¿Qué ocurre con la carrera de grandes artistas y atletas cuando llegan a la vejez? ¿Alcanzan una serenidad renovada o sucumben al tormento? A medida que nuestro cuerpo y nuestra mente se deterioran, ¿cómo seguir adelante?
Geoff Dyer reflexiona sobre las secuelas del paso del tiempo y se fija en los últimos días de grandes escritores, pintores, futbolistas, músicos y estrellas del tenis (sí, también Roger Federer). Con un tono mordaz y una lucidez inigualables, Dyer nos acerca a momentos críticos de genios que cedieron física o mentalmente cuando sus carreras alcanzaron la cúspide o que se reinventaron desafiando las convenciones. Entre su exquisita selección, Dyer nos confía el deterioro mental de Nietzsche, los nuevos sonidos que Dylan encontró tras una crisis creativa, las últimas pinturas con cierto aire abstracto de Turner, la brillante pluma de Jean Rhys en su madurez y los mágicos cuartetos finales de Beethoven.
Independiente, poco sociable, intuitiva y poderosa, la detective replicante Bruna Husky sólo tiene un punto vulnerable: su gran corazón. Cuando el inspector Lizard desaparece sin dejar rastro, la detective se lanza a una búsqueda desesperada y contrarreloj del policía. Su investigación la lleva a una colonia remota de Nuevos Antiguos, una secta que reniega de la tecnología, así como a rastrear los orígenes de una oscura trama de poder que se remonta al siglo xvi. Mientras tanto, la situación del mundo se hace más y más convulsa, la crispación populista aumenta y la guerra civil parece inevitable.
Bruna tendrá que hacer frente a su mayor temor, la muerte, en una historia que es un certero y deslumbrante retrato de los tiempos en que vivimos.
Los tiempos del odio es una novela intensa y de acción trepidante, en la que están presentes los grandes temas de Rosa Montero: el paso del tiempo, la necesidad de los otros para que la vida merezca la pena, la pasión como rebelión frente a la muerte, los excesos del poder y el horror de los dogmas.
Los testamentos traicionados es un ensayo escrito como una novela: a lo largo de sus nueve partes, unos mismos personajes (Kafka y Max Brod, Stravinski y Ernest Ansermet, Hemingway, Janácek y Rabelais, entre otros) pasan, coinciden y se cruzan armónicamente, como en una composición musical. Y es así porque en esta obra Kundera analiza el arte de la novela ―la verdadera protagonista―, sus orígenes, su sorprendente parentesco con la música, y su historia, en particular durante el siglo XX.