, novela ganadora del Premio Fundación J.M. Lara y elegida Libro del Año por el Gremio de Libreros de Madrid, traza un retrato fascinante del siglo XX de nuestro país.
El coronel no tiene quien le escriba fue escrita por Gabriel García Márquez durante su estancia en París, adonde había llegado, a mediados de los cincuenta, como corresponsal de prensa y con la secreta intención de estudiar cine. El cierre del periódico para el que trabajaba le sumió en la pobreza mientras redactaba en tres versiones distintas esta excepcional novela, que luego fue rechazada por varios editores antes de su publicación.
Tras el barroquismo faulkneriano de La hojarasca, esta segunda novela supone un paso hacia la ascesis, hacia la economía expresiva, y el estilo del escritor se hace más puro y transparente. Se trata también de una historia de injusticia y violencia: un viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda...
Escrita desde una celda con papel higiénico como único soporte, El diablo en la cruz se concibe como una declaración de intenciones en defensa de la lengua y la literatura africana, al mismo tiempo que se manifiesta como una feroz crítica a una sociedad víctima del neocolonialismo donde la explotación, el acoso sexual y la hipocresía están a la orden del día. El resultado es un retrato irónico y desnudo del sufrimiento de un pueblo que nunca ha renunciado a soñar con la libertad y que se atrevió a convertir este libro en un símbolo de esperanza.
Uno de los ensayos más influyentes del siglo XX. La obra maestra de Tanizaki por primera vez traducida directamente del japonés. Edición de lujo. A través de la contemplación silenciosa del mundo que lo rodea, Tanizaki desvela el misterio de la sombra, que no es otro que la esencia misma de la belleza, con un estilo sencillo y ameno pero asombrosamente equilibrado, sereno y sutil. Un breve ensayo que hará las delicias de todo aquel interesado en la cultura japonesa y en el arte en general. Tras la aparente sencillez de sus páginas, Tanizaki desgrana su pensamiento estético y desvela, en una brillante y continua línea de ejemplos, un mundo misterioso, quizá desaparecido, al cual podemos acceder como fuente de inspiración para crear un mundo estético propio. Es el mundo de la sombra, en el cual la experiencia más nimia o el acto más banal puede ser sublime.
«Este libro —nos dice Ernesto Sabato en su prólogo— está constituido por variaciones de un solo tema, tema que me ha obsesionado desde que escribo: ¿por qué, cómo y para qué se escriben ficciones?» No se responde a ello con una teoría formulada externamente como cuerpo de doctrina orgánico —aunque ciertamente sí lo sea, y con ejemplar rigor y lucidez, en lo profundo—, sino en una forma particularmente viva, al ritmo de los estímulos externos o interiores, en apuntes que —como señala Sabato— «tienen algo de "diario de un escritor" y se parecen más que nada a ese tipo de consideraciones que los escritores han hecho siempre en sus confidencias y en sus cartas».
Desde el breve trazo casi aforístico hasta el comentario más detenido —analítico o polémico— que de la actualidad remite a problemas imperecederos, El escritor y sus fantasmas —aparecido por primera vez en 1967, y que aquí se nos da en su edición definitiva— contiene un examen de las preocupaciones más características de Sabato ante la literatura de su tiempo y ante su propio oficio de escritor.
Las culturas se fosilizan si están aisladas, pero nacen o renacen en el contacto con otros hombres y mujeres, los hombres y mujeres de otra cultura, otro credo, otra raza. Si no reconocemos nuestra humanidad en los demás, nunca la reconoceremos en nosotros mismos. De los espejos de obsidiana enterrados en la urbe totonaca de El Tajín a los espejos ibéricos de Cervantes y Velázquez, el de la locura y el del asombro, un intercambio de reflejos culturales ha ido y venido de una a otra orilla del Atlántico a lo largo de más de quince años; este ensayo cuenta esa historia, la nuestra.