Glasgow, julio de 1973. Se llama Alice Kelly, tiene trece años, y ha desaparecido. Han pasado ya quince horas desde que alguien la vio por última vez. El agente Harry McCoy sabe que las probabilidades de un desenlace fatal son muy altas. Apenas se ha desplegado el dispositivo policial de búsqueda cuando el guitarrista Bobby March, la estrella de rock local, sufre una sobredosis en un hotel; la víspera había actuado en un concierto en el que, a juicio de McCoy, no estuvo muy brillante. Sea como sea, los periódicos necesitan noticias sangrientas; los mandos de la policía, resultados; y la ley, respeto, cueste lo que cueste. Para colmo, la sobrina del jefe de McCoy se ha eclipsado; McCoy, discretamente, tendrá que localizarla. Pero ¿podrá Harry McCoy con todo?
Una nueva aventura del comisario Polo: el genero policiaco entendido como alta literatura.
Bolonia, verano de 1947. El comisario Polo se acaba de bajar del tren, procedente de la lejana Granada. Su misión: investigar la desaparición de un compatriota, Guillermo Sola Bosch, profesor de Derecho que se alojaba en el Colegio de España. Un católico aficionado al jazz que, según algunos, tal vez simplemente se haya marchado a un retiro espiritual, y, según la policía, es un asesino.
Comienza así una búsqueda detectivesca en la que irán apareciendo más cadáveres –el de un individuo apodado el polaco, el de una anciana viuda...–, espías de ambos bandos en la incipiente Guerra Fría, delatores, monárquicos y neofascistas, conspiraciones, conexiones vaticanas y de fondo el boogie woogie, el ritmo de moda que, como tantas cosas que fascinan en la Italia en reconstrucción de la posguerra, ha llegado desde Estados Unidos con las tropas de ocupación.
Maren Yearly quiere lo mismo que cualquier chica de su edad. Quiere convertirse en alguien a quien los demás admiren y respeten. Y quiere que la quieran. Pero Maren tiene un secreto que la hace diferente, impulsos que no puede controlar. Y se odia por las cosas malas que le ha empujado a hacer, por lo que ha causado en ella y en su familia.
Porque Maren no solo rompe corazones, los devora. Desde el día en que su madre le encontró en la boca un hueso del oído de la niñera cuando apenas tenía dos años, supo que la vida no sería normal para ninguna de las dos.
Y cuando, el día de su decimosexto cumpleaños, su madre la abandona con un poco de dinero, una mochila y su partida de nacimiento, Maren decide lanzarse a la búsqueda del padre que nunca conoció, determinada a averiguar la clave de su origen y de por qué hace lo que hace.
Enfrentada a un mundo que quizá encierre otras personas como ella, pero también la inesperada posibilidad del amor, Maren pronto se da cuenta de que a quien busca es a sí misma.
Nora Stephens se ha pasado la vida entre libros; es una dura agente literaria que pelea por las obras y los contratos de cada uno de sus clientes. Solo hay una cosa que esté por encima de su trabajo: su hermana pequeña Libby, a la que lleva cuidando desde que su madre falleció. Por eso decide acceder a su petición e ir con ella a Sunshine Falls, el lugar en el que se ambienta su libro favorito. Allí, Libby pretende realizar un viaje de transformación en el que recrear las escenas de sus novelas favoritas hasta lograr que Nora sea la protagonista de su propia novela.
Con lo que ninguna de las dos cuenta es con toparse con Charlie Lastra, un editor con el que Nora ya había tenido un encontronazo en Nueva York y que amenaza con convertirse en una presencia constante en sus vacaciones. A veces, ni siquiera una agente literaria y un editor son capaces de escribir su propia historia.
Ernesto va a cumplir sesenta años y para los telediarios ya es considerado un anciano. Reacio a dejarse aplacar por el desánimo, emprende un viaje al pasado en busca de las claves para el futuro. Entre Mallorca y Barcelona, y entre pensamientos y recuerdos, el protagonista reflexiona sobre el paso de los años y sus consecuencias. Rememora conversaciones de sobremesa con sus amigos, en las que se recogían las preocupaciones de una generación frustrada por todas las promesas que su juventud auguraba, pero no cumplió.
Con Lola, Héctor y Rita, y César, Ernesto comparte todas las inquietudes y pérdidas de una generación sobrepasada, pero también el anhelo de disfrutar de los años que les quedan en un mundo que no se adivina tan feliz como pensaban.
In 1822, a secret family moves into a secret cabin some thirty miles northeast of Baltimore, to farm, to hide, and to bear ten children over the course of the next sixteen years. Junius Booth—breadwinner, celebrated Shakespearean actor, and master of the house in more ways than one—is at once a mesmerizing talent and a man of terrifying instability. One by one the children arrive, as year by year, the country draws frighteningly closer to the boiling point of secession and civil war.
As the tenor of the world shifts, the Booths emerge from their hidden lives to cement their place as one of the country’s leading theatrical families. But behind the curtains of the many stages they have graced, multiple scandals, family triumphs, and criminal disasters begin to take their toll, and the solemn siblings of John Wilkes Booth are left to reckon with the truth behind the destructively specious promise of an early prophecy.