Militza y Stana, hijas del empobrecido rey de Montenegro, se ven forzadas a casarse con dos miembros de la aristocracia rusa para que su padre pueda recuperar parte de su poder.
La vida, a pesar del esplendor de la corte del zar Nicolás, no es fácil. Una de ellas, Militza, parece tener poderes ocultos y siente fascinación por todo lo que tenga que ver con la magia y el espiritismo. Ante una influenciable zarina Alexandra, que haría cualquier cosa para darle al país el heredero que está esperando, despliegan su relación con el más allá, y entre sesiones de espiritismo, pócimas engañosas y coqueteos con la magia negra, logran hacerse con un gran poder en la corte.
Sin embargo, cuando den con Rasputín, precisamente en la búsqueda de un hombre con poder espiritual, descubrirán que quizás han ido demasiado lejos.
Verónica es una profesora argentina radicada en París que está profesionalmente estancada y acaba de tener un hijo. El amor incondicional que siente por él no alcanza para borrar la sensación de que ser madre ha quebrado su libertad. En medio de esta crisis, decide indagar en un tema sobre el que piensa escribir un libro: las vidas de unas mujeres que la interpelan. Ellas formaron parte de un suceso real poco conocido: la creación de una comunidad naturista a inicios del siglo XX en Suiza que promovió movimientos tan vigentes hoy como el feminismo, la libertad sexual, el poliamor o el antibelicismo. Ellas también buscaron una utopía, fueron hippies antes del 68, se dedicaron al arte, a la danza y a la literatura. Fueron las brujas de Monte Verità. Para avanzar con su investigación y alejarse de casa, Verónica emprende un viaje con dos amigas a las montañas de Ascona. Allí, una serie de descubrimientos la llevan a replantearse su propio camino.
Laurence lo tiene todo para ser plenamente feliz: joven, hermosa, felizmente casada, con dos hijas, un trabajo en agencia de publicidad y una posición económica acomodada. Incluso tiene un amante que la satisface. Sin embargo, ese deslumbrante envoltorio está empezando a anular su personalidad. Interrogarse acerca de quién es y qué siente realmente la lleva a replantearse toda su vida, sus convicciones, sus juicios y a mirar con nuevos ojos el atractivo mundo en el que ha quedado atrapada. Laurence recuerda aquel rey que transformaba en oro todo lo que tocaba…, pues, a su semejanza, todo lo que ella toca se transforma en imagen. Mediante una equilibrada novela de personaje, Beauvoir nos ofrece una descarnada y muy atinada radiografía de la hipocresía y las mentiras del modelo burgués.