El escalofriante caso de una joven de apariencia insignificante que se transformó en un ser de poderes anormales, sembrando el terror en la ciudad. Con pulso mágico para mantener la tensión a lo largo de todo el libro, King narra la atormentada adolescencia de Carrie, y nos envuelve en una atmósfera sobrecogedora cuando la muchacha realiza una serie de descubrimientos hasta llegar al terrible momento de la venganza.
En un momento en que la Iglesia católica está en el punto de mira por escándalos de pederastia y por los debates sobre el aborto, Román Rodolfo Rovirosa, doctor en religiones comparadas, escribe una carta al papa Francisco para pedirle que interceda en otro asunto, no menos grave: la expropiación por parte de la Iglesia de las tierras de los cofrades mayas. Así empieza este thriller literario en el que una vez más Rey Rosa desvela los entresijos del poder en Gúatemala, la vérdad sobre conflictos y reclamos que se remontan al pasado pero continúan en el presente.
Estas Cartas a un joven poeta, publicadas más de veinte años después de la muerte de su autor, fueron dirigidas por Rainer Maria Rilke (1875-1926) a Franz Xaver Kappus, entre 1903 y 1906, desde los diversos lugares a donde le condujo su vida itinerante, resultado de acuciantes preocupaciones económicas y de una casi constante dependencia de sucesivos mecenazgos. Escritos en una época en la que Rilke iniciaba la transición desde una poesía ensoñadora e intimista a otra más cercana al mundo de la materia y de las formas, estos breves textos son también un documento revelador del ideario del poeta y de su concepción del mundo, desde su visión de la vocación y de la inspiración literarias hasta sus meditaciones acerca de la soledad inherente a la tarea del creador.
Las Cartas del diablo a su sobrino se publicaron por primera vez en el Manchester Guardian en 1941. Recogen la correspondencia entre demonios: uno ya anciano y retirado y otro joven en su primera misión con un "paciente". "Las Cartas -dice el propio Lewis- tuvieron una acogida como nunca hubiera soñado. Las críticas fueron elogiosas o estaban llenas de esa clase de irritación que le dice al autor que ha dado en el blanco que se proponía; las ventas fueron inicialmente prodigiosas, y se han mantenido estables. El libro ha tenido un número suficiente de lectores como para que valga la pena dar respuesta a algunos de los interrogantes que ha suscitado entre ellos. La pregunta más corriente es si realmente creo en el diablo".
Doce relatos cortos que desentrañan los aspectos más frágiles de la conducta humana, por el autor de Crímenes y Culpa.
«A lo mejor tienes razón y no hay ni delito ni culpa —dijo—, pero sí hay un castigo.» Ferdinand von Schirach, aclamado autor de las obras El caso Collini, Culpa, Crímenes y Tabú y de la elogiada obra de teatro Terror, vuelve a plasmar sus experiencias personales durante su exitosa carrera como abogado penalista en los relatos cortos que componen Castigo. Mediante su característico estilo, marcado por una sobriedad aplastante no exenta de sensibilidad y humor, Von Schirach presenta doce casos paradigmáticos que indagan en lo más profundo del código moral que subyace bajo la idea de castigo.
Una mujer que asume la culpa del delito de parricidio cometido por su marido, un juicio cancelado tras declarar no apto a un miembro del jurado popular, con consecuencias catastróficas, y un marido en silla de ruedas tras tropezarse con el collar de brillantes de la amante son algunos de los sustanciosos argumentos que configuran estos fascinantes cuentos cargados de ingenio, vueltas de tuerca y punzantes reflexiones sobre la naturaleza humana en todas sus manifestaciones. Al tiempo que pone en evidencia el posible absurdo del sistema judicial y desentraña los aspectos más frágiles de la conducta humana, Castigo nos habla de aquello que sucede después del error, del accidente o del crimen planificado. En algunos de los relatos, el castigo adquiere la forma de una venganza deliberada; en otros, de una venganza casual pero oportuna. A veces, el castigo es injusto pero inevitable, y emprende el camino de la culpa y el tormento. Pero, para algunos, el castigo también puede significar la salvación.