Haru, un exitoso marchante de arte de Kioto, cae rendido ante el encanto de una bellísima francesa que está de paso por la ciudad. Tiempo después, recibe un impactante mensaje por el que se le prohíbe acercarse al bebé nacido de su aventura. Dividido entre la emoción y la responsabilidad, Haru logrará mantener la terrible promesa de vivir alejado para siempre del ser al que más ama gracias a su singular grupo de amigos.
Cargada de drama y belleza, esta intensa novela no es solo un canto al amor incondicional, sino también a los lazos que van más allá de la familia tradicional, a los amigos que nos sostienen y nos alientan, con quienes celebramos nuestros triunfos y reconstruimos una y otra vez nuestras vidas frente a la derrota.
La vida, como el violín, solo tiene cuatro cuerdas: naces, creces, te reproduces y mueres. Con estos mimbres se teje cada historia personal con toda una maraña de sueños y pasiones que el tiempo macera a medias con el azar».
Un niño se sube por primera vez a uno de los caballos de cartón de un tiovivo sin imaginar que esa manera de galopar, arriba y abajo, siempre una vuelta más, presagia todo lo que va a cumplirse a lo largo de los años. La música, las canciones, las lecturas, los perros, los automóviles y el mar siempre el mar se trenzan con los sueños, los amigos, los amores, las heridas y los momentos de belleza que conforman una vida.
Tres mujeres muy diferentes unidas por una necesidad: rehacer sus vidas. Annie, Lola y Althea vivirán una experiencia única en una preciosa casa en el corazón de París, un lugar donde las segundas oportunidades se hacen realidad. Hace tres años que el marido de Annie Roland murió en un accidente de coche y desde entonces ha interpretado a la perfección el papel de la viuda afligida. Pero Annie también esconde un secreto inconfesable: aquella noche descubrió que Johnny tenía una amante y pretendía divorciarse de ella, y todavía no lo ha superado. Hizo muchos sacrificios por él, incluso aceptar mudarse a París... Vivir en la ciudad del amor no es tan emocionante cuando te sientes una extraña. Aunque París nunca ha sido su hogar, es el de sus hijos y por ese motivo Annie decidió quedarse en la ciudad. La casa que compró con Johnny es demasiado grande, pero alberga recuerdos maravillosos y, a pesar de las dificultades económicas, no puede desprenderse de ella. Por pura necesidad, emprende un proyecto que le entusiasma: alquilar habitaciones a mujeres estadounidenses que, como ella, quieren empezar de nuevo. Para su sorpresa, Annie se encariñará con sus inquilinas, Lola y Althea, y entre ellas nacerá una profunda amistad. Tal vez, con la ayuda de todas, logren esa segunda oportunidad. La crítica ha dicho... «La autora da vida a unos personajes que no solo nos fascinan sino que también nos seducen.» Goodreads