«Los banqueros cuentan sus beneficios, los políticos sus votos y los poetas sus cosas. Cuentan y recuentan las cosas en las que se quedó enredada su vida. En los días de meditación y soledad, de vagabundeo doméstico, tomo conciencia de que tengo la casa llena de cosas. No se trata exactamente de que me importe tirar cosas, sino de que tengo inclinación a conservar las cosas que son mi casa. Para no confundir una fiesta con un acto de barbarie, conviene pensar lo que se desecha cuando se tira la casa por la ventana. Las cosas con capacidad de convertirse en un recuerdo suponen el deseo personal de atender a la vida, de vivir con atención, con amor.»
Publicada en 1908, Una habitación con vistas es una de las novelas más deliciosas y entrañables de E. M. Forster. Situada entre una Florencia todavía virgen del azote del turismo pero integrada en el grand tour de los viajeros europeos y la rígida Inglaterra victoriana, la novela desarrolla una historia de amor y sentimientos encontrados en cuyo transcurso Lucy Honeychurch, joven perteneciente a la buena sociedad inglesa, intenta abrir camino a su personalidad superando el obstáculo de las convenciones sociales. En estas páginas llenas de ironía y sutil humor que llevó al cine en su día James Ivory, Forster despliega una variada y atractiva galería de personajes y de sugerentes contrastes que hacen de ella una obra inolvidable.
Texto señero del feminismo del siglo XX, basado en dos conferencias impartidas por Virginia Woolf en Cambridge, Una habitación propia indaga con singular ironía y talento narrativo en los graves efectos que tuvo la discriminación de género en la creatividad de las mujeres a lo largo de la historia, al tiempo que propone un camino liberador através de la independencia económica: para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un espacio propio.
En 1970, los tupamaros mantenían en vilo al pueblo, al gobierno y las agencias internacionales mientras se decidía la suerte de Dan Mitrione. Esta novela vertiginosa, con estatus de clásico, revisa hechos de la historia reciente de Uruguay que conmovieron al mundo. «¿En qué piensa aquel que agoniza en soledad, despojado de todo y tendido en el lado oscuro de la vida? Se trata de una pregunta inútil que, sin embargo, tarde o temprano todas las personas se formulan en la intimidad.» Durante una desgraciada tarde de agosto de 1970, en Uruguay todo parece a punto de estallar. Los líderes mundiales se mantienen expectantes. La historia se escribe al borde del abismo. Los guerrilleros tupamaros se disponen a ejecutar a Dan Mitrione, al que mantienen secuestrado en una «cárcel del pueblo» de Montevideo. Lo acusan de ser un espía de la CIA. Mientras tanto, un agente norteamericano llamado Randall Lassiter escruta las sombras de la ciudad para saber si su destino será el del cazador o la presa. El presidente Pacheco, acosado y malquerido, se debate entre dilemas morales y estrategias políticas. La democracia se desmorona. Las horas grises de la tarde avanzan hacia su trágico desenlace. Eduardo González, un buen padre de familia y un maestro en el arte de la simulación y el clandestinaje, intenta en el último momento una maniobra desesperada para cambiar el curso de los acontecimientos. Nadie lo sabe aún, pero está a punto de comenzar una década de plomo en toda América Latina.
La vida, como el violín, solo tiene cuatro cuerdas: naces, creces, te reproduces y mueres. Con estos mimbres se teje cada historia personal con toda una maraña de sueños y pasiones que el tiempo macera a medias con el azar».
Un niño se sube por primera vez a uno de los caballos de cartón de un tiovivo sin imaginar que esa manera de galopar, arriba y abajo, siempre una vuelta más, presagia todo lo que va a cumplirse a lo largo de los años. La música, las canciones, las lecturas, los perros, los automóviles y el mar siempre el mar se trenzan con los sueños, los amigos, los amores, las heridas y los momentos de belleza que conforman una vida.
Conocido sobre todo por sus célebres Viajes de Gulliver, ya publicados en esta colección, Jonathan Swift (1667-1745) fue un satírico mordaz y un polemista incansable. Dentro de esta línea se inserta el que sin duda es su otro trabajo más popular, obra maestra del sarcasmo y el humor negro, titulado «Una humilde propuesta que tiene por objeto evitar que los hijos de los pobres sean una carga para sus padres o para el país, y hacer que redunden en beneficio de la comunidad». La sugerencia que en él se hace de la antropofagia como lenitivo del problema social es el máximo exponente de la ironía que impregna asimismo «Instrucciones a los sirvientes» o «Un proyecto serio y útil para construir un hospital de incurables». Completan el volumen otros escritos de carácter misceláneo que dan un atisbo de la personalidad e inquietudes de Swift.