Olivia tiene treinta años y está perdida. Acaba de divorciarse, ha dejado su trabajo y se ha mudado a Madrid.
En la ciudad no tiene nada. Bueno, sí, tiene a su amiga Camila ―proyecto de sexóloga― y a Cris. Así que, en verdad, lo tiene todo.
Tiene todo lo que necesita para encontrarse, pero eso, de momento, no lo sabe. De momento solo sabe que la vida es una montaña rusa en la que descubrirá el buen sexo ―y el malo―, el amor ―y el desamor― y perseguirá un sueño que tal vez no llegue a cumplir.
Por lo menos no está sola. ¿Te atreves a perderte con ella en la ciudad?
Considerada una de las escritoras más visionarias y canónicas, y alabada como «la mejor narradora de nuestra era», Margaret Atwood regresa al terreno de la ficción con Perdidas en el bosque, una colección de quince historias en las que la mítica autora de El cuento de la criada aborda -con su acostumbrado ingenio, mordacidad, imaginación y talento para subvertir el orden establecido- las relaciones familiares, el matrimonio, la pérdida y el significado de vivir en pareja.
Teñidos de una fuerte intensidad nostálgica, todos los relatos nos ofrecen una visión sincera, apasionante e inequívocamente autobiográfica de las minucias de la vida. Desde los protagonizados por el matrimonio formado por Tig y Nell, que forman una novela mosaico, hasta «Morte de Smudgie», sobre la muerte de un gato, pasando por «Mi maléfica madre», que sigue una relación entre madre e hija a través de los años y muestra cómo y por qué muchas personas acaban siendo como sus padres, «La entrevista post mortem», que contiene una improbable conversación entre la autora y su admirado George Orwell, con quien se encuentra a través de una médium en trance o «Muerte a golpe de concha», en la que Hipatia de Alejandría cuenta su propia ejecución.
«No existe un motor más poderoso que un tipo diciéndole a otro que dónde tomamos la última copa. Esa ensoñación de que con el alba pasará algo. Solo para los que no se rindieron antes».
Perder la gracia son cuatro amigos en una especie de sincericidio. Es perder la vergüenza. Y los complejos. Y el tiempo. Y el miedo al qué dirán. Perder la gracia es un relato sobre la vida, la carrera y las relaciones de cuatro personas con un largo recorrido profesional que se enfrentan al momento crucial de dejar de ser jóvenes valores. Con sentido del humor y un aire de confesiones sin filtros, reflexionan sobre su generación e interpelan a las que vienen detrás. ¿Qué pasa cuando uno deja de ser el más joven de su entorno? ¿Qué pasa cuando se pierde la gracia? Javier Gómez Santander, Pedro Simón, Antonio Lucas y Eduardo Madina vuelcan en este libro su vertiente más literaria y reflexiva, hablando de trabajo para hablar de la vida, conscientes de que «la gracia no es eterna. Los mundos que se van nunca lo hacen de golpe. Edificios que primero presentan una grieta milimétrica y luego otra mayor, que al cabo de los años se van venciendo. Para que en su lugar la sociedad construya algo nuevo y, en ocasiones, mejor».