Cuando ocurre un accidente devastador en el Hospital Whitestone, el mundo se detiene por completo. La residente Sierra Harris es una de las primeras en llegar al lugar de los hechos, pero se bloquea cuando ve que Mitch Rivera está entre los heridos. Sierra quiere mantenerse alejada de él, no quiere que nada de esto la afecte porque no necesita una distracción para convertirse en una de las mejores cirujanas cardíacas. Hace tiempo que Mitch se coló en su mente, y en su corazón...
A mediados del siglo XIX, Charles Baudelaire tradujo, glosó y adaptó al francés Confesiones de un opiófago inglés, de Thomas de Quincey, publicado en 1821 y al que seguiría, más de dos décadas después, Suspiria de profundis. Su adaptación acabó siendo una mise en abîme que permitió a Baudelaire imbricar sus impresiones y juicios particulares así como su práctica poética en la obra del ensayista inglés, a quien consideraba «su hermano mayor». Flaubert, Glatigny o Barbey d'Aurevilly no escatimaron elogios hacia la obra, cuyo éxito literario radicaba en la forma que Baudelaire había logrado conferirle.
«Durante años he buscado una novela así y, como no la encontraba, la he escrito yo. Una comedia sobre cuatro amigos gays al más puro estilo Valeria o Sexo en Nueva York».
Mauro tiene veinticinco años y acaba de llegar a Madrid dispuesto a dejar de ser virgen y a experimentarlo TODO.
Iker mide uno noventa, huele de maravilla y, aunque solo busca rollos de una noche con los chicos más guapos de la discoteca, no puede evitar tropezarse con el amor.
Andrés trabaja en una editorial, es un romántico empedernido y se sabe todas las canciones de Taylor Swift.
Gael es colombiano, se gana la vida en la noche de Chueca y está encantado de poder ayudar a Mauro con alguno de sus propósitos...
Este es un cóctel irresistible de amistad, sexo y muchas risas.
Una historia que querrás vivir.
Una novela para leer con orgullo.