Susan Ryeland ha sido durante años la editora del excéntrico escritor superventas Alan Conway. Los lectores adoran al protagonista de su serie más famosa, el detective Atticus Pünd, que se dedica a resolver crímenes en la década de los cincuenta por pueblecitos ingleses aparentemente tranquilos.
Sin embargo, la última novela que ha entregado Conway, y a la que le faltan los últimos capítulos, no es como las demás y está a punto de cambiar la vida de Susan. Aunque en la narración hay cadáveres y una interesante lista de sospechosos, entre las páginas del manuscrito se esconde otra historia: una trama que se entrelaza con la vida real en la que los celos, las envidias, las ambiciones despiadadas y los asesinatos superan con creces a la ficción.
La Segunda Guerra Mundial ha terminado y Japón comienza a levantarse de entre sus cenizas. En los meses que van desde octubre de 1948 a junio de 1950, el tiempo que media entre el comienzo de las negociaciones para casar a una hija y el matrimonio, Ono, un anciano pintor, recuerda su vida y reflexiona sobre su carrera artística, en un intento por comprender una realidad cada día más ajena. «No sé de ningún colega que pintara su autorretrato con absoluta honestidad», declara Ono, y la pintura que va trazando de sí mismo y de su época es una versión susceptible de múltiples y contradictorias interpretaciones, una trama compleja de instantes perfectos y decisiones erróneas, de heroísmos y traiciones. Los triunfos del pasado de Ono quizá son ahora, como insinúan sus hijas, que esconden sus cuadros, aquello de lo que debería avergonzarse. Ono eligió abandonar las tradiciones pictóricas de sus maestros, los pintores del mundo flotante de los barrios de placer, donde las cosas más bellas se construyen en la noche y se desvanecen en la mañana, para dedicarse a loar un presente más heroico y menos fugaz. Y ahora, el imperio militar que pintó no es más que otro mundo flotante, desvanecido para siempre en la mañana del Japón «democrático» de la posguerra...
Se reúnen en este volumen tres libros centrales de la poeta rumana Ana Blandiana (1942), una de las voces más altas de la literatura europea contemporánea: "Estrella predadora", "La arquitectura de las olas " y "El reloj sin horas". Testimonia un periodo negro y desprovisto de esperanza en la historia de Rumanía, cuando la existencia misma de la poesía ofrecía algo parecido a la esperanza.