«El espacio ha sido un gran misterio ―quizá el mayor de todos― profundamente adormecido desde hace mucho tiempo, sobre todo desde la ya lejana época de Kant, que parecía haberlo puesto en el lugar que le correspondía. Nos creíamos que ya estaba todo dicho sobre él, cuando en realidad ese todo no era casi nada. Entonces Albert Einstein, un físico de gran talento, lo rozó con su varita y, en ese momento, despertó para cobrar vida, multiplicarse, poblarse de hechos y acontecimientos inesperados, ensancharse hasta perderse de vista, imaginación y razón, y adquirir una cuarta dimensión. Desde entonces, el espacio y el tiempo, su hermano incognoscible, celebran unas maravillosas nupcias bajo nuevos aspectos a las que están invitados todos los hombres de buena voluntad.» Desde la publicación de La Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein en 1915, la reflexión sobre el espacio se convirtió en un tema de interés popular. Ha habido muchos intentos de interpretar el significado de la teoría en su relación con la vida cotidiana, algunos muy imaginativos. Es por esta razón que La vida del espacio adquiere un significado especial.
Las durísimas memorias familiares del escritor Andreas Altmann, marcada por la relación con su padre, un ex funcionario nazi que impuso la violencia y el terror en su propia casa.
«Mi madre fue la primera víctima de la violencia a quien conocí», escribe Andreas Altmann en estas duras memorias familiares para referirse al régimen de terror y autoritarismo que su padre, antiguo funcionario nazi, impuso en su propia casa. Aquel hombre que por el día se dedicaba al comercio de rosarios y que se ganaba la vida a través del turismo religioso, encontró en la hipócrita sociedad alemana de posguerra un cómplice para sus abusos. ¿Qué convirtió a su padre en un ser tan despreciable? ¿Qué hizo que su madre tuviera el coraje para enfrentarse a él? ¿Cómo de responsable es un país que no termina de enterrar los horrores del pasado? Estas son algunas de las preguntas que se hace el narrador mientras repasa su infancia y trata de indagar las razones del mal y la violencia intrínsecos al ser humano.
Marcada por la ira, el odio y una autenticidad innegociable, la prosa de Altmann ha sido comparada con la de Thomas Bernhard por su habilidad para describir el descenso al lado más oscuro del ser humano.
En el centro de esta deliciosa novela hallamos a Del Jordán, una chiquilla que vive con sus padres en el pueblo de Jubilee y nos narra su día a día, su relación con la familia, los vecinos y los amigos. A través de sus ojos observamos el mundo y compartimos el provecho que saca de lo que ve. Del compadece la poquedad del padre, admira el arrojo de la madre y comprende que tarde o temprano llega el momento en que hay que elegir entre una risueña mediocridad -hogar, iglesia, matrimonio, hijos-y otras opciones más interesantes y arriesgadas. Ese descubrimiento es también el de la vocación literaria, una suerte de llamada, de deber para con el mundo.
En La vida breve, Onetti ahonda en el poder de la imaginación y de la escritura como salvación, y en el juego entre realidad y ficción, el recurso de crear existencias paralelas cuando es necesario escapar de la realidad. El protagonista intenta escapar de su vida, con un matrimonio roto y la enfermedad de su mujer, dando a luz a otro yo, de ficción. Para algunos críticos esta es la novela que dio origen al Boom. En ella Onetti da forma, por primera vez a ese territorio de la imaginación en el que transcurren sus novelas, la mítica Santa María, uno de los universos literarios más ricos y mejor construidos, junto a la Comala de Rulfo y el Macondo de García Márquez.
Una conmovedora novela sobre varias generaciones de mujeres que lucharon por el pacifismo.
Según las creencias de los primeros vascos, aquellos que se enamoraban de las lamias, seres mitológicos de apariencia similar a la de las sirenas, se convertían en delfines. Era el precio que debían pagar por su atrevimiento. Un cambio radical que acontecía de la noche a la mañana, como el inicio de un viaje a un destino incierto. De forma parecida, la vida de los migrantes también cambia cuando cruzan la frontera de su país y, una vez emprendido, el camino se vuelve otro, muy diferente al imaginado.
Por las páginas de La vida anterior de los delfines se cruzan tres historias: el destino del libro inacabado que la feminista Edith Wynner dedicó a Rosika Schwimmer, activista, pacifista y sufragista nominada en varias ocasiones al premio Nobel de la Paz, así como la relación entre estas dos mujeres extraordinarias durante la primera mitad del siglo XX; las vivencias de una familia vasca emigrante en el Nueva York actual con el trasfondo político y social del tormentoso fin de la era Trump, y las reminiscencias de la amistad entre dos niñas en el pequeño pueblo costero donde el narrador creció junto a un grupo de mujeres revolucionarias en los años setenta y ochenta.
Apasionante, tierna y poética, llena de secretos por descubrir, deliciosamente escrita y terriblemente humana, La vida anterior de los delfines es la novela más ambiciosa de Kirmen Uribe, donde vuelve a mezclar de forma magistral historia familiar, acontecimientos históricos y la magia del folclore y las historias populares vascas.
Tras acabar la carrera en Londres, los planes de Eden no están saliendo como esperaba. Ha tenido que renunciar a su despreocupada vida de estudiante y volver a su pueblo natal, donde siente que su vida es un completo desastre. Solo cuando crea que ha tocado fondo se dará cuenta de que siempre se puede caer más bajo y de que hacerse adulta es una mierda...
En esta novela -que es como la vida misma, divertida y accidentada a partes iguales- la protagonista tendrá que sobrevivir a las pequeñas catástrofes cotidianas y a las relaciones modernas en un mundo que no se lo pone nada fácil. ¡Quien nos iba a decir que encontrar al señor Darcy sería más sencillo que conseguir likes!