Publicada postumamente en 1964, París era una fíesta es la obra más personal y reveladora de Hem-ingway, quien, ya en el crepúsculo de su vida, narra los dorados, salvajes y fructíferos años de su juventud en el París de la década de los veinte, en compañía de escritores como Scott Fitzgeraid o Ezra Round, la llamada «generación perdida» —según la popular denominación acuñada en aquella época por Gertrude Stein, la mítica madrina del grupo—. Crónica de la formación de un joven escritor, retrato de una ciudad perdida, oda a la amistad y verdadero testamento literario, París era una fíesta es uno de los libros capitales para entender el siglo XX, así como el universo y la personalidad de uno de sus más grandes creadores.
La mítica última obra del premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway, "el novelista norteamericano más importante del siglo XX" (William Faulkner).
"Tal vez en ningún otro escritor moderno la proeza física, el coraje, la fuerza bruta y el espíritu de destrucción alcanzan una dignidad parecida."
Mario Vargas Llosa
"Si tienes la suerte de haber vivido de joven en París, la recordarás el resto de tu vida, vayas a donde vayas, porque París es una fiesta."
Ernest Hemingway
Publicado póstumamente en 1964, París era una fiesta es el libro más personal y revelador de Hemingway, quien, ya en el crepúsculo de su vida, narra aquí los dorados, salvajes y fructíferos años de su juventud en el París de los años veinte, en compañía de escritores como Scott Fitzgerald o Ezra Pound, la llamada "generación perdida".
Crónica de la formación de un joven escritor, retrato de una ciudad perdida, oda a la amistad y verdadero testamento literario, esta es una de las obras capitales para entender el siglo XX, así como el universo y la personalidad de uno de sus más grandes creadores. Un clásico atemporal que Lumen recupera ahora con una nueva traducción de Miguel Temprano.
Después de disfrutar de una vida de lujos como funcionario en la corte del emperador Xizong, el poeta chino Si Kongtu se retiró a las faldas del monte Hua para escribir Las veinticuatro categorías de la poesía. Considerada una obra fundamental en la estética literaria china, busca capturar, a través de la contemplación de la naturaleza, el Tao, el principio que rige el orden del universo.
Tres siglos más tarde, en Francia, el monje Bernardo de Claraval se propuso convertir los monasterios cistercienses que había fundado en una casa sublime para quienes, tras experimentar las inclemencias del mundo, decidieran retirarse de él.
El Paraíso claustral de Carlos Aganzo nace de una inmensa admiración por estos dos pensadores y de una reflexión propia sobre su (nuestra) presencia en el mundo. Un hilo de pensamiento del que el autor tira poco a poco en busca de sus propios aprendizajes, y que nos deja máximas luminosas y esperanzadoras de nuestra relación con el mundo que habitamos y, a la vez, nos habita.