En un pueblo escocés entre acantilados se alza la mansión de la adinerada Cordelia MacDonald, una mujer déspota y cruel, que lleva años sin apenas recibir visitas. Tras su muerte, Nora, la hija de una antigua criada, se ve obligada a asistir al funeral donde recibirá la sorprendente noticia: se ha convertido en la heredera del legado más preciado de la aristócrata, Nightstorm House.
Sin embargo, pronto se dará cuenta de que se trata de un regalo envenenado, pues el último deseo de la anciana es que reduzca la majestuosa casa a cenizas. Para entenderlo, deberá recomponer las piezas de la historia de Cordelia y, en ellas, hallará un amor prohibido, una traición imperdonable y un secreto terrible capaz de sobrevivir al fuego.
¿Merece la pena destruir lo que más amas para esconder un secreto entre las llamas?
Cada persona tiene una manera única de afrontar la culpa, los recuerdos y la pérdida.
En el caso de Jericho, fue seguir la vida que hubiese querido su padre para él antes de morir, aunque eso implicara no preguntarse a sí mismo quién era realmente.
Para Hugo, fue aislarse emocionalmente del mundo y volcar su pena y frustración en el alcohol, el sexo y las noches efímeras.
Pero cuando sus caminos se encuentran, lo que al principio parecía una unión distante basada en la necesidad de desahogarse se transforma poco a poco en una relación sin etiquetas, llena de deseos, descubrimientos, y sobre todo, de perdón. Solo les queda una pregunta por responder:
¿Estarían dispuestos a dejar atrás la forma en la que han crecido, si esa fuera la única forma de mantenerse juntos?
«Encantado, hijo mío, de empezar a la vez a ser lo que seremos».
Un hombre aguarda el nacimiento de su hijo. Asiste fascinado a la gestación junto a la madre, imagina a ese ser que vendrá a revolucionar su casa, su lenguaje, su pareja y su propia historia familiar. A lo largo de un año memorable, el hombre narra los primeros compases de una existencia nueva: la suya como padre junto a la madre y el hijo, tres personajes de una historia universal que encuentra palabras recién nacidas.
Umbilical es un relato lírico cuyas búsquedas resuenan tanto en el plano íntimo como en el colectivo. Sus reflexiones sobre la experiencia de la paternidad sitúan a la masculinidad frente al milagro de la vida y su incesante relectura del presente, en una época de redefinición de los roles, aceptando así la invitación de la poeta Anne Waldman que encabeza estas páginas: «Que los hombres detengan su alboroto / frente a la maravilla del bebé». Pero es también, y sobre todo, una declaración de amor.
El libro más íntimo de un autor fundamental en el catálogo para lectores de todo el mundo.
Georg Heym (1887-1912) forma parte de la llamada primera etapa del Expresionismo alemán (1910-1914). A pesar de su muerte prematura con solo veinticuatro años, Heym ocupa un lugar destacado entre los grandes nombres de la literatura expresionista como Gottfried Benn, Georg Trakl o Else Lasker-Schüler. Umbra vitae, publicado de manera póstuma el mismo año de su muerte, es la obra que lo consagra. Los poemas de este libro, más maduro y osado que El día eterno (1911), recogen una atmósfera de amenaza y peligro que se agazapa en la sombra, envolviendo al poeta y revelándole como en sueños, profeticamente, los tormentos de la guerra, el sufrimiento y la aniquilación del ser humano, y su propio final. Umbra vitae no tardó en despertar el interes del artista Ernst Ludwig Kirchner, quien realizó una serie de grabados en madera para la reedición del libro en 1924.
Cuando Flora MacKenzie abandonó su carrera en Londres para regresar a la remota isla escocesa de Mure, no podía imaginar que Joel, su jefe, la seguiría. Ahora Flora no sólo ha recuperado la relación con su familia, sino que ha abierto una cafetería al lado del mar. Pero la lejanía de Joel, que trabaja temporalmente en Nueva York, está afectando a su relación.
Mientras las frías noches de invierno dan paso a los largos días de verano, ¿podrá Flora reencontrar su felicidad con Joel?