Cuando Akiko Yosano y su esposo recibieron la oferta de la Compañía del Ferrocarril del Sur de Manchuria para realizar un viaje por el noreste de Asia, dudaron inicialmente porque los últimos años de la década de 1920 fueron un punto álgido para las relaciones chino-japonesas debido a la expansión civil y militar japonesa en Manchuria y el norte de China. Sin embargo, ambos lograron enfrascarse en un largo viaje por esta zona, recogiendo testimonios de los pueblos y lugares donde se detenían durante su travesía. En Viajes por Manchuria y Mongolia, Akiko Yosano ofrece, además, descripciones maravillosas y detalladas de las montañas, templos y santuarios, de la belleza natural de las ciudades y calles de una China misteriosa. El testimonio de Yosano permite entender la indiferencia de los japoneses hacia la cultura china, pues son incapaces de comprenderla porque no la han vivido ni visto de cerca; por eso, ella busca experimentar por sí misma esta realidad extranjera. Así, en su narración, los chinos aparecen como un pueblo extremadamente trabajador, que sufre bajo grandes presiones y desunión interna. China se presenta como un país de gran belleza natural, que el tiempo y el expolio humano no han arruinado del todo.
Augusto Monterroso (1921-2003) dijo en una ocasión que "la entrevista es el único genero literario que nuestra epoca ha inventado" y que, "visto así, lo mejor sería no ser entrevistado". Afortunadamente, no solo no se cumplió su anhelo sino que en este volumen se reúnen diez entrevistas que abarcan veinticinco años, de 1969 hasta 1994, y que constituyen un ejemplo de la genialidad, honestidad y humildad que le caracterizan; diálogos vivos entretejidos de silencios, omisiones y ambigüedades para deleite de cualquiera que aprecie la inteligencia creativa como herramienta, no de dominio, sino de exploración del mundo y de uno mismo.