Conocido sobre todo por su labor fabuladora, que dio obras de la importancia de "La montaña mágica", "Los Buddenbrook" o "La muerte en Venecia" entre otras, la celebridad de Thomas Mann (1875-1955), así como su indiscutible talla intelectual, llevaron a menudo a que fuera solicitado como ensayista y conferenciante. Schopenhauer, Nietzsche, Freud reúne cinco textos fruto de esta actividad, en los que, en palabras de Andrés Sánchez Pascual -traductor y presentador del volumen- Mann traza un balance muy personal de su trato con la obra de estas tres grandes figuras que influyeron de modo decisivo en su creación novelística. Reducidos normalmente en su extensión en cada una de las ocasiones en que fueron expuestos, los ensayos se ofrecen aquí en su versión íntegra.
En este libro ambientado en Los Ángeles se nota la continua presencia de la gran urbe en toda la escritura de Charles Bukowski, ciudad infernal, a pesar de estar situada en medio del paraíso californiano, sueño de todo pobre ciudadano USA, con sus naranjas, su sol y su vino, vino del que Bukowski da buena cuenta toda su vida, como el whisky, como la cerveza, que habrán de ser, inevitablemente, su fuente de inspiración.
Bukowski toma una actitud de ermitaño loco, de lucidez exasperada, de humorista borracho en la barra de un bar solitario. Se ríe de todo, trata de ganar algo de dinero para un trago o una puta sin trabajar mucho, frecuenta otras ratas urbanas enloquecidas, odia a la humanidad, se encierra en su habitación y se entretiene en contarnos las historias que le ocurren o se le ocurren.
En una fracción de segundo, la vida de Morgan Kincaid cambia para siempre. Ella iba de regreso a casa cuando una madre le pide que detenga a su bebé, después se lo entrega en brazos. Antes de que Morgan pudiera detenerla, la perturbada mamá salta justo enfrente del tren que entraba a la estación. Morgan nunca antes había visto a la mujer, y es incapaz de comprender las causas por las que le entregó a su bebé y se quitó la vida. Tampoco puede entender cómo aquella mujer sabía su nombre.
La policía detiene a Morgan para un interrogatorio. Pronto descubre que la mujer se llamaba Nicole Markham, la prominente directiva de Breathe, una reconocida marca de accesorios deportivos. Pronto descubre también que no existe ni un solo testigo capaz de corroborar su versión de lo ocurrido, lo que la convierte de inmediato en sospechosa de asesinato.
Para probar su inocencia, Morgan tendrá que investigar los últimos días de la vida de Nicole. ¿Era Nicole una madre paranoica o se encontraba en peligro? Cuando cosas realmente extrañas comienzan a suceder en la vida de Morgan, ella se da cuenta de que su vida también puede estar en peligro.
Conocimos a Frank Bascombe en el ya lejano 1986 con El periodista deportivo y sus andanzas nos han ido mostrando las transformaciones de Estados Unidos en las últimas décadas. Reaparece ahora con 74 años y arranca su relato con esta frase: «Últimamente, me ha dado por pensar en la felicidad más que antes.» A continuación, hace un repaso sucinto de su vida: perdió a un hijo, a sus padres y a algún otro ser querido; ha pasado por dos divorcios; ha sobrevivido a un cáncer; recibió un disparo en el pecho y ha superado huracanes y una depresión.
Ahora, al final de su vida, se ve convertido en cuidador de su hijo Paul, que padece ELA y está recibiendo tratamiento en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. Cuando le dan el alta, padre e hijo deciden emprender un viaje hasta el emblemático monte Rushmore, evocando otro que Frank hizo de niño, con sus progenitores.
Norteamérica −con Trump en el horizonte− desfila por la ventanilla del coche y se suceden los encuentros con personajes variopintos, mientras padre e hijo aprenden a conocerse. Frank pasa revista a su vida llena de altibajos y cambios, y trata de encontrar en ella algo de sentido y esperanza, atisbos de felicidad.
Richard Ford retorna −con toda probabilidad por última vez− a su personaje más emblemático para construir otra monumental «gran novela americana».
La primera novela de Victoria Martín narra con desvergüenza e ironía la historia de cuatro amigas que tendrán que enfrentarse a una vida que no es la que esperaban.
Bárbara trabaja como asistente de guion en un programa de entretenimiento repleto de hombres que se creen tremendamente graciosos, es adicta a los ansiolíticos y está obsesionada con el dinero. Vive con su amiga de toda la vida, Maca, una aspirante a actriz que solo acumula rechazos en su currículum. Un día recibe una invitación de Elena, antigua compañera del colegio, para acudir a una de esas fiestas donde anuncian el sexo del bebé explotando un globo, cortando una tarta o lanzando un cohete. Decide ir porque necesita poner en orden su vida, y participar del capitalismo más descarnado engullendo un cupcake en forma de bebé le parece la mejor manera de empezar. Pero tras la fiesta, Elena, desesperada y en la recta final de su embarazo, abandona a su marido y se muda con Bárbara y Maca, una noticia terrible para ellas que trastocará por completo sus vidas. Al grupo se unirá Fabiola, una influencer con una marca de joyas «sostenible» que hacen niños en Bangladés y que comparte en Instagram frases como «Si quieres, puedes» o «Hakuna Matata». Es decir, un adulto funcional siguiendo los consejos de Pumba, el jabalí de El Rey León.
A mediados de los años noventa, Hua Hsu tenía dieciocho años, diseñaba fanzines, se pasaba el día en tiendas de discos y vestía de segunda mano. Ken estaba obsesionado con Dave Matthews, Pearl Jam y la ropa de Abercrombie & Fitch. Uno era hijo de inmigrantes taiwaneses. La familia de ascendencia japonesa del otro llevaba ya generaciones asentada en los Estados Unidos. Lo único que tenían en común era que, independientemente de cómo se relacionaran con ella, la cultura americana no parecía tener hueco para ninguno de los dos. Pero, en contra de sus prejuicios, crean una amistad construida a base de largas conversaciones entre cigarrillos, viajes en coche al 7-Eleven, momentos triviales atrapados en fotos analógicas y una búsqueda constante de la propia identidad. Y entonces, apenas tres años después de conocerse, Ken muere asesinado.
Sé tú mismo no es solo unas memorias de juventud, es un testimonio vital y estético de la angustia adolescente, la experiencia del inmigrante y la necesidad humana de pertenencia. Decidido a reflexionar sobre las escisiones y los parches que se crean en nuestro recuerdo, Hua Hsu escribe en búsqueda de todo aquello que tratamos de reconciliar mediante la literatura.